Alegrías y polémicas que dejaron los Oscar

Alegrías y polémicas que dejaron los Oscar
“Argo”, elegida mejor película, recibió el elogio de Michelle Obama y duras críticas en Irán. “La noche más oscura” obtuvo “media” estatuilla. Jennifer Lawrence se cayó al subir al escenario y estuvo a punto de insultar.

“Guau”, exclamó Ben Affleck, sobre el escenario del Dolby Theatre, cuando en la Argentina ya era madrugada de lunes. Junto a George Clooney y Grant Heslov, coproductores de Argo, acaba de enterarse de que había ganado el Oscar principal, a mejor película. A pesar de haberla dirigido y protagonizado, Affleck no había estado a nominado como realizador ni actor. Omisión que Seth MacFarlane, ácido conductor de la ceremonia del domingo, había señalado temprano, al presentar a Affleck. “Un desconocido para la Academia... Ellos saben que metieron la pata”, lanzó.

“Pensé que estaba alucinando”, iba a decir Affleck tres horas y media después, abundantes en musicales. Se refería a que Michelle Obama, primera dama estadounidense, había sido la encargada de anunciar su premio, desde la Casa Blanca. La esposa de Barack Obama redondeó su tarea con un tuit: “Fue muy emocionante anunciar el ganador de mejor película en los Oscar desde la Casa Blanca. Felicitaciones, Argo”, escribió.

En Irán, en cambio, el filme no cayó tan bien. El ministro de Cultura y Orientación Islámica de ese país, Mohamad Husseini, declaró: “Esa película antiiraní carece de valor artístico. No esperábamos que los enemigos de Irán hicieran nada bueno”. Y sostuvo que la trama se basaba en una distorsión histórica.

Argo, que se quedó además con otras dos estatuillas, se centra en el complejo rescate de seis funcionarios estadounidenses en Teherán, en 1979, tras la irrupción de la Revolución Islámica.

En una noche de entrega de premios muy repartidos, Una aventura extraordinaria fue la que más ganó, cuatro, uno de ellos a la dirección, para Ang Lee (“Le gradezco al dios de las películas”, declaró).

Los Miserables obtuvo tres estatuillas, incluida la de Anne Hathaway a mejor actriz de reparto. Un número puesto. Como el Oscar que recibió Daniel Day-Lewis al mejor actor, por Lincoln, que estaba nonimada a doce premios y se quedó apenas con dos. Peor le fue a La noche más oscura, de Kathryn Bigelow, que se llevó apenas “media” estatuilla: compartió el rubro edición de sonido con Operación Skyfall.

En la categoría actriz, la cuestión no estaba tan clara como en actor. Finalmente, ganó Jennifer Lawrence, la “loca linda” de El lado luminoso de la vida. Al subir la escalinata rumbo al escenario, la ex morocha se tropezó y cayó hacia adelante, hasta quedar arrodillada sobre su amplio vestido Dior. Estuvo a punto de decir una grosería, como lo admitió al final. Pero optó por palabras de cortesía y por saludar a Emmanuelle Riva, que competía con ella por Amour, y que esa noche cumplía 86 años.

Al final, detrás de bambalinas, Quentin Tarantino -que se quedó con el Oscar a mejor guión original por Django sin cadenas y al mejor actor de reparto (Christoph Waltz)- dijo: “No soy un cineasta estadounidense. Soy estadounidense y soy cineasta”. En una de las fiestas posteriores, una ya recompuesta Lawrence miró a Affleck con su estatuilla y le preguntó: ¿Querés intercambiarla?”. El le respondió, sonriente: ¿Qué me pueden dar por este premio? Estaba feliz. Ya no era el desconocido de MacFarlane.

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