Alerta por el crecimiento de villas y asentamientos en la región

Cerca de 19 mil familias actualmente viven en villas y asentamientos que se ubican en la periferia de la ciudad. Distintas organizaciones no gubernamentales, como Cáritas y Un Techo para mi país, afirman que la marginalidad se extiende a pasos acelerados.
A 15 minutos de la Gobernación, centro político de la provincia de Buenos Aires, la pobreza crece como una mancha de aceite. Hacinamiento, frío, hambre, explotación sexual y laboral, esas son las condiciones en las que viven miles de personas en villas y asentamientos que, de a poco, van rodeando la ciudad e instalándose en las periferia de la región.

El Gobierno nacional, desde hace años, viene gritando a los cuatro vientos que ha logrado reducir la pobreza y la indigencia, pero lo que está ocurriendo en la periferia platense, en una ciudad que supo ser una suerte de París de Latinoamérica, es muy diferente. En condiciones infrahumanas están viviendo extranjeros indocumentados, platenses de familias numerosas y desempleados. Esto lleva, a su vez, a que los excluidos del sistema avancen sobre terrenos que son propiedad privada, ante la imposibilidad de tener un lugar para construir un techo propio.

“Hacemos esto porque no tenemos trabajo”, dice a Hoy, Pablo, que desde hace 5 años habita un asentamiento ubicado en San Carlos.

En La Plata y el Gran La Plata, los Pablos se multiplican por mil. De acuerdo a cifras aportadas por la ong Un techo para mi país, a diciembre de 2009 había un total de 127 asentamientos en todo el territorio del Gran La Plata (GLP), concentrándose la mayor cantidad en el Municipio de La Plata.

Al preocupante panorama social, se suman las manipulaciones política. Es vox populi que distintos gobiernos municipales alentaron, en las últimas dos décadas, asentamientos en la región con familias que migran desde el Conurbano, a fin de poder contar con más votos en épocas de elecciones.

Las localidades más afectadas

Las localidades de Melchor Romero y Los Hornos son las que mayor número de asentamientos tienen. Romero tiene 15 y Los Hornos 10. Le siguen Villa Elvira y San Carlos con 8; Ringuelet, City Bell y Tolosa con 7; Etcheverry y Olmos, con 6; San Lorenzo, Arturo Segui, Arana y Gorina con 4 asentamientos.

El informe también arrojó otro número igual de preocupante. El total de familias que viven en asentamientos informales en el Gran La Plata es de 18.867. “Es decir que cerca de 19 mil familias de nuestro país viven, al menos, sin uno de los servicios básicos y en vulnerabilidad e incertidumbre con respecto al futuro”, precisa el relevamiento.

“Es una situación muy dolorosa y difícil”, sintetizó a Hoy Graciela Ferrara, de Cáritas La Plata. Y agregó que “los asentamientos en La Plata y el Gran La Plata han aumentado. Lo vemos a diario en nuestro trabajo”.

De acuerdo a Cáritas, las zonas más afectadas son Los Hornos, Tolosa, los asentamientos ubicados a la vera del arroyo Del Gato y en la bajada de la autopista, El Peligro, El Charquito y Villa Elisa, entre otros.

El relevamiento, hecho durante 2009, arrojó además que el 90% no tiene acceso a la red cloacal y el 91% no posee energía eléctrica. Además, la mayoría se ubica sobre terrenos inundables y contaminados.

En ese sentido, Ferrara explicó que los asentamientos se componen en su mayoría de platenses, pero también de personas que vinieron del Conurbano bonaerense en búsqueda de espacio y de oportunidades.

Explotación

“También hay mucha inmigración extranjera de países limítrofes, que muchas veces son familiares de personas que ya están asentadas acá y comienzan a vivir en el hacinamiento y la explotación”.

“Hay veces en que una familia toma una casa, ellos van trayendo a sus familiares y esos familiares, a su vez, van trayendo otros. Entonces viven muchos en una misma casa”, sostuvo.

Por su parte, el arquitecto Jorge Lombardi, investigador y docente de la Universidad Nacional de La Plata, explicó a este medio que “los asentamientos crecen alrededor de La Plata, de las grandes ciudades, producto de la inmigración del campo a la ciudad. En La Plata, esos asentamientos se componen no sólo de platenses sino de personas provenientes del Conurbano”.

Agregó que la falta de vivienda es un problema de pobreza. “Sin dudas se hace algo dándoles una vivienda, pero si no se resuelve el problema de fondo, que es la pobreza, la persona no tiene medios para sostener esa vivienda y termina vendiéndola a precios irrisorios”.

La explotación es otro de los dramas de miles de familias. Muchos pasan largas jornadas de trabajo en negro en obras en construcción y en quintas de la periferia. “Hay muchos inmigrantes que trabajan en quintas de 5 a 18 horas y cobran $ 5 por día. Es gente que vive explotada, viene con una cultura impuesta y además están indocumentados”, detalló Ferrara. Y agregó que también hay casos de explotación laboral y sexual en niños.

“Esa situación se da en la periferia. Allí miles de personas viven en condiciones paupérrimas, indignas, hacinados, llegamos a ver bebés que duermen en cajones de manzana”, concluyó.

Hasta el INDEC reconoce que aumentó la indigencia

El último estudio estadístico del INDEC, que se desprende de la Encuesta Permanente de Hogares, dio cuenta del aumento de la indigencia en nuestra región.

Concretamente, informó que en el segundo semestre de 2009 el 4 por ciento de los habitantes platenses vivía sin poder cubrir las necesidades básicas, cuando en el primer semestre el indicador era de 2,7 por ciento.

También hubo un aumento de la cantidad de hogares en estado de indigencia: 3,2 por ciento en el segundo semestre de 2009, contra 2,7% de la primera mitad del año pasado

La indigencia en La Plata es superior a otras zonas importantes del país como Córdoba (3,5 por ciento), Paraná (2,9 por ciento), Mar del Plata (3,3 por ciento), Catamarca (3,3 por ciento), La Rioja (2,5 por ciento).

El concepto de “línea de indigencia” procura establecer si los hogares cuentan con ingresos suficientes como para cubrir una canasta de alimentos capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades.

De esta manera, los hogares que no cuentan con ingresos suficientes para adquirir esa canasta son considerados indigentes.

Se establece una Canasta Básica de Alimentos (CBA) determinada en función de los hábitos de consumo de la población y de los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos.

A nivel nacional, la situación no es mucho mejor que la que se vive en La Plata.

Según un estudio de Proyecto Sur, que lidera Pino Solanas, la asignación universal por hijo para la protección social (AUPS) que anunció con bombos y platillos el Gobierno nacional tuvo un resultado modesto. Al no abarcar a toda la población infantil, la asignación sólo reduce en 5,2 por ciento la cantidad de pobres (unos 700 mil personas) y en 19,3 por ciento la de indigentes (1,14 millón).

Con la AUPS, el nivel de pobreza pasó de 33,8 por ciento anterior a un 32 por ciento, y el de indigencia de 14,9 al 12 por ciento.

Pero, si a estos valores nominales se los analiza teniendo en cuenta la suba de precios de los primeros meses de 2010, el impacto para mejorar la situación de pobreza e indigencia es mucho más modesto.

Teniendo en cuenta la inflación desde noviembre de 2009 (cuando se anunciaron los 180 pesos) hasta abril último, casi 200 mil personas volvieron a ser pobres y alrededor de 450 mil volvieron a ser indigentes. En términos netos, salieron de la pobreza sólo 500 mil personas y de la indigencia 700 mil.

En términos redistributivos y reactivadores, el trabajo señala que el impacto de la AUPS también es escaso.

Con el esquema actual, durante 2010 representará el 2,6 por ciento de la masa salarial, el 1,1 por ciento del consumo privado y el 0,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Aseguran que en el mundo hay más pobres de lo que se pensaba

De acuerdo al Indice de Pobreza Multidimensional (IPM), un nuevo índice de medición elaborado por la Universidad de Oxford y Naciones Unidas, en el mundo hay 400 millones más de pobres de lo estimado.

Los criterios vigentes para calcular la pobreza se basan principalmente en el ingreso. Por ejemplo, el Banco Mundial considera pobre a aquel que tenga un ingreso inferior a US$ 1,25 por día.

Pero el IPM tiene en cuenta más variables para medir la pobreza, como la salud, la educación, el acceso a electricidad, a un pozo de agua y a combustible para cocinar.

Sabina Alkire, directora de la iniciativa y una de las creadoras del IPM, le dijo a BBC Mundo que el indicador “es como una lente de alta resolución que muestra en detalle los problemas que enfrentan los hogares más pobres”. Y agregó: “Hasta ahora se sabía que una persona era pobre pero se ignoraba si sus hijos iban a la escuela o si tenían piso de tierra en su casa”.

Según Alkire, la pobreza es un juicio de valor y es normal que haya discusiones sobre los indicadores.

Juan Ocampo, investigador peruano que participó de la elaboración del IPM, dijo que “justamente la idea ha sido evitar una posición centralizada o eurocentrista y generar una discusión para que cada país pueda tener sus propios indicadores y ver qué es lo que al pobre le falta más”.

El índice se aplicó en 104 países, es decir, midió el 78% de la población mundial. Aunque la conclusión fue que hay más pobres de los que se medían hasta ahora, América Latina presenta menos pobres que los que dicen los indicadores tradicionales.

Ocampo admitió que se debe a que los parámetros utilizados fueron “menos exigentes” y agregó que aún falta debatir varios aspectos para llegar a una medición de la pobreza que sea aplicable a todos los países. En América Latina, Uruguay es el que tiene menor proporción de pobres (1,7%), seguido de Ecuador (2,2%), Argentina (3%) y México (4%).

La mala nutrición, consecuencia de la pobreza

Muchas veces, la pobreza es la causante de que miles de chicos se encuentren mal alimentados y con “pancita” que evidencia desnutrición. Un relevamiento sobre 27 mil niños y adolescentes en edad escolar a cargo del ministerio de Salud de la Provincia mostró que el 14 por ciento sufre algún grado de obesidad. Durante la última década, la prevalencia del sobrepeso y obesidad a nivel mundial mantiene un sostenido aumento, hecho que condujo a la cartera sanitaria a lanzar una campaña de reducción y prevención de esta patología considerada una verdadera epidemia a nivel mundial.

Bajo el lema “Armando Salud”, el programa Salud Activa de la dirección provincial de la cartera de salud, lanzó una convocatoria a instituciones públicas, privadas y ONG de todos los municipios bonaerenses para generar actividades concretas que contribuyan con la campaña.

Los especialistas en Nutrición hacen hincapié en que la era electrónica y digital conectó a los chicos a un mundo de entretenimientos sedentarios.

Pero también, el aumento de la pobreza ocasiona esos daños en la salud.

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