La vida post COVID-19 desde adentro: cómo es la recuperación de pacientes después de terapia intensiva

La vida post COVID-19 desde adentro: cómo es la recuperación de pacientes después de terapia intensiva

En la sala SARIP del Hospital Pirovano un grupo de médicos trabajan en conjunto para tratar a personas que hayan estado internadas por un tiempo prolongado.

Un grupo de profesionales de la salud del Hospital Pirovano logró unir sus conocimientos con el objetivo de mejorar la calidad de vida de pacientes que hayan estado internados en terapia intensiva por COVID-19. Con tratamientos integrales, en la sala SARIP replantearon el modelo de trabajo habitual, aportando lo mejor de cada uno para que las personas regresen a sus casas de la mejor forma posible.

La sala SARIP del Hospital Pirovano se inauguró un 7 de septiembre de 2020. La idea surgió a partir de la propuesta del Licenciado Martín Previgliano tras plantearse la cuestión sobre cómo responder desde el sistema de salud a aquellos pacientes que habían padecido coronavirus de manera moderada a grave.

“El trabajo se aboca los siete días de la semana a tratar las secuelas de aquellos pacientes que han estado internados en terapia intensiva y a quienes el Covid-19 les ha dejado secuelas, ha limitado su autovalidez o algunas de las funciones fundamentales”, resume a minutouno.com Mariela Rodríguez Ruiz, Otorrinolaringóloga y Coordinadora médica de la sala SARIP del Hospital Pirovano.

Ese trabajo es interdisciplinario y se da en combinación con diferentes áreas: clínica, neurología, psicología, kinesiología, fonoaudiología, nutrición, musicoterapia y trabajo social.

Cómo es la recuperación de los pacientes post Covid

“Los pacientes que cursan un tiempo de internación prolongada, y cuyo cuadro ha sido de moderado a severo, muchas veces tienen un compromiso muscular y nervioso. Entonces se produce lo que se llama debilidad muscular adquirida, que lleva a un cuadro de debilidad generalizada”, explica a este medio la médica neuróloga Andrea Gómez Cufré.

En primer lugar, desde se realiza un trabajo en conjunto con neurología para determinar cuál es la condición cognitiva del paciente. “Desde el punto de vista neurológico, casi todos llegan con cuestiones cognitivas conductuales y motoras”, indica Gómez Cufré. Desde ahí, empieza la carrera por el alta.

La voz, el puntapié para la comunicación

Desde fonoaudiología se lleva a cabo la evaluación y rehabilitación de los problemas de comunicación, lenguaje, deglución y fonación - la calidad de la voz del paciente-, que pueden alterarse en el transcurso de la internación.

“Trabajamos en conjunto con otorrinolaringología haciendo estudios que nos permiten ver la laringe, donde están las cuerdas vocales, para observar cómo están tragando los pacientes”, explica la licenciada en Fonoaudiología, María Celeste Pogliani.

En base a eso, las fonoaudiólogas también trabajan junto a las nutricionistas, para determinar la consistencia de los alimentos.

La felicidad de volver a comer

“Cuando el paciente ingresa desde terapia viene con cierto grado de desnutrición por la pérdida de peso y masa muscular. A veces llegan con sonda o progresión a vía oral”, explica la licenciada en Nutrición, Victoria Bellini.

Se realiza entonces una evaluación nutricional completa para determinar cuál es la mejor forma para alimentar al paciente y, según la consistencia ideal, se arma el plan de alimentación teniendo en cuenta el requerimiento calórico y proteico.

La falta de apetito, de gusto, sumado al cansancio y el desgano son algunas de las dificultades que se presentan al comienzo. En ese sentido, suelen agregarse suplementos para cubrir el déficit calórico y los requerimientos nutricionales.

La obesidad, factor de riesgo para el coronavirus, es otro de los problemas que se presentan: “Hay muchos pacientes jóvenes y todos se llevan un plan para seguir mejorando hábitos y estilos de vida”, menciona la licenciada Jessica Gurrisi.

Bellini considera en ese sentido que los pacientes “se van motivados a aprovechar esto que tuvieron que pasar como aprendizaje y volantazo para tener un estilo de vida mejor, se van comprometidos con el cambio”.

Volver a caminar, a sentarse, a respirar

En el área de kinesiología el objetivo es recuperar la funcionalidad motora y respiratoria. Se realizan evaluaciones de fuerza, de función, se observa cómo el paciente se mueve de la cama, si logra pararse o ir al baño solo.

“Al principio buscamos que el paciente recupere fuerza y enseguida tratamos que se sienten, se paren y, a medida que pueden, los hacemos caminar, llegar al baño. Para alguien que estuvo internado tanto tiempo, el primer día que pueden llegar solos al baño es muy importante y emocionante”, resalta la licenciada en Kinesiología, Mariana Rubio.

Rubio xplica que “por el Covid-19 les quedan lesiones pulmonares de distintos grados, algunos llegan con secuelas bastante graves, por eso les cuesta dejar el oxígeno. Lo que vemos es que se fatigan mucho. El primer día les cuesta incorporarse en la cama o pararse y les baja la saturación”.

Desde lo respiratorio, muchas veces reciben pacientes traqueotomizados: “El rol del kinesiólogo también es ayudarlos a retirar la cánula de traqueotomía. La rehabilitación motora ayuda, por lo que se necesita que el trabajo sea en conjunto”, indica la licenciada Noelia Cristiani.

La rehabilitación se lleva a cabo con ejercicios aeróbicos y de fuerza, caminatas, sentadillas y uso de mancuernas. Además, se realiza el “Test de marcha” para medir el esfuerzo, capacidad aeróbica y los parámetros vitales, la saturación y frecuencia cardíaca, dentro de los parámetros de edad y peso.

Por otro lado, se tratan las posibles lesiones de plexo braquial por la posición en prono, es decir, cuando en UTI se coloca a los pacientes boca abajo para que ventilen los pulmones: “Hacemos ejercicios para que aprendan a agarra un vaso, a hacer nudos, doblar la mano, cerrar el puño, cosas para estimular”, indican las kinesiólogas.

Psicología, pilar en la recuperación integral de los pacientes post Covid

Ansiedad. Miedo. Angustia. Palabras más que escuchadas en relación al tránsito de los pacientes y sus familiares por la pandemia de coronavirus.

En el área de psicología se basan en dos vertientes de trabajo: por un lado, el acompañamiento por el impacto emocional que implica haber atravesado una internación por Covid-19; y por el otro el neuorcognitivo.

“Nuestro trabajo tiene que ver con acompañarlos y ayudarlos a que puedan elaborar todo lo que les pasó, y también ayudar a las familias”, indica la licenciada en Psicología, Noel Davidjan. “Son pacientes que pasan por situaciones muy difíciles. Buscamos abrirles un espacio de escucha para que puedan ponerle palabras a lo que pasaron. Eso ya representa un alivio para el paciente”.

Se trata, entre muchos aspectos, de también pensar planes a futuro y proyectar la vida después de la internación por Covid-19: “Esto marca un hito en la vida de las personas. Muchos se replantean sus objetivos de vida o la forma en la que estaban viviendo”, considera la licenciada Paula Pissano.

La internación prolongada, el proceso de hospitalización, la sedación y el Covid-19 hace que muchos pacientes lleguen con difícil cognitivo, lo que se conoce como niebla mental, que es tener dificultades en la atención, concentración, memoria y/u orientación.

“Sienten que lo que antes hacían en un tiempo corto ahora les cuesta el doble. Hacemos una evaluación neurocognitiva y si presenta el déficit hacemos rehabilitación con ejercicios de memoria, atención, lúdicos”, detalla Pissano y asegura que “es algo que se puede recuperar”: “Tratamos de estimularlos y hacemos ejercicios o actividades que representen lo que sería la vida cotidiana, como listas de supermercado”, ejemplifica.

La música como elemento para recuperar la identidad

La internación prolongada genera a veces un “para todos”: todos se bañan, comen y se cambian a determinada hora, lo que afecta a veces a la subjetividad de la persona por seguir los tiempos del hospital.

“Hay algo de la identidad que queda cercenado con el Covid-19, que sobre todo tiene esto de ahogarse en lo simbólico y te aísla de los vínculos. Eso sumado a que están internados en terapia intensiva, ultra medicados y en coma farmacológico. Esa persona al levantarse no sabe dónde está parada, quién es, quiénes están aislados, y muchas veces tienen traqueotomía por lo que no pueden hablar”, remarca Jonathan Grinberg, Licenciado en musicoterapia y especialista en gerontología.

“De repente llega algo disruptivo que rompe por completo la rutina o realidad de esa persona, de repente es un cuerpo fatigado, enfermo, sin autonomía, personas que antes eran autónomas de repente no se pueden parar. Eso emocionalmente es muy fuerte”, considera Grinberg.

El trabajo comienza con el intento de conectar con la identidad de la persona. Primero con su historicidad con herramientas como la voz, la música, los sonidos en general y el silencio, lo que llega a conectar con los rasgos identitarios de cada paciente. “Trabajando cuidadosamente surgen cosas análogas, como una canción que les hace acordar a una persona o situación. Eso también genera mucha emoción y hay que contenerlos en ese sentido”, indica Grinberg.

Lejos de los estándares, el trabajo dependerá de cada paciente: “Hay gente que no le gusta la música y prefiere que lo acompañe desde la palabra, que uno corporalmente este receptivo y disponible. Hay personas que necesitan contacto, solo el hecho de darse las manos”.

"Una paciente de 80 años quiso escuchar reggaetón porque la hacía conectar con el nieto y se acordaba de él. Otra tenía a su padre guitarrista y solo quería abrazar la guitarra porque simbólicamente sentía que lo abrazaba a él", recuerda.

El tan esperado momento del alta

El alta, sin dudas, es el momento más gratificante de todos para pacientes y médicos, un instante en el que antecede lo humano a lo profesional. “Las historias que uno ha escuchado en esta sala bajo este tratamiento no son las que se perviven en clínica médica”, resalta Andrea Gómez Cufré.

“Acá necesitamos que el paciente esté lo mejor posible desde su estado anímico y es ahí donde abrimos la puerta para que nos cuenten, se alivien y transiten esto con nosotros”, agrega.

Lo egresos son movilizantes. “Es una nueva oportunidad. Demuestra que el paciente están en condiciones de salir a enfrentar todo: la familia, el trabajo, la nueva funcionalidad”, indica Cufré.

SARIP, el cambio de modalidad de trabajo médico post pandemia

La creación se SARIP fue un antes y un después para el equipo médico. Ante la gran crisis sanitaria, les dio la oportunidad de romper con un modelo de tratamiento que hasta hoy estaba estandarizado. Una oportunidad de crecimiento humano y profesional.

La sala SARIP del Hospital Pirovano ayuda no solo a los pacientes sino también al personal de salud, enseñándoles a trabajar en conjunto y a complementar una especialidad con otra. El trabajar en equipo los ayuda, además, a superar las angustias y ansiedades que surgen por la pandemia. La variedad y la horizontalidad al participar de las decisiones y respetar las opiniones hace algo unificador, lo que consideran que es clave para la atención del paciente y para sus propios trabajos.

“SARIP generó una propuesta que, pese al momento difícil que vivimos como profesionales y personas, hace que todos queramos estar acá. Se armó un proyecto muy lindo”, menciona la psicóloga Noel Davidjan.

La licenciada Paula Pissano resalta que “la interdisciplina es clave”, mientras que la kinesióloga Noelia Cristiani destaca que “este dispositivo no existe en el ámbito privado”: “No es igual hacer la rehabilitación en la casa que pasar unos días con un equipo que te evalúa constantemente”.

“Hoy en día me siento cómoda trabajando con este equipo. La situación de los pacientes que salen de terapia es compleja entonces es indispensable trabajarlo en forma transdiciplinaria porque son personas que estuvieron en cama mucho tiempo y todos los músculos se afectan”, expresa la fonoaduóloga María Celeste Pogliani.

 

Por Luli Carossia

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