RP.- ¿Por qué decidieron impulsar este proyecto?

Es algo que me toca desde lo personal porque padezco diabetes desde hace seis años. Hace un tiempo, con el senador mandato cumplido Marcelo Carignani, impulsamos la misma iniciativa y no pudo terminar su recorrido legislativo en la Cámara de Diputados.

Ante esa situación, decidimos en este tiempo volver a impulsarlo nuevamente para que todos aquellos que tengamos la enfermedad podamos tener una ley que respalde los elementos que necesitamos de uso diario y cotidiano para poder medirnos la glucosa, inyectarnos la insulina y aplicarnos nuestra dosis diaria.

Estamos buscando que todas las obras sociales y las entidades de medicina prepaga que brinden cobertura médico asistencial en el territorio de la provincia, deban incluir en sus coberturas, con carácter obligatorio, la totalidad de los insumos y medicación que fueran prescriptos para el tratamiento terapéutico de la diabetes.

Así que esperamos poder darle impulso en el Senado y luego poder continuarlo en la Cámara de Diputados para que finalmente se sancione la ley.

RP.- ¿Considera que se tiene la información adecuada sobre la enfermedad?

No. por eso impulsamos que el 14 de noviembre sea utilizado por la provincia, como un día para hacer difusión y capacitación de esta patología. La mejor ayuda que se le puede dar a cada diabético y a cada persona es la prevención y la información. Es necesario que todo el mundo pueda hacerse los estudios, que todos sepan cuáles son sus valores de glucosa, porque es una enfermedad muy silenciosa, uno habitualmente la descubre cuando ya viene transitando la enfermedad por un tiempo prolongado; pero cuanto antes se detecte este tipo de enfermedades mucho mejor.

Y también hay que dar testimonio de que se puede vivir con una actitud absolutamente normal, padeciendo esta enfermedad que es complicada, de cuidados intensivos, si se quiere en la ingesta diaria de alimentos, y en lo que se está comiendo todos los días. Pero que en definitiva te exige una vida sana, un entrenamiento semanal y te exige buenos valores nutricionales para poder vivir de otra manera.

RP.- ¿Es una enfermedad que ha crecido en el último tiempo?

El 12 por ciento de la población mundial padece diabetes, creemos que el 14 por ciento de la población argentina también la tiene. Y también hay un sector que desconoce que tiene la enfermedad y la lleva consigo sin tener ningún tipo de precaución. Hasta que aparecen los síntomas típicos.

Me parece fundamental promover la concientización y la información. Se calcula que en nuestro país hay cerca de un 1.500.000 de diabéticos, y casi la mitad de ellos desconoce su condición.

Pero me parece que si nosotros seguimos adelante con la concientización y la difusión de que cada persona se haga los chequeos correspondientes, no solo para conocer si uno tiene diabetes o no, sino para conocer los funcionamientos de nuestro cuerpo y asimilar si tenemos alguna falencia en él rápidamente, es un instrumento importantísimo para mejorar nuestra calidad de vida y la de todos los habitantes de la Argentina.

Sé que es complejo porque la diabetes está vinculada directamente a los alimentos que ingerimos habitualmente, fundamentalmente a los hidratos de carbono. Y eso implica pizzas, arroz, pastas, un montón de nuestra base nutricional está vinculado a los hidratos de carbono. Después se complementa con proteínas, con grasas y esa información es mucho más importante para tener una vida más sana.

Por eso creemos que son dos vertientes la que abona la ley. La primera es el tema de la información y otra, que es fundamental, es que aquellos que tengamos la enfermedad podamos recibir ilimitadamente la insulina y todos los materiales descartables que necesitamos para poder hacer nuestras mediciones de forma cotidiana.

RP.- ¿Esta ley está orientada a incorporar a las personas que no tienen obra social?

Por supuesto, y también a referenciar a que las obras sociales no puedan limitar la cantidad que uno necesita, salvo que la prescripción médica diga que se necesita una determinada cantidad de insulina.

Lo importante es la alimentación, el agua. La actividad física es fundamental. Se recomienda, por lo general, entre 40 y 45 minutos de caminata por día. Y teniendo esas cuestiones muy claras, muy asimiladas y llevarlas a la práctica, uno puede tener una vida absolutamente normal y gratificante, como cualquiera que no padezca la enfermedad.