La venta de entradas a los teatros cayó un 30 por ciento

La venta de entradas a los teatros cayó un 30 por ciento

Para el empresario teatral Carlos Rottemberg, en lo que va de la temporada, la caída de ventas de entradas en los teatros llega al 30 por ciento, en comparación al verano pasado. En una extensa charla con LA CAPITAL resaltó la importancia del teatro independiente local.

Es el hombre de los datos precisos. El que a través de los años se ha caracterizado por ofrecer la palabra concreta y certera a la hora de analizar la marcha de la actividad teatral. Culminado enero, el productor teatral Carlos Rottemberg, en una entrevista con LA CAPITAL, asegura que en lo que va de la temporada, en Mar del Plata la venta de entradas a los teatros cayó un 30 por ciento con respecto al verano pasado.

"Se confirma un 30% menos de entradas vendidas y la incertidumbre de no conocer si ese guarismo se acrecentará o acortará hasta marzo. De todas maneras ya un 30% en menos con respecto al año pasado es dato a prestarle atención", observa el reconocido hombre de espectáculos, y le pone una dosis de humor: "paradójicamente viene siendo una temporada donde nadie salió por los medios a gritar "Voy primero". Internamente el temor es que alguno proclame "Me voy primero", que es bien distinto".

Rottemberg no duda en afirmar que Mar del Plata sigue siendo la Capital del Espectáculo. Al fundamentarlo puntualiza que "Mar del Plata es Capital del Espectáculo por sus museos, exposiciones, recitales gratuitos, eventos deportivos, cines, teatros independientes, funciones multitudinarias en estadios con números nacionales o internacionales y tantas otras opciones. No lo es sólo por lo que podamos programar los Patalano, Faroni o Rottemberg, por nombrar los apellidos más consecuentes".

- ¿Cuál es el balance que realiza de la actividad teatral a mitad de temporada?

-Prudentemente dije desde el inicio de la temporada que la definía como "atrasada", en espera. Era cierto ya que, después de años, no hubo estrenos en la primera quincena de diciembre. Recién el 16, sin siquiera tomar en cuenta el fin de semana largo del 8 de diciembre, comenzaron las funciones. Pero también fue un eufemismo, ya que el "boca de urna" indicaba una baja pronunciada. Se confirma ahora con un 30% menos de entradas vendidas y la incertidumbre de no conocer si ese guarismo se acrecentará o acortará hasta marzo. De todas maneras ya un 30% en menos con respecto al año pasado es dato a prestarle atención. También es cierto que, al margen del caudal turístico que ingresa a la ciudad -para que luego por el "efecto derrame" llegue a las actividades comerciales, entre ellas el teatro- en lo nuestro siempre cobra vigencia el interés o no que despierten las propuestas presentadas. Por lo tanto no se le puede atribuir a un solo factor lo que termina arrojando como resultado de boleterías.

-Sin embargo muchos elencos manifiestan que llenan los teatros...

-Es cierto, son acciones de prensa folklóricas que ocurren todos los veranos, las cuales sólo contribuyen a confundir a propios y ajenos. Me pasa con mi propia programación, cuando a veces enciendo una radio, miro un diario o la tele, y veo a un protagonista contando de su éxito en mi sala y me sorprende, ya que por boletería no pasaron. Eso no le sirve a nadie, ya que no conozco éxitos que se conviertan en fracasos pero tampoco al revés. Creo que la credibilidad personal debe estar por encima de una temporada. Me gusta responder con seguridad cuando consigo participar de una obra exitosa, como también reconocer cuando las expectativas no alcanzaron a cubrirse. Es mi caso este año. Paradójicamente viene siendo una temporada donde nadie salió por los medios a gritar "Voy primero". Internamente el temor es que alguno proclame "Me voy primero", que es bien distinto.

- Después de 40 temporadas ¿cuál es la diferencia más importante que encuentra?

- Insólitamente no es en el circuito comercial en el que me muevo, aún habiendo crecido en calidad de propuestas, sino en el independiente. Basta con tomar un diario de entonces para encontrar las diferencias. Grupos y espacios locales se han multiplicado. La presencia del talento ha crecido. No es casual que este año hayamos encontrado afiches en las calles anunciando su actividad. No cometo una infidencia si le cuento que, como espectador, cuando puedo escaparme de noche de mi trabajo, buceo en ese ambiente. Seguramente influenciado por trabajar en el otro, encuentro mi propio esparcimiento en esos ámbitos.

Entre Eduardo Blanco y Pedro Benítez

- O sea que como espectador ¿prefiere el circuito independiente por sobre el otro?

-No es eso. Hace mucho que pude darme cuenta de que al teatro hay que dividirlo en bueno o malo. No por el circuito donde se desarrolle. He visto cosas maravillosas y también desastrosas en uno u otro. Pensarlo por los espacios llevaría a suponer que Eduardo Blanco no podría ser bueno por trabajar en el teatro Mar del Plata y que Pedro Benítez lo es por hacerlo en Cuatro Elementos. Le doy dos ejemplos de excelentes intérpretes trabajen donde trabajen.

- La caída de espectadores ¿cómo se mide a la hora de programar para el año siguiente?

- El primer dato es que, en otros años, para los primeros días de febrero ya teníamos algunas confirmaciones para el verano siguiente. No es el caso de este año y lo observo con atención. Sin embargo tenemos un termómetro aún mejor. Cada ciclo trae aparejado la apertura o cierres de salas. Superada la crisis de 2001, se inauguró el teatro Mar del Plata, la antigua Subasta se convirtió en el bonito teatro Güemes, el cine América se traspasó a teatro, mientas Lino Patalano ponía en forma el complejo del Radio City y Roxy, sumándole la sala Melany, volvía el teatro del Provincial después de años cerrado, y se construía el Bristol en el mismo predio del viejo Astral demolido en 1987. Contra eso este verano no tiene programación el Tronador ni el Provincial. El Güemes es un local de indumentaria y el bonito foyer del Corrientes pasó a ser una galería para poder solventar su sala en el primer piso. Como dato positivo aparece el nuevo espacio sobre la Av. Juan B. Justo donde se presenta Stravaganza y se anuncia que el Tronador volverá renovado. Buena noticia de concretarse.

- Con todo ¿sigue siendo la Capital del Espectáculo?

-Voy a reiterar un concepto que dije el año pasado a este mismo diario. La participación de la actividad privada no suma más de un 15 a 20% del total de masa crítica que consume teatro, cultura y esparcimiento familiar en temporada. Mar del Plata es Capital del Espectáculo por sus museos, exposiciones, recitales gratuitos, eventos deportivos, cines, teatros independientes, funciones multitudinarias en estadios con números nacionales o internacionales y tantas otras opciones. No lo es sólo por lo que podamos programar los Patalano, Faroni o Rottemberg, por nombrar los apellidos más consecuentes. Ocurre que al tener más interés prenseable el tipo de espectáculos de lo que denominamos el teatro comercial, termina dando como resultado que aparenta ser el todo. No lo es en esta ciudad.

- ¿Cómo sería en este esquema el futuro del teatro comercial en Mar del Plata?

- Vislumbro volver a lo que era teatralmente hablando hace muchos años, con 4 o 5 únicos protagonistas en cada temporada. Había que ser un "elegido" para poder participar del teatro de verano, medido por lo que vendés, no por lo que valés. Con los años muchos propiciamos la apertura a más elencos y diversidad de propuestas. Sin embargo este verano la "mesa teatral" se ha achicado. Y lo lamento, porque soy de los que gustan que más comensales coman de más fuentes. Bajo esa premisa durante 40 años construí de un restaurante un teatro (Corrientes), de un cine otro (América), de un estacionamiento un tercero (Mar del Plata) y de una galería el último (Bristol). Hoy ya no puedo y me provoca tristeza.

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