Solo en Off: Máximo Kirchner invitó a los opositores a una “picada” y terminó a los gritos

Solo en Off: Máximo Kirchner invitó a los opositores a una “picada” y terminó a los gritos

Julián Domínguez se ofreció como “escudo” para Ziliotto en La Pampa; Vizzotti y la “cuarta ola” de cambios de voceros en Salud

 

No fue una semana fácil la que pasó Máximo Kirchner, el jefe del bloque oficialista, que el martes fracasó en su intento de conseguir quorum en Diputados para el tratamiento de la ley de etiquetado frontal. Para colmo, en una entrevista posterior a ese traspié legislativo (que algunos peronistas festejaron en silencio), el hijo de Néstor y Cristina Kirchner debió contestar sobre el supuesto “ruido” que le provocaba el manejo de una veintena de propiedades, heredadas de su fallecido padre, en una entrevista radial.

Algo de ese malhumor se vio puertas adentro del despacho de Sergio Massa, donde Máximo, el dueño de casa y Axel Kicillof (sí, también el gobernador bonaerense) recibieron a los líderes de los bloques opositores, el mismo martes luego de la frustrada sesión. “Tienen un poco de poder y ya hacen estas cosas”, les dijo con tono áspero el líder de La Cámpora a Omar de Marchi (Pro), Mario Negri (UCR), Cristian Ritondo (Pro) y Juan Manuel López (CC-ARI) a modo de recepción.

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Mientras probaban la picada de fiambres, quesos y tomates disecados que Massa había ordenado, los representantes opositores dieron sus argumentos para no dar quorum, y aunque el tono que usaron fue mucho menos elevado que el del diputado frentetodista, no pudieron evitar que el enojo de Máximo fuera in crescendo y derivara hacia la candidata a diputada María Eugenia Vidal, quien anticipó que en diciembre, victoria legislativa mediante, Juntos por el Cambio irá por el sillón de Massa en la Cámara baja.

Máximo KirchnerPrensa FDT

“Cuando asumieron ustedes se les dio la presidencia”, insistió el titular del bloque oficialista, en referencia a diciembre de 2015, mientras los opositores se preguntaban qué hacía Kicillof en esa reunión, en teoría estrictamente parlamentaria. “Nos dio la sensación de que no esperaba lo que pasó. Quedamos en seguir hablando para que haya sesiones en breve, pero ellos también tienen que ceder”, dijo uno de los protagonistas del cónclave, que duró unos cuarenta minutos y culminó con un cauto compromiso de colaboración mutua

Julián Domínguez, escudero de Ziliotto ante los ruralistas pampeanos

Decidido a “mover el avispero” e intentar reconciliar al Gobierno con el campo, el flamante ministro de Agricultura, Julián Domínguez, visitó La Pampa el fin de semana pasado. Tal como ocurrió en otros distritos, aunque más allí por tratarse de una provincia ganadera por excelencia, Domínguez utilizó su probada muñeca política para “defender” al gobernador Sergio Ziliotto y a la Casa Rosada en general de las críticas de los ruralistas, enojados por el cepo a la exportación de carnes que la Casa Rosada ordenó destrabar parcialmente la semana pasada.

El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, con el gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto en la exposición rural en Santa Rosa

El primer encontronazo se dio el viernes, cuando Domínguez y Ziliotto enfrentaron durante cuatro horas a los productores en el Ministerio de Producción de La Pampa. “Cada uno expuso su postura”, comentaban fuentes del gobierno con acceso a esas charlas. Al otro día, en un acto público en la sede de la Sociedad Rural, los ganaderos volvieron a criticar la “falta de horizontes” de la política oficial, y apuntaron a Ziliotto, a quienes no le perdonan su apoyo a la limitación de las exportaciones vacunas a China que decidió la Casa Rosada. “El que abrió las exportaciones a China fui yo en 2010 y 2011″, les recordó Domínguez, aunque fuentes opositoras dicen que los ruralistas “ya no le creen” al oficialismo porque, aseguran, “todo lo que prometen es para dar vuelta la elección”.

Carla Vizzotti y la “cuarta ola de despidos” en la prensa del Ministerio de Salud

Algunos, con sorna e ironía, hablan de una “nueva cepa” en los pasillos del Ministerio de Salud, un “virus” que va por la “cuarta ola” y afecta a quienes trabajan como encargados o referentes de prensa del ministerio que hoy encabeza Carla Vizzotti. Más allá de la humorada, lo cierto es que la ministra volvió esta semana a cambiar sus voceros y las modificaciones se suman a los tres cambios anteriores, dos de ellos durante la gestión de Ginés González García. Como las sucesivas salidas no merecieron explicaciones públicas, las versiones de este último caso se orientan en distintas direcciones.

 

Hay quienes sostienen que Vizzotti, por el altísimo perfil que tuvo durante el pico de casos y sostiene en esta etapa de la pandemia, “no necesita” representante ante los medios de comunicación (los que tuvo hasta ahora oscilaron entre el silencio y respuestas monosilábicas a través de WhatsApp). Otros, más malévolos, apuntaron a un supuesto “mal carácter” de la ministra, sometida a interminables presiones en relación con el control de la pandemia y la vacunación, siempre con el aval del presidente Alberto Fernández. Nadie se atreve a determinar si la ola de cambios de elenco se detendrá aquí.

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