El intendente de Dolores, Camilo Etchevarren, confirmó que se estudia construir un acueducto desde localidades ubicadas al norte de esta ciudad, para solucionar el tema de la provisión de agua potable, uno de los problemas más acuciantes que enfrentan los vecinos y que se agudiza ante la perspectiva del verano.

Durante el anuncio de extensión de la red de cloacas y agua al barrio de la Escuela 15, LA CAPITAL consultó al jefe comunal sobre el problema de la provisión de líquido que se manifiesta en baja presión en todos los barrios y la virtual suspensión del servicio todas las noches.

“No vamos a bajar los brazos hasta que se municipalice el servicio de agua”, insistió Etchevarren, aunque aclaró que se está reclamando a ABSA la realización de algunas obras.

La provisión de agua en la ciudad se realiza a través de una planta potabilizadora instalada junto al canal 9 y de un acueducto que proviene de Ayacucho. Ese ducto abastece también a las localidades de Labardén, Maipú y General Guido, por lo que Dolores, ubicado en la punta, recibe menos caudal del que debería recibir. Etchevarren sostuvo que “ni ABSA no sabe cuánta es el agua que llega a Dolores”, por lo que “hemos pedido que se trabaje sobre el acueducto para evitar las pérdidas y que nos garanticen un nivel de cantidad de agua un mínimo y un máximo por día”.

Para evitar depender de este viejo acueducto –data de la década de 1950 y tiene un mantenimiento deficiente- “planteamos la necesidad, y está ABSA trabajando en esto, de hacer un conducto similar al de Ayacucho que puede venir de Castelli, de Lezama o de Chascomús”.

“Agua es algo que no vamos a negociar”, dijo el intendente quien resaltó que “es problema de ABSA ver cómo nos va a dar agua, porque nosotros vamos a seguir haciendo extensiones”.

De todos modos, insistió, “la idea de fondo es hacernos cargo del servicio”, algo que viene planteando el municipio desde la gestión anterior y que, según el jefe comunal, reitera ante la actual gestión “cada quince o veinte días”.

Sobre la viabilidad de la propuesta, Etchevarren se preguntó “¿se imaginan los dolorenses si nosotros cobrásemos la plata que cobra ABSA, que no puso un peso más allá de una parte de la planta potabilizadora?”.

Indicó que “la planta de cloacas hacía 55 años que no funcionaba e hicimos una nueva, con 500 mil pesos de la ministra Cristina Álvarez Rodríguez y 1,5 millón del municipio, con empleados municipales  con camiones municipales”.

“Cada vez que hubo que hacer obra, la plata fue del municipio o de la gente y esto es algo que me indigna”, remarcó.

“Le exigimos a ABSA, algo se está mejorando pero vamos a ver hasta dónde llega. No bajamos los brazos en esto de municipalizar y, a diferencia del gobierno anterior, nunca nos dijeron que no. La idea es que en estos cuatro años exigir lo que no se hizo antes pero vamos por el servicio”, finalizó Etchevarren.