“Algo pasa en nuestra cultura, en nuestra sociedad, que no le estamos mostrando a los chicos que vale la pena vivir”

“Algo pasa en nuestra cultura, en nuestra sociedad, que no le estamos mostrando a los chicos que vale la pena vivir”
En el marco de la realización del 1° Congreso Regional Argentina de prevención del suicidio, Héctor Basile, docente de la UBA se refirió a las causas por las cuales se estima que Jujuy y el noroeste Argentino poseen una de las más elevadas tasas de suicidio a nivel nacional.
En relación a las razones por las cuales el noroeste argentino, y particularmente Jujuy, tienen altos índices de suicidio, Héctor Basile explicó en declaraciones a JUJUY AL DÍA® que “acá hay que decir un par de cosas: por ejemplo Tierra del Fuego tiene prácticamente la misma tasa de suicidios que el noroeste, pero el clima del noroeste es mucho más benigno que el de Tierra de Fuego, pero los salarios en esa provincia son más altos, pero sufren seguido de crisis económicas y la gente que ha migrado allí pierde su trabajo y tiene que volver e insertarse, que es más difícil”, y agregó que “el noroeste argentino era antes una vía de comunicación muy importante, en la época del virreinato, y hoy ha quedado fuera del circuito y se ha transformado en economías regionales que deben bastarse a sí mismas, lo que hace que los ingresos sean más bajos en todo el noroeste y la pobreza de ingreso justifica el deterioro y frustraciones que repercuten en la familia”.

Basile consideró que “cuando alguien se queda sin trabajo por un mes o dos y vuelve a conseguir se angustiara, pero cuando viene una crisis y no se puede conseguir empleo la única salida es migrar y el problema se da cuando se van a vivir a Buenos Aires para conseguir plata y girar a la familia pero se dan con que el salario solo le sirven para comer a ellos mismos, perdiendo esta oportunidad, lo que genera que la pareja, que estaba al cuidado de los hijos, deba irse a trabajar, dejando a los niños solos, como hemos visto casos, de mujeres que desde La Quiaca vienen a trabajar a San Salvador de Jujuy en una casa de familia”.

Explicó que “con esto quiero decir que está situación no rompe a la familia, la pulveriza, porque el padre que vive en otro lugar y la madre debe abandonar a sus chicos de lunes a viernes, y los hijos deben andar deambulando y muchas veces quedan como chicos de la calle y caen en la droga, el alcohol o son sometidos a abusos, y no tienen ni siquiera alguien que los apoye en sus tareas escolares, quedan sin contención”, y añadió que “esto se produce en muchos lugares del país, pero las provincias del noroeste tienen una pobreza estructural que viene de largo tiempo y cuando hay crisis agudas es como si tuviéramos dos enfermedades graves al mismo tiempo”.

Basile comentó “unos dicen que el tema se resuelve creando trabajo pero eso lleva mucho tiempo, por ejemplo al salir de la crisis del 2001, las tasas de desocupación bajaron pero las tasas de suicidios cada vez eran más altas, la herida que produjo en la familia fue tal que los suicidios no bajaron para nada, al contrario continuaron subiendo, porque los problemas de la sociedad no se arreglan con un puesto de trabajo, se palea con un plan, y el problema es que la ayuda si es prolongada va minando la identificación de la gente con el trabajo ya que es más fácil vivir con un plan”.

“Esto es un fenómeno mundial, no solo de Jujuy o de la Argentina, en toda América, algo pasa en nuestra cultura, en nuestra sociedad que no le estamos mostrando a los chicos que vale la pena vivir”, aseguró el especialista.

En este sentido se refirió a las acciones del gobierno transformadas en políticas para la lucha y prevención de este flagelo, “los gobierno son los encargados de canalizar los esfuerzos, los criterios de planificación, los criterios de apoyo social, hay quienes pueden más y quienes pueden menos, pero hay que tener en cuenta que los gobiernos son el reflejo de lo que nosotros elegimos y el Estado en general en la Argentina no mira para otro lado pero a veces tiene mucha dificultad para concentrarse en aquellas situaciones donde por angustia o desesperación, o por estadísticas, no se anima a mirar”.

Para finalizar, Héctor Basile se refirió al rol de los medios de comunicación en relación a la problemática de los suicidios manifestando que “esto es muy importante, puedo transmitir una certeza de la Organización Mundial de la Salud, que dice que: evitar que una noticia corra es imposible. Si un chico se suicida en una escuela automáticamente todo el mundo está enterado, pero el tema no es decir que no se suicidó sino como actuamos para que eso que ocurrió nos permita hacer prevención”, y agregó que “cuando alguien se suicida es porque llegó a enfermarse por todas las condiciones que le tocó vivir, por eso hay que mostrar que eso tiene tratamiento, difundir que hay lugares y servicios, hospitales e instituciones que se ocupan de prevenir el suicidio, por eso cuando hay un suicidio lo que no tenemos que hacer es transformarlo en una nota de tapa, no mostrarlo con letras de sangre, nunca difundir métodos de cómo se suicida alguien sino estamos lo estamos sirviendo para alguien que lo está pensando”.

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