Afinales de este mes se cumplirá el primer aniversario de lo que había sido una "exitosa" reestructuración de deuda con el 100% de aceptación. El "hito" sirvió de muy poco para la Argentina, excepto para patear vencimientos durante 3 o 4 años.

Los bonos que surgieron de esa operación rinden en torno al 30% en dólares, algo que marca a las claras que el país no tiene acceso al financiamiento, algo elemental en las economías modernas. Para peor, no hay drivers que puedan cambiar eso. Un acuerdo con el FMI (que va también para 1 año desde que se empezó a negociar) está aún ausente; y las elecciones legislativas (en donde habría paridad entre el oficialismo y la oposición) se quedarán cortas para cortar la sequía: será muy difícil que en lo que le queda de mandato Alberto Fernández tenga financiamiento. 

Durante la semana pasada, Luis "Toto" Caputo -el ex ministro de Finanzas del macrismo y quien lideró las cuantiosas emisiones de deuda en esa época- dijo que los bonos argentinos estaban baratos pero que podían seguir así un tiempo más. "Hoy el problema es de confianza, no hay programa económico en un gobierno que entraba sospechado por sus antecedentes", afirmó. 

Cálculo de retornos por las nubes

 

Específicamente de los bonos, dijo que la "posición técnica" es muy mala. Léase, tienen muy poca liquidez porque pagan cupones muy bajos y eso atenta contra el ánimo de los inversores en operarlos. "Es entendible el pricing que tienen", deslizó, si bien dijo que él estaría más desde el lado comprador a "largo plazo". 

Y deslizó un ejemplo: tomando el bono AL41 (surgido del canje, ley local y en dólares) si comprime las tasas a 1.000 puntos el retorno esperado sería del 51%. Algo más realista, o sea si comprime a 1.400 unidades, se gana 14% en dólares. La idea es que por los precios de los títulos, si mejoran tienen retornos altísimos pero nunca se sabe cuándo van a pegar la vuelta. "Están baratos y pueden estarlo un tiempo más", sentenció Caputo para quien un acuerdo con el FMI mejorará la posición de los bonos pero no despejará la incertidumbre. 

Portfolio Personal Inversiones (PPI) agrega que a pesar de que el ejercicio de reestructuración era necesario, no era una condición suficiente para la sostenibilidad de la deuda. "De hecho, dado lo sucedido después de este acuerdo en términos de política macroeconómica y la falta de reformas, el objetivo de sostenibilidad está lejos de cumplirse. Basta echar un vistazo a la probabilidad acumulada de default a 4 años que se sitúa en torno al 73,4% (cuando los pagos de la deuda se vuelven voluminosos) u observar la evolución del precio de los bonos durante el último año", señalan. 

El peso de la deuda sigue creciendo

 

Los bonos con "new Indenture" (versión 2020) se desplomaron entre 24,6/-28,6% desde que se realizó la reestructuración, mientras que los títulos old indenture (o sea los del 2005) muestran caídas de 16,2% al 22,9% hasta ahora. 

"La cuestión de la deuda seguirá estando en el centro de la escena en los próximos años. El 80% es endeudamiento en moneda extranjera y el 8% en instrumentos ajustables por CER, instrumentos que han venido ganando participación relativa en los últimos meses. Ello genera preocupación por susostenibilidad y la forma en que se cumplirán los compromisos. En ese contexto cobran relevancia los vencimientos con el FMI de los próximos años", dice Quantum Finanzas, la consultora de Daniel Marx. 

Nadie apuesta a que los bonos sean un buen negocio en el corto plazo. De hecho, los nuevos bonos de la provincia de Buenos Aires que pagarán cupones más altos que los de Guzmán serán más atractivos para los inversores internacionales. Finalmente, para estar posicionados en riesgo argentino, ni siquiera los que emitió Guzmán hace 1 años volverá a estar en menú.