La vuelta de Elisa Carrió: la jugada de Daniel Rafecas, el enojo con Mauricio Macri y su apuesta para 2023

La vuelta de Elisa Carrió: la jugada de Daniel Rafecas, el enojo con Mauricio Macri y su apuesta para 2023

Elisa Carrió volvió a la primera línea de batalla. El acuerdo por Daniel Rafecas le valió otra disputa con Mauricio Macri

Aocho meses de su retiro del Congreso, Elisa Carrió volvió a ocupar la primera línea de batalla con su respaldo a Daniel Rafecas, el candidato de Alberto Fernández para la Procuración General. Su sorpresiva jugada sacudió el tablero político: abrió una nueva grieta en Juntos por el Cambio, que acelera la discusión entre duros y moderados por el futuro liderazgo del espacio, y evidenció las diferencias en el Frente de Todos en torno al futuro reemplazante de Eduardo Casal, procurador interino.

El impacto de la reaparición de Carrió se potenció con su apoyo explícito al proyecto presidencial que teje el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. A pesar de su enojo con Mauricio Macri, el principal herido que dejó su foto con Larreta y María Eugenia Vidal en Capilla del Señor, Carrió descarta de plano una ruptura y busca ampliar la base electoral de la coalición. Como muestra de su compromiso con el espacio, avisó que recorrerá el país en la próxima campaña. ¿Será candidata en 2021?

 

"Carrió no volvió porque nunca se fue", repite la diputada nacional Paula Oliveto (Juntos por el Cambio-Ciudad), una de las dirigentes de la CC más cercanas a Lilita. Carrió, que se despidió en marzo del Congreso, según dijo, para preservar su salud, se mantuvo activa en el llano. Aunque recluida en su casa en Exaltación de la Cruz por la pandemia, se convirtió en asesora en las sombras y fuente de consulta permanente para los líderes de Juntos por el Cambio. "Monitorea todo y sigue los temas", comentan en el entorno de Carrió. Aún padece problemas respiratorios y no logran convencerla de que deje de fumar.

 

En abril, cuando se escucharon los primeros cacerolazos contra Fernández, Carrió autorizó un comunicado de la CC para marcarle la cancha a la titular de Pro, Patricia Bullrich. En el partido de Lilita acusaban a Bullrich de "fogonear" las protestas para capitalizar políticamente el malestar con el Gobierno.

Durante la cuarentena también salió a respaldar a Rodríguez Larreta ante la quita de fondos a la Ciudad y calificó a Sergio Massa de "golpista". En su entorno aseguran que prefiere dosificar sus irrupciones mediáticas. Dicen que se "aburre" de escucharse a sí misma y prefiere entrar y salir de los temas, manteniendo el carácter explosivo de sus declaraciones. "Ella va a hacer política hasta que se muera", comenta un dirigente de su entorno.

La jugada Rafecas

La reaparición de Carrió, en parte, es para "apuntalar" al Presidente. Está convencida de que Cristina Kirchner pretende "vaciar de poder" a Fernández y de que el país podría sufrir una crisis institucional en el corto plazo. La carta de la vicepresidenta terminó de confirmar sus sospechas. "Ve a un presidente sumamente débil y cree que estamos frente a un abismo institucional", resumen en la CC.

 

 

Hace dos semanas, Carrió entendió que debía mover rápidamente sus fichas ante el intento del kirchnerismo de modificar la ley orgánica del Ministerio Público para flexibilizar la mayoría de dos tercios que exige el Senado para designar al jefe de los fiscales. Sospecha que en el Instituto Patriano quieren a Rafecas y que la vicepresidenta busca desplazar a Casal para designar a un procurador con un perfil radicalizado. Por eso, se comunicó con los principales referentes de la coalición opositora y les avisó que saldría a respaldar públicamente la nominación del juez federal. "Estoy peleando con Carlos Zannini, estoy jugando al ajedrez", advirtió en una entrevista con LN+. Sin embargo, su decisión generó malestar en el grupo de los duros de Pro y en un sector de la UCR. En cambio, el ala dialoguista acompañó la postura de Carrió. "El secretismo no es mi estilo", replicó la exdiputada desde su chacra. 

A pesar de que tensionó la fuerza con su jugada, en la CC están conformes porque entienden que la maniobra cumplió con el objetivo de exhibir la contradicción en la cúpula del oficialismo en torno a Rafecas: "¿Cómo va a decir ahora el kirchnerismo que no acompaña al candidato del Presidente?", esgrime uno de los alfiles de Carrió, quien argumenta que la mayoría de los referentes opositores conocían la postura de la CC desde marzo.

En el entorno de Carrió niegan que la exdiputada esté preocupada por la causa sobre supuesto espionaje ilegal, a cargo del juez Alejo Ramos Padilla, como planteó el diputado cristinista Leopoldo Moreau. "Lo de Ramos Padilla es parte de un show. No le preocupa", afirma uno de los dirigentes de su confianza. El viernes pasado, el partido de Carrió impugnó a Ramos Padilla en un concurso para la Cámara Federal y lo calificó de "juez militante". Días antes, Carrió le había dedicado al magistrado un tuit cargado de sarcasmo.

El enojo con Macri

Cerca de Carrió le bajan el tono a la pelea con Macri. Consideran que el enojo con el expresidente es "circunstancial" y que el vínculo "no está quebrado". "Siempre hubo una relación muy sincera con Macri. Y siguen en esos términos. Pueden volver a hablar y a coordinar", confía una fuente de la CC.

En la última reunión virtual de Juntos por el Cambio los emisarios de la CC buscaron aclarar la contundente frase de Carrió sobre el fundador de Pro ("Macri ya fue"). "Ella no dice que hay que tirar a Macri por la ventana. Estuvo al lado suyo después de las PASO del año pasado, cuando se borraron todos. No va a romper la unidad", cuenta uno de los dirigentes que la visita con frecuencia en Capilla del Señor.

Tras el vendaval de Carrió, Maximiliano Ferraro, presidente de la CC, envía un mensaje interno: "Ella tiene un liderazgo y una legitimidad que exceden a nuestro partido y a Juntos por el Cambio. Es un don, un carisma y no tenemos que enojarnos por eso".

La apuesta por Larreta

La reunión con Vidal y Larreta, que había sido pautada unos diez días antes de que Carrió decidiera avalar la postulación de Rafecas, agitó aún más las aguas en Juntos por el Cambio. La foto fue una ratificación de la estrategia política que teje la líder de la CC desde principios de año. Frente a la crisis y el avance de regímenes autoritarios de izquierda y de derecha en el mundo, Carrió pretende alejar a la coalición opositora de los extremos. "No hay que sobredimensionar o malinterpretar ese encuentro", dice uno de los referentes de la CC. Al cónclave también asistieron Ferraro y Maricel Etchecoin. 

Poco y nada se filtró de la charla en Capilla del Señor. Debatieron sobre la situación política en la provincia y la Ciudad -dicen que no se habló de candidaturas ni incorporaciones-, y la economía. "Lo de Rafecas no fue el tema central", dijo uno de los asistentes.

Mientras se celebraba la reunión entre Vidal, Larreta y Carrió, Macri difundió su respuesta a la carta de Cristina Kirchner y puso condiciones para dialogar con el Gobierno. Los tres dirigentes se enteraron de los tuits del expresidente cuando terminaron de almorzar.

Ferraro valora que "haya distintos tipos de liderazgos". "Todos somos necesarios para acrecentar nuestra base de representación", remarca. Durante el fin de semana hubo actividad en Capilla del Señor: Carrió recibió a Diego Santilli, principal armador de Larreta, y a su esposa, Analía Maiorana.

En la fuerza de Carrió coinciden en que es improbable que Lilita decida ser candidata en las legislativas de 2021, pero nadie lo descarta. Su terreno de batalla sería la provincia de Buenos Aires, epicentro de poder de Cristina Kirchner. "Yo no tengo salud, pero si tuviera que entregar la salud para que cambie el país, la entregaría", avisó en su última aparición televisiva.

 

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