Santa Fe y Rennes colaboran para generar la Reserva Natural del oeste de la ciudad

Santa Fe y Rennes colaboran para generar la Reserva Natural del oeste de la ciudad

El intendente José Corral y un grupo de funcionarios intercambian experiencias con el municipio de Rennes, en Francia. El proyecto cuenta con el apoyo del Fondo Francés para el Ambiente Mundial (FFEM). Los trabajos deberán estar finalizados en 48 meses.

Más allá de que cuentan con una cantidad similar de habitantes, puede que a primera vista las ciudades de Rennes, capital de la Bretaña francesa, y Santa Fe, no se parezcan demasiado. Sin embargo, existe un reto en común que las vincula de manera inevitable: ambas enfrentan el desafío de reconvertir parte de sus territorios con el objetivo de hacer frente a potenciales inundaciones, preservando el medio ambiente y reubicando a un sector de la población.

 

Se trata de proyectos con características diferentes, pero que podrán complementarse gracias al intercambio de experiencias entre los gobiernos de ambas ciudades, con la participación de la Universidad Nacional del Litoral y la Universidad Rennes 2.

 

En este contexto, el intendente José Corral y funcionarios del área viajaron a Francia y se entrevistaron con la alcaldesa de Rennes, Nathalie Appéré, y con el grupo de colaboradores cercanos abocados al proyecto de esa ciudad.

 

El vínculo entre ambos municipios se inició a través del Fondo Francés para el Ambiente Mundial (FFEM) que, en diciembre de 2014, seleccionó el proyecto santafesino denominado Reserva Natural Urbana y Gestión de Riesgos Climáticos para otorgarle 1 millón de euros destinados a la preservación y reconversión de zonas de reservorios que comprenden 140 hectáreas ubicadas en el oeste de la ciudad, entre calles Hernandarias (al norte) e Iturraspe (al sur).

 

El FFEM puso una serie de condiciones para colaborar con Santa Fe. Una de ellas, es que dos terceras partes de los fondos necesarios para llevar adelante el proyecto fueran aportados por el municipio. Otra, que se compartieran experiencias con otra ciudad que encare planes de similares características. De allí el contacto con Rennes.

 

Durante las últimas horas, funcionarios de ambas ciudades ya acordaban una agenda de colaboración mutua.

 

“Esto es muy enriquecedorporque avanzaremos a partir de la experiencia acumulada por quienes llevan adelante el proyecto de Rennes, que está más adelantado que el de Santa Fe”, advirtió Corral.

 

Por su parte, Daniel Guillotin,consejero municipal de Ecología Urbana de Rennes, consideró valioso el intercambio “porque Santa Fe tiene más experiencia que nosotros en el manejo de las inundaciones”.

 

El proyecto santafesino

 

La Reserva Natural Urbana de Gestión de Riesgos Climáticos apunta a transformar 140 hectáreas de tierras y reservorios ubicados en el cordón oeste de la ciudad. Se trata de la zona destinada a acumular el agua de lluvia que llega desde el sistema de drenaje urbano, para luego ser expulsada hacia el río Salado a través del sistema de bombeo instalado.

 

El proyecto plantea diversos desafíos. Uno de ellos es garantizar que estos terrenos no sean habitados, ya que se trata de zonas bajas y con fines específicos. Por ese motivo, se construirá una calle de cierre del casco urbano de la ciudad que tendrá 2,5 kilómetros de extensión, y que se transformará en una nueva costanera que separará los barrios del oeste con la reserva natural.

 

Algunos terrenos que hoy se encuentran ocupados serán expropiados y se reubicará a quienes allí habitan en lotes más altos, fuera del riesgo de inundaciones.

 

Pero eso no es todo. Además, el proyecto prevé la creación de huertas comunitarias donde trabajarán las familias que sean identificadas en la zona lindante. Muchas de ellas, en la actualidad subsisten gracias a la recolección informal de residuos y a la cría de animales. En estos casos, la idea es incorporarlas a diversos programas municipales.

 

La reserva contará con zonas de uso público. Además del paseo, se organizará en la zona un vivero destinado a obtener especies nativas para implantar en la misma reserva y para la forestación del resto de la ciudad.

 

Habrá también un sitio educativo y un Memorial de la Inundación, a modo de recordatorio de lo que representó en abril de 2003 el avance del río Salado sobre una ciudad que no se encontraba preparada para enfrentar dicha contingencia.

 

El plazo de ejecución del proyecto es de 48 meses, por lo que deberá ser concluido a más tardar en diciembre de 2019.

 

El caso de Rennes

 

En medio del caso urbano de Rennes existen alrededor de 30 hectáreas conocidas como Las Praderas de San Martín. Se trata de una zona vulnerable ante las crecidas del río Vilaine, donde el municipio avanza en un proyecto de reconversión tendiente a recuperar para la comunidad un territorio que posee una larga historia.

 

A lo largo de los siglos XVIII y XIX, se levantaron en el lugar distintas industrias contaminantes, como por ejemplo curtiembres que convirtieron parte de los suelos en depósitos de metales pesados. Pero eso no fue todo: durante la Segunda Guerra Mundial, Las Praderas de San Martín fueron el sitio donde las tropas alemanas reparaban sus tanques y vehículos de combate, arrojando todo tipo de hidrocarburos.

 

Años después se organizaron huertas y plantaciones en la zona. Hasta que en los años noventa se proyectó la construcción de una autopista que atravesaría las praderas.

 

Sin embargo, las crecidas del río y el descubrimiento de la contaminación hicieron que en 2007 se aprobara en Plan de Prevención de Riesgo de Inundación y que en 2011 se declarara el lugar como zona de utilidad pública.

 

Ahora, se trabaja en la reubicación de las pocas familias que siguen viviendo en la zona. Además, se retirará tierra para reducir el nivel de parte del terreno y permitir así que el río pueda ocupar mayor superficie durante épocas de crecida.

 

Las Praderas de San Martín se convertirán entonces en un Parque Natural Urbano, con atractivos naturales, zonas de esparcimiento y sitios educativos. Las tierras contaminadas serán llevadas a zonas altas, para evitar el contacto con el agua del río.

 

El programa propone una implementación por etapas entre 2016 y 2021, con un costo total de 21,3 millones de euros destinados al desarrollo del área, el saneamiento ambiental, la adquisición de propiedad privada, construcciones y habilitaciones. Así, la ciudad recuperará terrenos naturales prácticamente perdidos durante muchos años.

 

“Tenemos la posibilidad de que en el futuro suframos mayor cantidad de fenómenos climatológicos severos debido al cambio climático. Y estos proyectos ayudarán a que estemos mejor preparados para enfrentarlos”, remarcó Guillotin.

 

En el mismo sentido se manifestó Corral: “Hemos avanzado mucho, pero resta un largo camino por recorrer. La Reserva del Oeste contribuirá a paliar las consecuencias del cambio climático, a preservar la biodiversidad y, por ende, a mejorar la calidad de vida de la gente. Y ése es el objetivo primordial de toda gestión”.

Convenio entre la UNL y la Universidad Rennes 2

El proyecto de la Reserva Natural Urbana y Gestión de Riesgo Climático en el oeste de la ciudad de Santa Fe implica la colaboración entre la Universidad Nacional del Litoral y la Universidad Rennes 2. En este marco, ambas casas de altos estudios intercambiarán representantes.

 

Pero eso no es todo. Más allá de este proyecto en particular, las dos universidades firmaron un acuerdo de cooperación en el campo de la formación y de la investigación.

Con las firmas del rector de la UNL, Miguel Irigoyen, y del presidente de Rennes 2, Olivier David, ambas instituciones se comprometen al intercambio de estudiantes, profesores, investigadores y de personal administrativo.

En la medida de lo posible, el acuerdo establece que las universidades “se esforzarán en buscar los medios financieros destinados a facilitar los intercambios. Las reglas serán de igualdad y equilibrio entre ambas instituciones”.

Comentá la nota