Por el triunfo de Estudiantes, Mardel se pintó anoche de rojo y blanco

Por el triunfo de Estudiantes, Mardel se pintó anoche de rojo y blanco

En los penales, el Pincha completó una gran levantada 

La pasión del clásico platense se mostró anoche en Mar del Plata, ciudad en la que en forma increíble pudo desarrollarse con público de los dos equipos a diferencia de cuando se cruzan en La Plata, donde las tribunas quedan reservadas para el local. Más allá del marco, verdaderamente impresionante, al juego no le faltaron emociones, y eso -repasando muchos clásicos anteriores- no fue poco. Se hizo cargo el Pincha de entrada, y con la pelota en su poder apretó a un Lobo que de todas formas fue el primero que llegó a fondo: a los 4 minutos, con un pelotazo que dejó mal parada a toda la defensa y terminó siendo el 1 a 0. La pelota que desembocó en el grito de los Triperos partió desde la mitad del terreno, en un tiro libre que salió buscando a Vegetti. No alcanzó a conectar el delantero, a pesar de ganarle la posición al marcador, pero sorprendió Maximiliano Meza, conectando al segundo palo de Hilario Navarro, el de su mano derecha. Desaparecidos en acción los centrales, sin saber qué hacer el arquero, e impecable Meza. Así quedó planteado el clásico, porque Estudiantes volvió a manejar campo y pelota frente a un Gimnasia apretado en el fondo, atento para salir de contra con pases largos buscando a Meza-Vegetti, una pareja que complicó a toda la defensa, porque además de Schunke y Desábato los sufrieron Aguirregaray y Alvaro Pereira.

En este marco, Vegetti llegó libre para conectar de cabeza, aunque en posición adelantada, y a la vuelta el que asustó fue Vera, quien resolvió de espaldas al arco sacando un pelotazo de “chilena” que golpeó el travesaño y se fue. Tan adelantado como Vegetti, aunque habilitado para el árbitro. Los laterales del uruguayo Pereira, quien debutó como lateral izquierdo en el Pincha, resultaron una variante de ataque, y por ahí llegó el empate a los 26 minutos: saque de costado, largo, cabezazo de Oreja, que no consiguió sacar la pelota del área, y Carlos Auzqui, entrando por detrás y pegándole de arriba hacia abajo superó la resistencia de Yair Bonnín, que no pudo sacar junto a la base de su palo izquierdo. El lateral no modificó el cuadro de situación, y luego de un ida y vuelta con situaciones repartidas, que incluyó una tapada de Bonnín a Aguirregaray, en la última jugada del primer tiempo, Schunke agarró a Barsottini en un córner y Carlos Maglio cobró penal. Lucas Licht se hizo cargo, y con toque suave a la izquierda de Hilario firmó el 2 a 1. Lejos estuvo de apagarse el clásico en la segunda mitad, y Gimnasia logró instalar el juego lejos de su arco ante un rival si vuelo. Aprovechando una mala salida de Aguirregaray, Mendoza llegó al fondo y salvó el arquero cortando el centro atrás, y a los 16 minutos no falló el Lobo cuando un pase en profundidad, que dejó pasar Vegetti, le permitió a Meza llegar libre y cruzar un derechazo bajo. Dos goles de diferencia parecía una distancia demasiado larga para los albirrojos (más porque ya no estaba en cancha Alvaro Pereira, expulsado), hasta que Luciano Acosta, que debutó, recibió libre un pelotazo largo, gritó el 3 a 2 y condimentó un final en el que los albirrojos encontraron el empate con una pelota de Acosta que Vera conectó de cabeza estando de espalda al arco. Increíble final, y a los penales, porque tenía que surgir un ganador. Y el ganador fue Estudiantes.

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