"Todo el azúcar y el doble de cafeína", la historia de Jolt Cola, la primera bebida energética

No hace falta mucho para entender por qué desapareció del mercado.

Las bebidas energéticas llegaron a nuestro país hace más de dos décadas y, desde entonces, se han convertido en el producto estrella del mercado. Bebidas sin alcohol y diferentes sabores, pero con ingredientes estimulantes como la cafeína; aminoácidos como la taurina y alto contenido de azúcar. El objetivo, que el consumidor reciba un aporte extra de energía para vencer el cansancio. Sin embargo, este tipo de bebidas están en el punto de mira, y no es para menos, porque sus ingredientes no las hacen precisamente recomendables para la salud. Sin embargo, la normativa vigente solo especifica que este tipo de bebidas tengan un etiquetado que informe al consumidor de la presencia de estas sustancias, que son analizadas desde el Centro de Investigación y Control de la Calidad (CICC).

Sin embargo, pocos saben que las bebidas energéticas que conocemos en la actualidad poco tienen que ver con sus antecesoras. Es más, casi nadie habrá tenido el placer de probar la bebida que dio origen a este fenómeno: se llamaba Jolt Cola, producida en 1985 y que prometía un subidón gracias a su contenido de “todo el azúcar” y “el doble de cafeína” que el resto de refrescos del mercado.

Creada por The Jolt Company como intento para destronar a Coca-Cola, y destinada para estudiantes y jóvenes trabajadores, la bebida prometía ‘recargar las baterías’ de quien la consumiese. Sus creadores no solo estaban orgullosos de que el nuevo refresco contuviese ‘azúcar real’ y no siropes, como sus competidores (decían que hasta 10 cucharadas por lata); sino que también presumían del alto contenido de cafeína logrado, más del doble que cualquier lata de Coca-Cola o Pepsi. Precisamente esos dos detalles fueron los elegidos para la promoción de la marca, cuyo eslogan durante 24 años fue “Todo el azúcar, el doble de cafeína”, hasta que se cambió por “El doble de cafeína”.

La bebida fue todo un éxito, a pesar de estar destinada a un público infantil y juvenil; por lo que la empresa aprovechó su popularidad para lanzar otras bebidas de igual contenido en cafeína. Su éxito alcanzó nuevas cotas y un nuevo público: los profesionales informáticos, que se convirtieron en consumidores habituales del refresco. Su popularidad fue tal, que incluso llegó a aparecer en taquillazos de la época, como Jurassic Park (1993).

Sin embargo, la creación de una nueva bebida dio lugar a que otras marcas también quisieran hacer lo mismo. Red Bull apareció en 1987, añadiendo otros ingredientes y tratando de diferenciarse; provocando que todos intentaran sobrevivir en este nuevo y competitivo mercado. En 2006 y tras algunos problemas legales, la empresa productora pasó a un segundo plano. Sin embargo, logró resurgir con fuerza en 2017 bajo una nueva directiva, que volvió a comercializar la bebida, con algún que otro retoque de su fórmula original.. Eso sí, advirtiendo claramente que “no es una bebida para niños”.

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