Con la presencia de Máximo Kirchner como una de las figuras centrales, y bajo las consignas “Unidos por el Trabajo”, “Unidos por la Argentina” y “Unidos por Buenos Aires”, el acto se inició cerca del mediodía en un salón del predio histórico, donde se congregaron centenares de militantes y referentes de organizaciones sociales, políticas y gremiales.

Luego del Himno Nacional y de la lectura del documento oficial, comenzaron a desarrollarse las oratorias, que estuvieron a cargo de los intendentes Martín Insaurralde, de Lomas de Zamora; Julio Pereyra, de Florencio Varela; Francisco Durañona, de San Antonio de Areco; y Juan Ignacio Ustarroz, de Mercedes; el ex diputado nacional Gastón Harispe, el senador nacional Juan Manuel Abal Medina, el dirigente de SMATA Oscar Romero, la diputada nacional Fernanda Raverta y el presidente del PJ bonaerense, Fernando Espinoza.

También se apostaron en el estrado Máximo Kirchner; los jefes comunales de Almirante Brown, Mariano Cascallares; de Avellaneda, Jorge Ferraresi; de la Matanza, Verónica Magario; de Ensenada, Mario Secco; y de San Martín, Gabriel Katopodis; el senador provincial y ex intendente de Lanús, Darío Díaz Pérez; los diputados nacionales Gustavo Arrieta y Eduardo “Wado” de Pedro; el presidente del PJ de San Vicente, Daniel Di Sabatino; entre otros.

Las palabras

En los discursos no se dieron a conocer definiciones (ni intenciones) sobre posibles candidaturas con miras a las próximas elecciones legislativas. Si bien hubo alusiones positivas a la ex presidenta Cristina Fernández durante toda la jornada, se hicieron para contrastar sus gestiones y la de Néstor Kirchner con la de Cambiemos.

Todos los referentes peronistas, tanto los del grupo “Fénix” como los del “Esmeralda”, coincidieron en atacar directamente al presidente Mauricio Macri y a la gobernadora María Eugenia Vidal. Una buena síntesis estaba impresa en el texto elaborado por el PJ provincial: “El gobierno de Macri decía que venía a unir a los argentinos. ¿En qué nos unió? En el miedo generalizado a perder el empleo, en la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos, en la desesperanza de no llegar a fin de mes, en la imposibilidad de pagar los tarifazos. Somos la alternativa electoral capaz de revertir esta situación de ajuste y miseria del pueblo”.

Además, defendieron la lucha de los docentes por paritarias y mejoras en sus condiciones laborales; criticaron el crecimiento de la deuda pública y señalaron que la misma se pagaría a fuerza de recortes en salud, educación y sistema previsional; y remarcaron “la formidable persecución política, mediática y judicial”, centradas en la figura de CFK y en la detención de la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala.

Martín Insaurralde opinó: “Tenemos muchas desigualdades en la Argentina. Está claro que a nosotros nos faltó mucho, pero en la Provincia y en la Argentina estamos muchísimo peor que hace quince meses”.

También manifestó que “el enemigo está enfrente, el enemigo está gobernando”, y en otro tramo de su intervención arremetió: ¡Qué carajo le importan los trabajadores a este gobierno!”.

Por su parte, Fernando Espinoza -convocante al evento partidario- acusó que “el macrismo engañó con una propuesta mentirosa a millones de argentinos, porque Macri dijo que lograría un nivel de pobreza cero y hoy vemos que hay un millón y medio de nuevos pobres, son 600 mil familias que perdieron el trabajo este año”.

“Estamos gobernados por un gobierno de CEOS que no se equivocan en lo que quieren hacer. Ellos le mintieron al pueblo en campaña, pero vinieron a beneficiar a sus familias”, disparó el ex mandatario matancero, y cerró así la lista de disertantes.

Después del tradicional canto de la Marcha Peronista, se hizo más visible el revuelo de gente dentro de la galería, donde no daban abasto los ventiladores y el calor era insoportable. Hombres y mujeres se sacaban “selfies” con los dirigentes más destacados, especialmente con el diputado nacional de La Cámpora, Máximo Kirchner, que había llegado horas después de que Cristina convocara a la militancia a marchar el 7 de marzo con la CGT.

En diálogo con la prensa, Máximo evitó hablar de candidaturas y valoró con cierta autocrítica el intento de unidad en el peronismo: “La búsqueda de esa verdad relativa para la construcción de una síntesis superadora es bueno que la empecemos a buscar porque nos podríamos haber ahorrado algunos dolores de cabeza, pero lo importante va a ser lo que nos podamos ahorrar en el futuro; machacarse los dedos con lo que no fue, no tiene sentido”.

Admitió que “no es fácil gobernar” y que “no hay perfección en un gobierno, pero siempre en la orientabilidad y en los puntos de inflexión, este proyecto político se decidió para proteger a los trabajadores, a los estudiantes, a los más jóvenes y también a las mujeres, que son sujetos de derechos hoy y que han salido a la calle”.

Por el contrario, apuntó que “todos aquellos que los criticaron, hoy andan como bola sin manija tratando de explicarle a la gente lo inexplicable, que la están dejando sin trabajo y que aumentaron todo”.

En lo suyo, Mariano Casacallares sostuvo: “La gente la está pasando mal porque hay mucho ajuste, aumentos, despidos, y con el peronismo vamos a recuperar el trabajo, el consumo, la producción”.

Por último, la intendenta Verónica Magario indicó que su distrito “necesita inversión, no necesita que sea un botín político”, debido a que -manifestó- los jefes comunales peronistas se sienten “discriminados” por no conducir comunas afines a Cambiemos y el PRO.

“No queremos ser más discriminados, no es posible que a nosotros se nos niegue más obras, que no se nos atienda, que no se nos escuche, y que, si se nos escucha, no se nos den soluciones”, reclamó.