“La desnutrición es una enfermedad social”

EL CIVISMO dialogó con Abel Albino, pediatra y fundador de la Cooperadora para la Nutrición Infantil (Conin). La red tiene 68 centros de prevención en el país, uno de ellos en Luján, en el barrio Villa del Parque.

"Yo hago pobreza y desnutrición, por qué, porque hay pobreza y hay desnutrición extrema en el país, así de simple", reflexionó Abel Albino, especializado en Pediatría en el Hospital Luis Calvo Mackena, de Chile, y doctorado en medicina en la Universidad Nacional de Cuyo. Minutos antes de comenzar la charla programada en el Colegio Hermanos Maristas de Luján, dialogó con este medio sobre el trabajo que realiza la cooperadora que fundó en Mendoza, en 1992.

"Trabajamos desde hace 23 años, hicimos en Mendoza el primer hospital de desnutridos de la Argentina, pero dimos un paso más e hicimos el primer centro de prevención de desnutrición del mundo, y ahí dimos un paso notable sin darnos mucha cuenta. Le fuimos dando una respuesta concreta a cada problema concreto y sin querer nos fuimos dando cuenta que habíamos hecho un centro único en su tipo.

Combatir el hambre es lo más sencillo que hay, el hambre es un síntoma: si usted tiene un chico con hambre le da un plato de sopa y ya no tiene hambre, mañana le da un sandwich, una fruta y ya no tiene hambre; pero eso no significa que esté bien alimentado, se combatió un síntoma, nada más, no se sabe cuál es la patología central de ese síntoma, no se sabe tampoco cómo evitarlo.

Si queremos quebrar la desnutricón debemos hacer un abordaje integral de las problemáticas sociales que dan origen a la extrema pobreza, la desnutrición ya no es un síntoma es una enfermedad individual y social profunda, y su tratamiento puede llevar -a lo mejor- una generación, 25, 30 años, no 10 minutos".

¿Cómo se aborda esta problemática?

Dijimos hace muchos años, si queremos quebrar la desnutrición debemos hacer este abordaje integral sobre las determinantes que llevan a esa extrema pobreza: y cómo se hace ello: educación nutricional, educacion para la salud, lactancia materna, jardín maternal, jardín infantil, estimulación temprana, lectoescritura para analfabetos, escuela para padres, documentación y legalización de la familia, agua corriente, agua caliente, luz, cloacas; así se combate, es un abordaje interdisciplinario.

Así que es esto lo que hacemos, y va a solucionarse el día que entendamos que todos debemos comprometernos, los gobiernos, las ONG, el empresariado, las iglesias, las universidades  y la comunidad, ninguno de estos actores individualmente puede, pero todos juntos podemos.

¿Por qué en Chile funcionó este modelo y en Argentina cuesta más?

Argentina es un país muy grande, es muy anárquica, y hay que convencer a cada gobernador para que haga acciones concretas y es un riesgo y una complejidad la que tenemos. 

En Chile es todo más sencillo, se respeta mucho la intelectualidad. Conin empezó con el gobierno de (Salvador) Allende, siguió con el gobierno de (Augusto) Pinochet y siguió funcionando en Chile con todos los gobiernos de la democracia, y nadie se opone a ello, al contrario. Fueron dando resultados porque Chile se incendiaba, las problemáticas sociales eran más complejas, es un país más pobre, había chicos muy graves: o trataban desnutrición o se quedaban sin chicos.

Argentina es distinta, hay muchos más recursos, hay más posibilidades, pero también por eso somos mucho menos constantes en las cosas: total vamos a salir, total Dios es argentino. Todo eso que hace que uno no le lleve del todo el apunte a las cosas como debiera porque si no ya hubiésemos quebrado este flagelo, sin duda.

¿Qué cambió en usted cuando comenzó a trabajar con el proyecto Conin en el país?

Yo me fui a Europa a hacer Biología Molecular en Gastroenterología, en la clínica universitaria de la Universidad de Navarra; y ahí me chocó ver esos países tan pequeños y tan poderosos y no dejaba de pensar en el nuestro que es tan grande, que es tan rico y que está tan empobrecido.

Italia tiene 301 mil km2 y Argentina 3 millones de km2, es 10 veces mayor, sin embargo tenemos la mitad de la población que tiene Italia hoy, así que no hay explicación lógica que pueda darse para justificar por qué estamos como estamos. Pareciera que estamos como estamos porque queremos nomás. Es una regla sin excepción que la desnutrición afecta a los chicos por debajo de los seis años porque dependen de terceros, porque no tienen los medios económicos, o no tienen la capacidad intelectual necesaria o suficiente como para poner en marcha a una criatura. Y entonces se afecta a los chicos por debajo de esa edad, siempre. Evidencia esto una falla cultural, porque Argentina produce alimentos para 400 millones de habitantes, cómo puede ser que no pueda mantener 40. Como que no queremos hacer las cosas, no nos convencemos que las debemos hacer, en realidad esto lo vamos a solucionar entre todos si nos ponemos todos.

¿Hay cifras oficiales en Argentina que hablen de desnutrición?

No hay cifras. Ya lo escuchamos al Ministro de Economía hace un mes diciendo no contamos pobreza porque es estigmatizar a los pobres. Después se dijeron cifras, pero de dónde las sacan no sé. 

Yo veo más desnutridos posiblemente porque los busco. Yo voy y me meto entro a los ranchos y veo chicos durmiendo en un pozo en la tierra tapados con perros, no tienen ropa de cama, no tienen ropa de abrigo, no tienen estufa, tampoco tienen techo porque es un nylon, es preocupante; se tapan con sangre caliente. Como se tapan con perros tienen parasitosis, como tienen parasitosis tienen anemia, como tienen anemia van a la escuela a perder el tiempo.

¿Cómo trabaja Conin?

Tenemos los centros de tratamientos en Mendoza donde se interna al niño desnutrido más severo, y después trabajamos con centros de prevención en todo el país que, cuando vemos que el chico ya se sale de la cinta asfáltica, ya se sale de la banquina, tratamos de ponerlo en orden para que no se desbarranque, no se lesione.

La desnutrición es importante porque produce debilidad mental, pero es la única debilidad mental que se puede prevenir, la única que es creada por el hombre así que es el hombre el que debe intervenir para quebrarla.

¿Cuál es la etapa crucial en la que el chico debe estar bien alimentado para tener un buen desarrollo?

Fundamentalmente el primer año; embarazo y primer año. Si tenemos un buen embarazo y un buen primer año ya está el 80% del cerebro del adulto.

¿Cuándo se empezó a hablar de desnutrición en Argentina?

Nosotros hace mucho que venimos hablando del tema. Empezamos en el 92, y ya veíamos el problema y alertábamos aunque no nos creían mucho, mucha gente pensaba que buscábamos algún cargo público, y con los años se dieron cuenta que no buscamos nada; nosotros queremos una gran nación, esa es nuestra pretensión. Un país donde cada niño pueda desplegar todo su potencial genético para tener igualdad de oportunidades.

El chico para nutrir y desarrollar su cerebro necesita una cucharadita de leche y un beso; si yo no lo beso, no lo abrazo, no le muerdo el cachete, no estimulo su curiosidad, el chico no se engancha con la vida. Necesita el chico para desarrollar su cerebro 50% de nutrición y 50% de estimulación. Cincuenta por ciento de genética y cincuenta de epigenética que es lo que rodea al niño y hace que se estimule.

Si el chico se cría en un ambiente chato y gris, sin colores, sin música, sin alegrías, con figuras maternas y paternas desdibujadas, tendremos un desarrollo neurológico; y si se cría en un ambiente cuidado, tendremos otro.

PARA COLABORAR CON CONIN LUJÁN

Teléfono: (02323) 425870 / (02323) 15528610 / (011) 155157-1230

Correo electrónico: alimentandoesperanza@gmail.com

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