Los pobladores, temen que pueda ser perjudicial para la salud de quienes viven en la zona. “No se puede vivir con el olor a podrido que sale de la planta, nosotros también somos seres humanos y necesitamos aire para respirar”, expresó Esther, una de las vecinas. Esta ciudad genera diariamente 90 toneladas de residuos y ante el retraso de la semana pasada en la recolección por parte de la empresa AESA, encargada de trasferir la basura hacia Caraguatay, aseguran que la planta de separación y transferencia colapsó, lo que motivó la acumulación de material en el lugar. “Somos muchas las familias que vivimos cerca de la planta y no podemos vivir en estas condiciones”, insistieron los vecinos.