Advierten que las Leliq representan el 80% de la base monetaria y podrían desembocar en un canje

Advierten que las Leliq representan el 80% de la base monetaria y podrían desembocar en un canje

Los más optimistas consideran que tras las elecciones, se irán desarmando sin sobresaltos. La tasa necesaria para sostener los pasivos del BCRA imposibilita el crecimiento económico.

 

Las Leliqs ya llegaron al 79% de la base monetaria y crecen día a día por la alta tasa de interés. Por eso, entre los especialistas se debate si en breve será necesario que el Banco Central encuentre la forma de desarmar esa "bola de nieve" para que la economía pueda volver a crecer o si un nuevo horizonte político reanimará la demanda de pesos y las Leliq se desarmarán solas.

 

Al respecto, Víctor Beker, economista y director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano sostuvo que la política del Banco Central de usar a las Leliqs como un atrayente activo frente al dólar, resultó ser un "remedio peor que la enfermedad".

 

Cabe recordar que cuando estalló la bola de nieve de las Lebac, estas representaban el 110% de la base monetaria y ahora las Leliqs están en el 79% y no dejan de crecer porque para renovarlas el Banco Central debe pagar tasas más altas que generan más pesos que luego hay que reabsorber con más tasa de interés, que hoy llegó al 86% nominal anual.

 

Sin embargo, en términos del PBI, no llegan al 5,5%, la mitad de los casi 11 puntos porcentuales que representaban las Lebac en abril de 2018. Y por eso, Guido Sandleris insiste en mostrar que el stock de pasivos remunerados del Banco Central no es problemático.

Alberto dijo que no iba a pagar los intereses de las Leliq y lo acusan de buscar una corrida

 

"Los intereses se financian colocando más Leliq, como si se tratara de un esquema Ponzi. De este modo, su stock crece como una bola de nieve. Más allá de eso, la cuestión de fondo es que la entidad rectora del sistema bancario carece de ingresos genuinos para hacer frente al pago de los intereses que genera ese stock. Por eso, así como ocurrió con las Lebac, en algún momento se deberá desarmar la montaña de Leliq, antes o después del 10 de diciembre", dijo Beker a LPO.

 

"El control de capitales abrió la posibilidad de hacerlo como un aterrizaje suave, es decir, sin que el desarme de depósitos se convierta en un nueva suba del dólar porque antes el temor era que los depósitos que están detrás de las Leliq se pasaran todas al dólar. Ahora las empresas no pueden comprar para atesoramiento y las personas pueden hacerlo pero con un tope de diez mil dólares al mes. Este aterrizaje suave puede hacer que crezca un poco la brecha entre el tipo de cambio oficial y el blue, pero no tiene por qué afectar a los precios internos si se instrumenta correctamente", agregó el especialista.

 

Actualmente el tipo de cambio paralelo se ubica en los $61 contra los $57 de la pizarra del Banco Nación o los $58,15 del promedio minorista de bancos y casas de cambio de la city porteña.

Para Caamaño, si el próximo gobierno logra medianamente realinear las expectativas, la demanda de pesos va a subir y ahí se van a poder desarmarlas sin sobresaltos.

"Si no es el un aterrizaje suave, será uno forzoso: con una suerte de canje por activos de más largo plazo como fue el plan Bonex. Si no se hace antes de diciembre, cualquier decisión de política económica que se tome después del cambio de mando va a pasar por el desarme de las Leliqs -ya sea suave o forzoso- porque la tasa de interés, que hoy llegó al 86%, inhibe cualquier posibilidad de inversión no financiera que active la economía real y permita el crecimiento", concluyó Beker.

 

La lectura de Gabriel Caamaño, economista de la consultora Ledesma, es bien distinta: "El problema no son las Leliq, porque hoy están recontra licuadas en relación al PBI y también en dólares, son menos que en 2002. De hecho, los depósitos a plazo fijo dejaron de caer. Los errores de política lo que hacen es justificar errores de diagnóstico y esto solo lleva a nuevos errores de diagnóstico".

 

"El problema pasa por otro lado y es la falta de un horizonte. De acá a las elecciones nadie quiere tener pesos, no es que no quieren Leliq. Si el próximo gobierno logra medianamente realinear las expectativas, la demanda de pesos va a subir y ahí se van a poder desarmarlas sin sobresaltos. Ahora bien, si el próximo gobierno, sea quien sea, no logra generar confianza, el problema va a ser ese. La tasa de interés no es la causa, sino la consecuencia de la falta de horizonte", dijo Caamaño a LPO.

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