Los funcionarios en la mira

La Argentina es el reino del revés. Los denunciantes contra el diario Hoy son los que deberían estar denunciados al haber formado parte del operativo contra la directora Myriam Chávez de Balcedo, en un claro intento de silenciar las investigaciones que venimos realizando.

Estamos hablando del Jefe de la División Fiscalización Externa Nº 2 de La Plata, Oscar Rodolfo Fernández, legajo Nº 25.509/33, con domicilio en calle 38 entre 5 y 6, a quien dentro del organismo le dicen “Coco”. Si bien este funcionario se ufana de ser profesional de carrera, la única verdad es la realidad. Y está indica que llegó a la jefatura de  la mano del polémico titular de la AFIP durante el menemismo, Carlos Silvani, que lo nombró a través de la resolución nº 557 del 30 de marzo de 1998.

No parece ser una casualidad que, a nivel nacional, el funcionario que estaría encargado de hostigar a los periodistas independientes también haya ascendido en la AFIP de la mano de Silvani. Estamos hablando de Guillermo Michel, actual subdirector general de Coordinación Técnico Institucional del organismo recaudador. Según trascendió, Michel tendría diálogo directo con la presidenta Cristina Fernández y habría dibujado varias “investigaciones impositivas especiales” por orden de la Casa Rosada, que apuntaron directamente contra medios de comunicación cuestionadores.  

La supervisora del operativo fue Graciela Clotilde Marcos, legajo Nº 32.559/66. La particularidad de Marcos es que se encuentra de los dos lados del mostrador.  Es decir, además de dedicarse a controlar empresas, tiene su propia compañía: desde el año 2007 formaría parte, junto a su hermano, de la firma Enfremar SA, que en los registros oficiales figura tener sede en calle 51 nº 1342. Allí lo único que se encuentra es una casa de familia. Es la vivienda donde habita la supervisora y nada parece indicar que allí se desarrolle el objeto social de la compañía, declarado en la escritura de conformación de la empresa, publicado en el Boletín Oficial durante el año 2007, como es “la compraventa, reparación, mantenimiento, comercialización, fabricación de todo tipo de vehículos y maquinarias, incluso los autopropulsados y/o de arrastre”. 

¿Estaremos en presencia de una empresa fantasma? En definitiva, dentro de la AFIP de La Plata se cumple a la perfección con el viejo refrán que reza: “en casa de herrero, cuchillo de palo”. 

Finalmente, otro personaje de la banda platense es Juan Pablo Ortalda, Legajo Nº 40.815/90, quien ingresó a la AFIP en el año 2006, en pleno auge del kirchnerismo. Lejos de la independencia política que requiere este tipo de funciones, Ortalda habría intentado incursionar en el proceso electoral de Gimnasia y Esgrima La Plata, apoyando la candidatura del viceministro de Desarrollo Social de la Nación, Carlos Castagneto, para la presidencia del club. Como se sabe, Castagneto recibió el respaldo de varios polémicos empresarios de nuestra región que se habrían enriquecido, en la última década, a partir de los negocios con el Estado nacional.  

El funcionario K, además, estuvo imputado por el fiscal Federico Delgado tras haberse comprobado que repartió electrodomésticos, adquiridos por la cartera de Desarrollo Social, para comprar votos durante la campaña electoral de 2005. En las páginas de nuestro diario, hemos utilizado chorros de tinta para describir, en detalle, los turbios negocios del funcionario K. Al igual que Marcos, Ortalda también estuvo de los dos lados del mostrador. Hasta el año 2012, es decir, seis años después de haber ingresado a la AFIP, fue uno de los accionistas de la firma Tecnología Electrónica SRL, junto a sus hermanos José Luis Ortalda y Mariana Adriana Ortalda. Esta empresa habría sido heredada de su padre.

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