La imagen bien podría catalogarse como aquellas figuritas difíciles que traían los álbumes de antaño y de las cuales incluso se llegaba a dudar de su existencia. Pero la política todo lo puede.  Hasta hace sólo algunos meses hubiera sido imposible que Enrique Ponce compartiera algún tipo de acto con dirigentes ruralistas o ex militares.

Pero como en los últimos tiempos su brújula ideológica parece haberse alterado (está lejos del abogado combativo que llevó a los represores a la Justicia y del dirigente K que en las épocas de oro del kirchnerismo renegaba de los ruralistas), no resultó extraño que el domingo último se lo viera en la Sociedad Rural y compartiera el palco con Raúl Foncueva, aquel militar que el 17 de enero de 1988 encabezó el alzamiento carapintada contra la democracia, en sintonía con una acción similar que el teniente coronel Aldo Rico llevaba adelante en Monte Caseros, Corrientes. “Es parte de la estrategia de mostrarse independiente”, soltó un seguidor del jefe comunal que confesó las conocidas aspiraciones de postularse “para otro cargo”, cuando termina su mandato de intendente.