Para prevenir siniestros viales y concientizar a los ciudadanos sobre las responsabilidades que se deben asumir en las calles, el Municipio profundiza los operativos nocturnos en los distintos barrios. En lo que va del año, se realizaron 2.943 pruebas de alcoholemia.

A lo largo de estos meses se hicieron operativos durante los fines de semana ya que son los momentos en los que habitualmente aumenta el consumo de alcohol. El despliegue está a cargo de los agentes de la Dirección de Tránsito, quienes ubican los puestos fijos en calles y accesos estratégicos para detener tanto a autos como motos. En todos estos controles se detectaron 484 casos positivos e incautaron 246 vehículos (67% autos) en los que no había acompañantes en condiciones de manejar.

“Seguiremos intensificando este tipo de operativos en todos los barrios para reducir los siniestros en las calles y hacer hincapié en las graves consecuencias que produce el alcohol en sangre al momento de conducir”, señaló el intendente, Martín Insaurralde.

Las últimas jornadas se llevaron a cabo en la Plaza Grigera, donde se colocaron puestos fijos en los alrededores y fueron detectados 21 casos en 108 test realizados a conductores de autos y motos; y en Temperley Oeste, con 36 conductores que excedieron el límite permitido en 141 pruebas.

“Estos procedimientos apuntan a que la población tome conciencia de la gravedad de la situación. Una decisión incorrecta por la ingesta de alcohol previa o durante el manejo puede producir un daño irreparable que desde la Comuna consideramos se puede evitar”, remarcó el secretario de Gobierno, Martín Chorén.

La prueba de alcoholemia es rápida y sencilla: si al soplar la pipeta el nivel de alcohol es el permitido, pueden continuar manejando aunque siempre se les recomienda evitar el consumo para viajar con mayor seguridad. En el caso contrario, se les realiza una multa al instante que consta de un ticket en donde figura el grado de alcohol en sangre que registró el alcoholímetro y otros parámetros.

Si el conductor en infracción está acompañado por una persona que tiene registro sigue conduciendo ella; si no, se le retiene el vehículo. El mayor número de casos (66%) se da entre jóvenes de 18 a 30 años y, en menor medida, de 30 a 40. ■