La historia dice que Colastiné Sur tiene 354 años. Este poblado que en sus inicios se conocía como Puerto Obligado está ubicado en la barranca del río homónimo y a la vera de la Ruta Nacional 168. Es la jurisdicción costera más alejada del centro de la ciudad, donde viven unas 400 familias —unas 2.000 personas, aproximadamente— que tiene un karma: el agua.

Durante los períodos de crecida del río Paraná, el problema del agua en Colastiné Sur tiene un nombre: la inundación. Y el resto del año cambia su nominación: la falta de agua potable. Es que desde que tienen recuerdo, los vecinos esperan con ansias el camión distribuidor de agua potable que los abastece de este vital elemento en bidones y tanques que ubican junto a la calle, para acopiarla. El camión frena, despliega su manguera y les deja el agua. Así repite su andar, casa por casa.

Parece mentira que a metros de ese caserío, aguas arriba sobre el río Colastiné, esté ubicada una de las tomas de agua potable que transporta a la planta de Assa de barrio Candioti Sur el agua que luego se potabiliza y se distribuye a los barrios de la ciudad que sí cuentan con este servicio.

Por ello es que la presidente de la vecinal Colastiné Sur, Marcela Fernández, señaló que “es hora de empezar a tomar medidas”, aunque destacó que “no se trata de cortar la ruta, pero que se visibilice el problema de la falta de agua, que se agudiza cada verano porque falta más”.

Reclamo

“La idea es pelear por la concreción de una planta potabilizadora, que es una solución definitiva para que no tengamos que estar más perdiendo nuestro tiempo y exponiéndonos en los medios (de comunicación) para que nos traigan agua”, agregó la vecinalista.

Los vecinos piensan repartir folletos en distintos puntos de la ciudad para que todos comprendan cuál es la situación de los habitantes de Colastiné Sur debido a la falta de agua. Luego se van a confeccionar folletos, carteles y pasacalles para pegar en distintos lugares, “para que la gente se entere, sin tener que cortar el tránsito sobre la Ruta (nacional 168), mediante un reclamo pacífico”, dijo Fernández.

Desde diciembre

Más adelante, la presidente de la vecinal contó que desde el 15 de diciembre pasado, hay vecinos que se han estado quedando sin agua. El problema se repite en distintos sectores, de acuerdo con el camión (que abastece de agua) que le toque. “Nos hemos quedado sin agua hasta 10 días. También tenemos que aguantar que alguna persona desubicada nos diga que si reclamamos en los medios nos vamos a quedar sin suministro de agua. Esto lo digo porque me consta que hubo una amenaza puntual de un distribuidor de agua a un vecino, al que le dijo: ‘Si siguen hablando no va a haber agua’. Creo que lamentablemente se trata de una pobre persona que no sabe lo que dice”.

Hasta hace poco, el camión aguatero pasaba por la calle principal tres veces por semana, los lunes, miércoles y viernes. “Ahora está pasando sólo los martes y sábados, o sea que si por algún motivo no pasa ese día hay que esperarlo una semana sin agua”, dijo la vecinalista.

Y finalizó Fernández: “En 2015 marchamos hasta La Guardia. Ahora estamos planificando una caminata más extensa hasta el casco urbano de la ciudad de Santa Fe, para manifestarnos frente a Aguas Santafesinas o en la Municipalidad, de forma pacífica y sin molestar al resto de la población”.