Tras retomar a las 14:50 el cuarto intermedio dictado sobre el mediodía de ayer, el tribunal que presidió el juez penal Jorge Odorisio e integraron Mariano Nicosia y Daniela Alejandra Arcuri resolvió por unanimidad la absolución de Rodrigo Gallardo, entendiendo que el Ministerio Público Fiscal no probó su participación con la certeza que se requiere para esta instancia.

En tanto que declaró penalmente responsable a Misael Henríquez como autor del delito de homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego. Ello, en base al testimonio del único testigo presencial del hecho que accedió a declarar.

Si bien la identificación del autor que realizó a través de su testimonio fue cuestionado por la defensa, señalándose la escasa iluminación artificial en el escenario del crimen y que el detalle de que los autores estaban encapuchados, los jueces señalaron que la declaración fue convincente y no advirtieron que el testigo tuviera intención de perjudicar al imputado.

En los alegatos que se realizaron durante la mañana, tanto el abogado Mauro Fontéñez, que asistió a Henríquez, como Daniel López, defensor de Gallardo, reclamaron sendas absoluciones y cuestionaron la orfandad probatoria de la fiscal general, Cecilia Codina.

Asimismo, se destacó en ese sentido que los testigos fueron “de oídas” y no sustentaron la versión del único que estuvo presente en el lugar del hecho.

En cambio, la fiscal entendió que se probó mediante la prueba presentada que los dos acusados tuvieron debida participación en el hecho y pidió que ambos fueran condenados.

 

EL HECHO

El asesinato, según el relato de la Fiscalía, ocurrió el día 28 de junio del año pasado, aproximadamente a las 22:30, en circunstancias en que Carlos Javier Muñoz Villagra se encontraba caminando junto a dos amigos por calle Federicci al 1.700. Al lugar arribaron Henríquez y Gallardo, ambos portando armas de fuego.

Henríquez, sabiendo lo que hacía y con claras intenciones de darle muerte, efectuó varios disparos con un arma de fuego contra la humanidad de Muñoz Villagra. En tanto que Gallardo, ante la indicación de Henríquez que le disparara a los restantes, disparó contra los dos amigos de la víctima quienes lograron huir del lugar, a uno de los cuales le provocó una lesión leve de arma de fuego en el muslo derecho.

Con su accionar, Gallardo ahuyentó del lugar a los dos testigos presenciales y amigos de la víctima a los fines de evitar que ambos ayudaran a ésta, posibilitando de esta manera que Muñoz Villagra, quien no podía correr, quedara solo en el lugar a expensas de Henríquez que le seguía disparando.