El estallido de la escuela 49 de Moreno, que provocó la muerte de dos trabajadores, paralizó la actividad escolar en el distrito y alentó a directores de otras ciudades bonaerenses a suspender las clases ante la presencia de fallas en el servicio de gas.

Por lo menos 26 centros educativos bonaerenses suspendieron las clases en la Provincia a la espera de la revisión de sus instalaciones, luego de constatar desperfectos. El número podría ser mayor: según relevaron los gremios docentes habría otras 12 escuelas que informaron el cierre por determinación de los directores.

La explosión en la primaria “Nicolás Avellaneda” de Moreno, donde murieron la vicedirectora, Sandra Calamano y el auxiliar docente, Rubén Rodríguez disparó una inusual decisión: directores autoconvocados de esa ciudad del oeste del Conurbano resolvieron interrumpir el dictado de clases hasta que la Provincia revise todas las redes de gas.

Por eso, este lunes comenzó un operativo que se organizó el fin de semana desde el Consejo Escolar de Moreno: se dividió el distrito en seis zonas y se contrató a 40 equipos de gasistas matriculados para una supervisión sede por sede. En esa localidad hay 257 construcciones donde funcionan servicios educativos. El reclamo docente llegó empujado también por las quejas de los padres. “Pasó en la Escuela 49 pero podría ocurrir en cualquier otra escuela”, se escuchó el sábado en la despedida de los docentes fallecidos por el escape de gas.

La onda expansiva del episodio trágico llegó a otras ciudades. En La Plata, cinco instituciones aplazaron sus actividades por desperfectos en el sistema de calefacción. La Secundaria Nº 92 -en calle 3 entre 527 y 528, en Tolosa- la Primaria Nº 31; en la primaria 26 y la secundaria 73, de Abasto, que comparten el edificio y la secundaria 59 -de 122 entre 603 y 604, en Villa Elvira- donde por una pérdida los directivos le informaron a los padres que no ingresarían los menores.

En Mar del Plata también clausuraron las actividades cinco establecimientos. Además, las autoridades de la Dirección de Escuelas admitieron 10 casos en La Matanza y 6 en San Isidro. Aunque aclararon que “con el correr de las horas, los problemas se solucionaron y en el turno tarde retomaron las actividades.

Un informe gremial también detectó otros 11 casos aunque las autoridades provinciales dijeron que “no está confirmado” que se hubieran suspendido las clases. Son centros de educación de Ezeiza, Avellaneda, Lanús y Hurlingham.

La tragedia de Moreno auscultó el sistema de mantenimiento de los edificios que operan el sistema educativo estatal bonaerense. En ese distrito, el Consejo Escolar –organismo encargado de supervisar el funcionamiento de los servicios esenciales- está intervenido desde noviembre del año pasado. Es un cuerpo colegiado con representantes elegidos por el voto, pero desde fines del año pasado lo conduce un funcionario designado por la Provincia: Sebastián Nasif. Este interventor fue el blanco principal de los cuestionamientos luego del estrago en la Escuela 49. El ente oficial recibió casi 50 millones de pesos en 2018 que debían destinarse a tareas de reparación o refacción para mantener en funcionamiento las instalaciones básicas de 230 construcciones, donde asisten 115 mil estudiantes de todos los niveles.

Además del dinero que se reparte entre los consejos escolares, el sistema de remisión de recursos tiene otro componente: el fondo de financiamiento educativo, que se reparte en los 135 distritos por coparticipación y debe destinarse a ejecutar obras de infraestructura escolar. Hasta julio de este año, el ministerio de Economía bonaerense envió 4.077 millones de pesos a todos los municipios. A Moreno llegaron 96 millones, según el informe oficial de esa dependencia