Aquella “prueba exitosa” en el viaje de tren entre Mar del Plata-Constitución quedó solo en las intenciones por parte de Ferrobaires en retomar el servicio el 22 de diciembre de 2015.

Es que luego de ese viaje experimental que logró su objetivo de realizar el trayecto en su totalidad sin problemas, desde el Ministerio de Infraestructura bonaerense advirtieron que no estaban las condiciones de seguridad suficientes para habilitar las frecuencias previstas para el comienzo de la temporada. La decisión se tomó en torno al estadio edilicio del viejo puente del Río Salado que, tras las inundaciones de agosto pasado, se reparó por operarios de Ferrobaires y con la disposición de la anterior gestión provincial.

Sin embargo, si bien desde el organismo de transporte provincial resaltaron las obras realizadas y el viaje emprendido, desde la nueva administración bonaerense cancelaron la idea de retomar con el servicio para la temporada de verano. Desde aquel 21 de diciembre hasta la fecha no hay ningún tren con probabilidades de salir ya que no se llevaron a cabo mejoras en el puente en cuestión.

Según fuentes de Ferrobaires, desde el Gobierno bonaerense se están analizando alternativas aunque la más valedera parece ser la concreción del nuevo puente del Río Salado, cuyos trabajos podrían concluir después de marzo.

La realidad marca que no hay noticias acerca de posibles reformas para revertir esta situación y recuperar el servicio para lo que resta del verano. Ni siquiera se planea recuperar el viaje que constaba en mitad de trayecto en micro y el otro en tren.

Desde la abandonada estación de trenes local, sus trabajadores solo le repiten a los usuarios la frase “No hay trenes por tiempo indeterminado”, un panorama que refleja la realidad de un transporte que lejos de modernizarse a los tiempos que corren, se sumerge cada vez más en un marco de deterioro generalizado, producto del desfinanciamiento y de Gobiernos, plagados de discursos auspiciosos pero lejos de mover el tablero.