Este jueves falleció a los 92 años un hito de la historia en la lucha de las Madres de Plaza de Mayo de Mar del Plata: Herminia “La Chiqui” Soledad Pereda de Berdini. Sus restos serán velados a partir de las 18 en cochería Tomasini -avenida Independencia 2360- y el viernes a las 11 serán trasladados al cementerio Colinas de Paz.

“La Chiqui” contó tiempo atrás a Grupo Apoyo Madres Mdp que durante la dictadura militar argentina, vivía al lado de infantería por lo que temía fuertemente que algún miembro de su familia fuera secuestrado ya que sabían “todo lo que hacían”.

A fines de 1977 su mayor miedo ocurrió: su hijo, Carlos José Guillermo Berdini, un militante del Partido Socialista de los Trabajadores desapareció -aún continúa desaparecido-.

Ese mismo año, pisó por primera vez Plaza de Mayo junto a otras tres madres marplatenses. “Fue una emoción inmensa: era llorar, consolarse una con otra. No se puede explicar con palabras lo que se vivía en esa Plaza”, indicó Soledad Pereda de Berdini al mismo medio.

Admitió además que mientras marchaban “algo de miedo tenían” cuando los Falcon verdes “las perseguían”, ellas “tenían que correr”.

Sin embargo, la ilusión y la necesidad de encontrar a sus hijos las llevaba a reunirse religiosamente los sábados y relatar lo que habían vivo cada semana. “Con mucha ilusión creíamos que los íbamos a encontrar. Pensábamos que los tenían detenidos. Así pasó el tiempo. Recurrimos a todas las instituciones, militares, policías, ministerios, consulados. En la Iglesia donde hacíamos misas y rezábamos nos preguntaban, pero también se burlaban”, contó.

“El dolor más grande que puede tener un ser humano es la desaparición de un hijo. No saber qué fue de él es lo más terrible en la vida, lo mismo que los 30 mil desaparecidos”, confesó “La Chiqui” tiempo atrás.

La titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, manifestó su dolor ante la noticia de su fallecimiento con unas palabras:

Colgué el teléfono, llamaban desde Mar del Plata: era el nieto de Chiqui. La noticia llegó: Chiqui (Herminia Soledad de Berdini) dejó de respirar, es un jueves.

Chiqui, la inquebreantable, la dulce y fuerte a la vez, tan dulce como la jalea y tan fuerte como el algarrobo.

Chiqui de Mar del Plata: era tan grande que así se la nombraba y conocía. Cuando nos juntábamos me contaba sus andanzas, su presencia siempre donde debía estar.

Desde el próximo jueves, Chiqui estará para siempre en nuestra Plaza de Mayo y más fuerte que nunca en nuestro corazón.

Hebe.