En la continuidad del debate oral y público que se desarrolla en la Cámara Federal en lo Penal de Catamarca por la denominada “Masacre de Capilla del Rosario”, cuatro testigos se presentaron ofreciendo su declaración ante el Tribunal con respecto a los sucesos que tuvieron lugar en agosto del 1974 y que concluyeran con 16 jóvenes pertenecientes al ERP fusilados.

Por un lado, prestó su testimonio el ex jefe de Policía de la provincia, Miguel Ángel Ferreyra, quien en el año 1974 prestaba servicios como jefe de Instrucción y Educación de la Escuela de Cadetes y quien a lo largo de su deposición relató que no tuvo ningún tipo de participación en el hecho, desde el punto de vista oficial.

Sin embargo, el policía se hizo presente a la vera de la ruta Nº1 para ofrecer sus servicios, en el caso de que sea necesario. Ferreyra indicó que no vio en el lugar de los hechos a ninguno de los imputados, pero que sí tuvo oportunidad de presenciar el traslado de algunos de los cuerpos sin vida de los que denominó “insurrectos o insurgentes”, no aportando mayores datos con su testimonial, ya que negó haber tenido conocimiento del operativo militar que se estaba desarrollando, asegurando que la orden del jefe de Policía, el Comisario Anello, era simplemente “mantener el orden y preservar la seguridad pública”.

A su vez, prestó juramento y declaró Juan Carlos Añauque, quien en ese entonces pertenecía a la Brigada de Investigaciones de la Policía.

El policía retirado manifestó que su participación en el operativo consistió en efectuar un rastrillaje en la zona, lo que hizo junto a otros camaradas, en grupos de tres o cuatro.

Añauque fue testigo del momento en que a un efectivo de apellido Barrionuevo se le explotó una granada, lo que derivó en su muerte inmediata y provocó heridas en la cuadrilla que integraba- uno de esos heridos prestó su declaración en una audiencia anterior, informando que debió estar hospitalizado por dos años en Buenos Aires por las secuelas del accidente.

Terror

Asimismo, Pedro Alejandro Vega, quien en ese momento se desempeñaba como director de la Escuela de Cadetes, relató que su misión el día de los hechos fue la de averiguar qué número de bajas se había registrado en el lugar para enviar esa información al Ministerio del Interior.

El policía, que pudo adentrarse a las lomadas aledañas a la que se produjo la matanza y estuvo acompañado por personal del Ejército en todo momento, describió el estado de los cuerpos cuando eran subidos al helicóptero que los llevaría a su destino final. “Me conmovió ver a esos changos jóvenes muertos así...yo tengo hijos y eso, realmente, me produjo horror”, manifestó Vega, conmocionado al traer a la memoria las brutales imágenes de los jóvenes destrozados y sin vida.

Más adelante, indicó que pudo acercarse a uno de los cadáveres y éste tenía “volado el casco de los sesos... sólo una bala de Fal pudo haber hecho ese daño”, expresó, refiriéndose a un fusil automático de combate que habría sido usado por los miembros de las Fuerzas Armadas para ese operativo. El hombre también aseguró no haber visto arma alguna acompañando a los cuerpos de los subversivos.

Añauque, a su vez, vio a algunos de los jóvenes del ERP que quedaron detenidos en la Jefatura. “Me impactó la corta edad de los jóvenes”, dijo, refiriéndose a los abatidos en Capilla del Rosario y los que posteriormente quedaron bajo detención.

Inspección ocular

Finalizando la quinta audiencia en la que son juzgados los ex militares Carlos Carrizo Salvadores, Mario Nakagama y Jorge Acosta, se dio a conocer que la inspección ocular en el lugar de los hechos se llevará a cabo el próximo 5 de julio en horas de la mañana.

Por pedido de la defensa, a cargo del abogado Lucio Montero, dos testigos de los que se había desistido, estén presentes para reconocer el terreno y relatar el movimiento del desplazamiento del Ejército en el día de los hechos.