China se diferencia de Rusia y no ofrece renegociar la deuda de Venezuela

China se diferencia de Rusia y no ofrece renegociar la deuda de Venezuela

La Cancillería de Beijing dijo que Caracas "puede gestionar el problema" de sus débitos internacionales.

China, con una posición cruda y pragmática, no ofreció aliviar la deuda de Venezuela, como sí lo hizo Rusia al refinanciar un préstamo millonario que el gobierno de Nicolás Maduro no pudo pagar en tiempo y forma.

A través de un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores, Beijing consideró que el país sudamericano puede manejar su crisis. “Creemos que el gobierno y el pueblo de Venezuela son capaces de gestionar adecuadamente el problema de la deuda. Esperamos que las partes implicadas puedan solventar el asunto a través de consultas. En el presente, la cooperación financiera entre China y Venezuela sigue como de costumbre”, dijo el vocero del ministerio, Geng Shuang.

Una declaración concreta y clara de que el gobierno de Xi Jinping no tiene intenciones de arriesgar el dinero invertido en la región, pese a su cercanía política. La agencia de calificación Standard and Poor’s declaró a Venezuela en “default parcial” ante el impago de 200 millones de dólares en bonos globales. Caracas tiene una deuda externa de unos 150.000 millones de dólares, de los cuales 28.000 millones son con China y 9.000 con Rusia.

La posición china se conoció un día después de que Rusia y Venezuela firmaran un acuerdo en Moscú que da a Caracas 10 años para devolver los US$ 3.150 millones de su deuda con el país. Según lo acordado, Venezuela realizará pagos “mínimos” durante los seis primeros años. Esto, afirmó, permitirá a Caracas destinar más fondos al desarrollo económico interno. El destino de Venezuela, con default parcial de su deuda y bloqueada por las sanciones estadounidenses, depende más que nunca de sus aliados ruso y chino. Pero ambas potencias tienen intereses y visiones diferentes.

El problema venezolano es mucho más profundo. El lunes pasado el gobierno de Maduro convocó a acreedores internacionales para reestructurar su enorme deuda externa, pero no hubo una propuesta concreta y los bonistas se retiraron decepcionados. “Las cuentas no cuadran. Los tenedores de bonos tienen razones para estar alarmados”, afirmó el economista venezolano Orlando Ochoa tras ese frustrado encuentro.

Ludovic Subran, jefe economista de la aseguradora Euler Hermes, estima que “es un poco tarde para reestructurar la deuda venezolana”, y que tampoco cuadra la venta de activos como vía para solucionar la situación financiera del país caribeño. “¿Quién estaría dispuesto a comprar en el contexto actual?”, se pregunta.

Para sortear las sanciones estadounidenses, Maduro aún confía en Rusia y China. “Es verdad que acreedores como estos dos países pueden intervenir, pero sólo pospondrían el problema, señala Subran, ya que los mercados identifican al país petrolero como el de mayor riesgo actual para las inversiones. Para Ochoa, en cambio, tanto Rusia como China “han llegado al límite” de concesiones con Maduro

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