Alertan por la alta presencia de restos de agrotóxicos en frutas y hortalizas

Un estudio que abrió el SENASA tras un amparo judicial revela que un 60% de estos productos posee residuos de pesticidas, algunos de ellos prohibidos.

Por NICOLAS MALDONADO

Aunque muchos consumidores saben que las frutas y hortalizas que llevan a su mesa tienen en general restos de pesticidas, pocos imaginan en qué cantidad. Y es que se trata de datos que los organismos de control no suelen difundir. De hecho, para poder dar con esa información, una organización civil tuvo que presentar un recurso de amparo contra el Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria (SENASA). El informe que dio a conocer finalmente este organismo resulta escalofriante: más de casi la mitad de los productos frutihortícolas comercializados en los principales mercados centrales de nuestro país poseen restos de agrotóxicos, algunos de ellos prohibidos y de alta toxicidad.

“El relevamiento es una buena radiografía del descontrol que existe hoy en el uso de agroquímicos, pero además nos habla de la inoperancia estatal frente esta realidad”

El documento del SENASA -difundido tras un reclamo de la ONG Naturaleza de Derechos- abarca más de 3 mil productos analizados durante un período de cinco años en los mercados de Abasto de la ciudad de Buenos Aires, La Plata y General Pueyrredón. Y aunque carece de algunas precisiones significativas, el informe resulta no menos contundente dado que tiene por trasfondo la salud de unas veinte millones de personas.

Si bien el SENASA no evaluó la presencia de tres de los agrotóxicos de mayor uso en Argentina (glifosato, atrazina y paraquat) y dejó afuera productos de mucho consumo como la berenjena, el brócoli y el pepino, su relevamiento “es una buena radiografía del descontrol que existe hoy en el uso de agroquímicos, pero además nos habla de la inoperancia estatal frente a esta realidad: sus responsables nos dieron respuestas francamente temerarias, como decirnos que el problema se soluciona lavando la verdura cuando en realidad algunas de las sustancias detectadas son sistémicas, por lo cual están en su interior”, explica Fernando Cabaleiro, miembro de Naturaleza de Derechos, quien anticipa la presentación de una denuncia penal contra la autoridad de control.

DATOS ALARMANTES

La información proporcionada por el SENASA tras mantener en reserva sus estadísticas desde la década pasada, abarca el período que va desde 2011 a 2016, y está dividida en dos etapas. En la primera de ellas fueron analizados 3.381 productos, de los cuales 1.405 resultaron poseer restos de agrotóxicos, es decir el 42%. Pero si sólo se tienen en cuenta las frutas, verduras y hortalizas controladas, el porcentaje de muestras contaminadas con químicos alcanza el 63 %.

En ese contexto quedaron en evidencia resultados ciertamente alarmantes. Se hallaron agroquímicos en 13 de las 14 muestras de apio y en el 98% de las de pera. En el caso de los cítiricos dieron positivo el 94% de los limones, el 91% de las mandarinas y el 83% de las naranjas. La presencia de residuos tóxicos también fue muy alta en otros cultivos como las frutillas (76%) o acelga y espinaca (74%).

No menos preocupante resulta el hecho de que entre los 52 principios activos que se hallaron en el muestreo, el SENASA reconoce la presencia de cuatro sustancias no autorizados en nuestro país (diazinon, aldicarb, acrinatrina y hexaconazole) y otros cuatro pesticidas (DDT, endosulfán, metil azinfos y metamidofos) directamente prohibidos por su altísima toxicidad.

“DESCONTROL”

Al analizar las causas que han llevado a que hoy estemos poniendo en la mesa semejante cantidad de químicos peligrosos, investigadores, ambientalistas y productores agrícolas coinciden en un diagnóstico: “descontrol”.

“El organismo a cargo de controlar, el SENASA, no es competente para esa tarea –afirma el ambientalista Fernando Cabaleiro-. Sus controles son hechos mayormente por ingenieros agrícolas orientados en la sanidad vegetal cuando esto es una cuestión de salud pública que debería estar en manos del ministerio de Salud. El descontrol que existe en esta materia se hace evidente además en las incongruencias que existen en los criterios de regulación: hoy tenemos sustancias prohibidas por el ANMAT que el SENASA permite aplicar para la producción de alimentos”.

“El 90 por ciento de la producción hortícola de la Región hoy está en manos de productores que desconocen por completo las buenas prácticas agrícolas y no suelen trabajar tampoco con ingenieros que los asesoren: aplican pesticidas a ojo, no respetan los períodos de carencia y hasta usan el mismo producto para distintas plantas aunque esa no sea su finalidad. A falta de controles se cayó en una desvirtuación que afecta directamente al consumidor”, señala por su parte Pablo Coltrinari, presidente de la Asociación de Productores Hortícolas de La Plata.

Pero lo cierto, como señala Cabaleiro, es que los propios consumidores tampoco estamos exentos de cierta responsabilidad. “Cada vez que vamos a la verdulería y descartamos los productos manchados por la picadura de bichitos estamos contribuyendo a que esto suceda. A fuerza de este tipo de elección, la presión que ejercen las grandes cadenas de supermercados sobre los productores hortícolas para que las frutas y hortalizas luzcan bien ha llevado a que éstos apliquen una cantidad impresionante de pesticidas para asegurarse su comercialización. En consecuencia, hoy tenemos tomates y lechugas impecables pero llenas de venenos”.

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