Menos de cuatro cigarrillos diarios ya provocan daño cardiovascular

Menos de cuatro cigarrillos diarios ya provocan daño cardiovascular
Las evidencias muestran que el daño cardiovascular por consumo de tabaco se presenta en personas que fuman incluso menos de cuatro cigarrillos por día. Así lo establece una investigación publicada en la revista Circulation de la Sociedad Americana de Cardiología, que se basó en 45 estudios epidemiológicos difundidos en publicaciones científicas.
De acuerdo con ese trabajo, liderado por investigadores de la Universidad de California, en Estados Unidos, las personas que fuman entre uno y cuatro cigarrillos por día tienen casi 3 veces más riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares que los no fumadores. Asimismo indican que los varones que fuman esa cantidad tienen tres veces más riesgo de cáncer de pulmón y las mujeres, cinco veces más.

“La activación de las plaquetas (elementos de la sangre que inician la formación de coágulos) llega a su máximo después de fumar cuatro cigarrillos por día”, señaló el doctor Raúl Mejía, investigador del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES) y coordinador de la Iniciativa Anti Tabaco del Instituto Nacional del Cáncer, dependiente del Ministerio de Salud de la Nación.

El tabaco genera enfermedades y muerte, tanto en quienes lo consumen como en personas que están expuestas al humo. “A pesar de que los fumadores están informados sobre las consecuencias de este hábito, un gran porcentaje de ellos continua haciéndolo”, indicó Mejía.

Los productos que contiene el humo de tabaco, según destacó el especialista, aumentan la producción de unas sustancias llamadas “radicales libres” que tienen un efecto oxidante sobre distintas moléculas. “Estos compuestos producen daño en la capa interna de los vasos sanguíneos y facilita la formación de placas de ateroma o de ateroesclerosis que terminan obstruyendo los vasos”, explicó.

Asimismo, los productos del tabaco disminuyen la producción del gas vasodilatador óxido nítrico, lo cual favorece la obstrucción arterial. “Por último el efecto sobre las plaquetas favorece la formación de coágulos sobre la placa de ateroma y también produce obstrucción de los vasos. Entonces la placa, más el coágulo y la falta de dilatación, nos lleva a que se tape la arteria”, subrayó el especialista, para quien “estamos frente un grave problema de salud pública”.

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