Entrega $40.000 por un secuestro virtual

Entrega $40.000 por un secuestro virtual

Delincuentes llamaron a una pareja y le dijeron que tenían cautivo a su hijo de 15 años 

Los padres de un adolescente de 15 años, con tal de ver de nuevo a salvo a su hijo, entregaron todo. Ambos cayeron en el engaño de un secuestro virtual, una modalidad que por repetida no deja de cobrarse nuevas víctimas semana tras semana. A las 3 de la madrugada de ayer sonó el teléfono de una casa de 4 entre 525 y 526: atendió la mujer, que se quedó muda escuchando cómo del otro lado un joven “de voz muy parecida” a la de su hijo le decía estar en problemas y sin saber bien dónde. Ni bien empezaron las preguntas desesperadas de la madre, el que pasó a hablar fue el supuesto captor, que quiso saber cuánta plata tenían en la casa y además le ordenó que mantuviera la calma, que se quedara quieta en donde estaba y que no intentara llamar a nadie porque, de lo contrario, iban a matar a su hijo. “Fue una conversación de 40 minutos. Nos pedían dólares y un montón de cosas que nosotros no tenemos ni de casualidad”, contaron las víctimas a EL DIA. El padre del chico, a partir de lo que decían los delincuentes, se animó a describirlos: “Tendrían entre 35 y 40 años. No sonaban como extranjeros ni mucho menos como chicos marginales. Todo el tiempo nos trataban de tranquilizar. Creemos que es gente de clase media”, catalogó el docente. Cuando los padres por fin acordaron un pago que pondría a salvo a su hijo, intentaron comunicarse con la Policía y con algunos vecinos. “Desde el 911 nos preguntaban de todo a nosotros, como si fuéramos los delincuentes. Y el patrullero tardó una hora y media en venir”, protestó el hombre. Obedientes a las amenazas de los asaltantes para no arriesgar la vida de su hijo, el matrimonio juntó en una bolsa de nailon todos sus ahorros: unos 40 mil pesos. También entregaron un par de relojes. “La prioridad era que el nene estuviera bien”, aseguraron los dos. En ningún momento pudieron comunicarse con el chico, que un rato antes había ido a bailar con amigos a un boliche de camino Centenario. Las víctimas esperaban que, como les habían dicho por teléfono, quien fuera a recoger la plata lo hiciera en moto. Pero no fue más que un dato para despistarlos, porque el delincuente que pasó a buscar el dinero andaba en un auto. Los ladrones prometieron que el chico volvería por sus propios medios a su casa luego de que lo liberaran a cinco cuadras, sin aclarar en dónde. Pero no aparecía y los minutos corrían. Era tal el nerviosismo que la madre salió en su auto a dar vueltas por el barrio, a tientas, en busca del encuentro. Con ayuda de un remisero que pasaba por allí, el padre fue más directo y llegó hasta la puerta del boliche. En pocos minutos pudo ver a su hijo, abrazarlo y comprobar que todo había sido un engaño. Muy molesto, el profesor se despachó contra las autoridades encargadas de la seguridad: “Acá te matan y no pasa nada. Lo que vivimos fue una tortura. No puede ser que nos pase esto. Y pareciera que todo queda en la nada”, lamentó. Fuentes oficiales agregaron que ayer a la madrugada hubo en Tolosa otros tres casos, además de tres en barrio Norte y tres en City Bell. Según dijeron, nadie pagó.

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