La universidad pública recibió para 2016 el mismo presupuesto que en 2015, con 0% de aumento. Con eso, llegan hasta agosto, lo que hace que no comenzaría el segundo cuatrimestre.
Este viernes, las puertas de todas las sedes de la Universidad de Buenos Aires estuvieron cerradas. El recuerdo más cercano de una situación semejante se remonta al año 2001. La devaluación, sumada a una inflación descontrolada y los aumentos de tarifas, pusieron en jaque a la casa de estudios académicos más prestigiosa del país, acaso una de las más reconocidas a nivel continental.
Sucede que fue aprobado un presupuesto provisorio para todo 2016 que implica un aumento del 0 por ciento, cuando la inflación estimada solo para el mes de abril alcanza el 7 por ciento. Advierten incluso que con esa partida no alcanza siquiera para pagar los servicios básicos –aumentados en un 300%–, como agua, luz y gas. Por caso, la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA evalúa cancelar proyectos de investigación porque no podrá pagar esas tarifas.
Ante este panorama, los decanos de las distintas facultades hicieron saber a la comunidad educativa que solo podrán solventarse hasta agosto. En ese tiempo, el rector Alberto Barbieri tendrá una difícil misión por delante: reunirse con funcionarios del Ministerio de Educación de la Nación y de la Jefatura de Gabinete para intentar destrabar 711 millones de pesos de gastos de funcionamiento contemplados en el presupuesto del año pasado. Al menos es lo que esperan los decanos de las distintas facultades quienes, aseguran, "viven el día a día" para llevar adelante la tarea académica y que su techo "está a la vuelta de la esquina".
El presupuesto aprobado este miércoles por el bloque mayoritario en una sesión del Consejo Superior contempla losmismos gastos de funcionamiento de 2015, es decir, la misma caja para solventar insumos, sueldos, el pago de reparaciones, servicios básicos y becas. De hecho, en una reunión realizada entre estudiantes, docentes y las autoridades de la Universidad Nacional del Arte, incluyendo rectora y decano, informaron que el Gobierno cortó los convenios con ministerios que financiaban a las universidades nacionales, por lo que no hay presupuesto para obras edilicias. Pidieron además especial cuidado con sillas, pupitres, baúles y todo elemento de cursada e investigación, porque no habrá dinero para reponer lo que se rompa.
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