Blas Aurelio Primo Aprile dejó de existir esto domingo por la madrugada a raíz de un paro cardíaco. Tenía 63 años de edad. Había sido electo dos veces intendente de General Pueyrredon, la segunda vez con el mayor porcentaje de votos desde el retorno de la democracia: casi el 62%.

Había nacido el 20 de marzo de 1949 en Italia y llegó junto a su familia a Mar del Plata en 1960, cuando contaba con 11 años de edad. Aunque se llamaba “Blas Aurelio Primo” desde pequeño todos lo llamaron Elio, un diminutivo que se transformó en su sello.

Elio Aprile fue en esencia un filósofo y un poeta, que tuvo inquietudes políticas y las desarrolló en distintos cargos públicos. En el 83, fue el primer secretario de Cultura del intendente Ángel Roig. Fue concejal y finalmente en 1995 sería elegido como intendente de General Pueyrredon. En ese primer período ideo un sistema para financiar obras públicas mediante una sobretasa. Ese esquema de obras con financiamiento le costaba a los vecinos 3 o 4 pesos por mes y la gente fue convocada a las urnas para decidir si se aplicaría o no la iniciativa. Hubo masivo respaldo y las obras pudieron hacerse. También lo beneficio la campaña presidencial del entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde, quien decidió invertir decenas de millones de dólares para realizar un dragado del puerto con el “refulado” de la arena a las principales playas marplatenses.

En 1.999 Aprile estaba en la cresta de ola: ganó con casi el 62 por ciento de los votos. La crisis del 2001 lo dejó sin mayor margen de maniobra y en los primeros días de 2002 decidió presentar su renuncia (De la Rúa había renunciado en diciembre de 2001 y el gobernador Ruckauf lo había hecho en enero de 2002).

APRILE, EL POETA

«Yo no quiero vivir en este mundo / que cotiza la verdad de la poesía / que revende la paz de los amantes / que exporta los silbos de los vientos / quiero vivir en un mundo / donde la última moneda sea sencillamente nada.»

(Elio Aprile)

Elio fue un prolífico escritor: fue poeta, ensayista, filósofo y narrador. Después de retirarse de la función pública volvió a dictar clases en la Universidad Nacional de Mar del Plata. También retomó un programa de radio junto a uno de sus hijos, en el que juntos “conspiraban” uniendo poesía y música, en reflexiones muy interesantes.

Entre sus obras se encuentran; “Espejos rotos”, 1980, “Resonancias”, 1983, “Poesía sustantiva, Ficcionario”, 1989; “A la altura de la gente”, 1991; “La ciudad posible”, 1991; “El campo de la ética”, 1997; Ensayo en colaboración, “Urgencias y cenizas”, 1997; “Las causas,” 1999; “Poesía Quieta”, 2000; “Sonetos compartidos”, 2000, con Rafael Beláustegui; “Humano después de todo, el coraje de vivir”, 2004.