La emergencia en la Cuenca del Morro suma otra mano. A partir de la firma de un convenio entre los Ministerios de Medio Ambiente de San Luis y de Chaco, la provincia norteña abastecerá con un millón de plantines de algarrobos blancos, que serán incorporados a las zonas más vulnerables de la cuenca. Harán dos entregas por mes de 50 mil ejemplares cada una, durante dos años. El equipo local de forestación, compuesto por trabajadores del Plan de Inclusión y personal de la cartera, serán los encargados de colocarlos.

“Hace unos meses presenté el problema que tenemos en el Consejo Federal de Medio Ambiente (Cofema), en Buenos Aires, a los ministros del país. Manifesté que necesitábamos abastecernos de árboles de otras provincias productoras, porque en San Luis producimos pero muy poco. A partir de allí, dialogamos con la ministra de Chaco acerca de un convenio para fortalecer vínculos institucionales sin un beneficio económico, sólo busca cubrir los costos de la operación, con la mirada puesta en la cuenca y en tratar de incorporar especies nativas”, explicó Cristian Moleker, el responsable del ministerio sanluiseño.

El acuerdo fue firmado en el Centro de Logística Forestal, sobre la calle Las Heras extremo sur, frente al parque Costanera, entre Moleker y María Elina Serrano, la ministra de Planificación, Ambiente e Innovación. "El ambiente no reconoce fronteras, límites físicos ni divisiones impuestas por el hombre entre las provincias. Cuando comentó el problema, inmediatamente le dije cuánto íbamos a aportar nosotros. Este es uno de los tantos convenios específicos que esperamos firmar, ya que tenemos muchas áreas en común", sostuvo Serrano.

Los plantines de algarrobo blanco son producidos en el Instituto de Investigaciones Forestales Agropecuarias (IFA) de Chaco. Tienen entre 30 y 35 centímetros y están listos para ser trasladados hasta suelo puntano. "Los técnicos estudiaron y vieron que la parte norte integra la ecoregión del Gran Chaco Americano, en esa zona hay muchas especies que se comparten y es muy parecido al caldén. Por eso creen que de nuestras especies es la que se adaptaría mejor", explicó la ministra.

Moleker señaló que apenas cierren los temas contractuales y ya hayan comprado los cajones donde van apilados los arbolitos, empezarán a traerlos. "Lo que nos marca la pauta de entrega es la capacidad de forestación de los equipos en la cuenca. Ellos marcarán el ritmo aunque recibiremos dos pedidos de 50 mil ejemplares (cada uno) por mes", describió.

Según detalló Ariel Ybarra, el presidente del IFA, poseen árboles suficientes para hacer dos entregas y media. "Lo ideal es lograr una mayor rotación para poder seguir produciendo y mandarlos, y para que tengan un tiempo de rustificación, es decir que se adapten al ambiente para luego plantarlos". Ese proceso de fortificación de la especie lo realizarán en el vivero de San Luis capital, donde estaba la ex colonia agrícola.