"Sebastián Abella y Horacio Rodríguez Larreta propusieron sumarme al equipo de Campana"

Después de una destacada carrera en las gestiones de Juntos por el Cambio en Capital Federal y el gobierno nacional, a fines del año pasado Ezequiel Sabor asumió la Jefatura de Gabinete municipal. "Si vos querés superar lo que hiciste, tenés que ir mejorando", aseguró durante esta charla exclusiva con La Auténtica Defensa en la que además confirmó que se preparan para un año más de pandemia, que ya trabajan en el operativo vacunación y que están "preocupados y ocupados" en la cuestión medioambiental.

Recursos. Gastos. Eficiencia. El vocablo de un contador se reitera en las respuestas de Ezequiel Sabor, jefe de Gabinete del Municipio de Campana, durante la charla de una hora con La Auténtica Defensa. El funcionario estudió esa carrera en la UBA y tuvo una ascendente trayectoria en el ámbito público, primero en la Ciudad de Buenos Aires y luego en el Gobierno nacional, siendo secretario de Trabajo por los primeros dos años de gestión de Mauricio Macri y luego embajador en México, período del cual todavía conserva relaciones que, revelará en la conversación, le han permitido saber cómo el país azteca gestionó la pandemia e incorporar mejores prácticas a nuestra ciudad.

"No me creo que vengo a enseñar nada, pero si que desde mi conocimiento hay cuestiones a las que puedo aportar", señala Sabor, radicado hace casi una década en el distrito y parte del equipo local de Juntos por el Cambio desde 2013. En esta entrevista, comparte lo que piensa sobre la política de Campana, su visión de la ciudad, la gestión de la pandemia de COVID-19 y el impacto que tuvo en el Municipio, la extensa y malograda paritaria municipal, la cuestión medioambiental y el futuro político del intendente Sebastián Abella. No se tratan de las opiniones de cualquier funcionario, sino las de un vocal en la junta directiva del PRO y miembro de la Fundación Pensar, el think tank de este espacio político, uno de los dos más importantes de la Argentina del siglo XXI.

Empezamos con una analogía futbolística: equipo que gana no se toca. Sebastián Abella triunfó de manera contundente en 2019 y en esta nueva etapa vos te incorporaste a un puesto clave. ¿Qué visión y objetivos aportaste y cuáles has podido cumplir en este primer año?

Creo que el equipo no se toca siempre y cuando vos quieras mantener los mismos logros. Si querés superar lo que hiciste, cosa absolutamente necesaria en un gobierno porque nadie se puede dormir en los laureles, tenés que ir mejorando. Podés no cambiar el equipo, pero si el funcionamiento. Por otro lado, había cambios que eran obligados: estaba Mariela (NdR: Schvartz, su esposa) como jefa de Gabinete, que pasó a ser concejal. Y en el momento que vuelvo de México, tanto Sebastián como Horacio Rodríguez Larreta me proponen sumarme al equipo de Campana, que empieza a ser considerada una ciudad importante para el armado de Juntos por el Cambio de cara a lo que va a ser el próximo gobierno, a partir de las Legislativas o el 2023.

Ese es el plus que yo puedo aportarle a Campana. Después, está la experiencia que he tenido cuando estuve en la gestión municipal de la Ciudad de Buenos Aires, más en la gestión nacional y en el exterior, que son cuestiones que Campana puede aprovechar. Es lo que tratamos de hacer en este año que fue un poco interrumpido en los planes iniciales. La idea es superar lo que hicimos: si lo hicimos bien, ahora hay que hacerlo mejor, porque la gente cada día demanda más. Hoy la gente es millonaria en información pero billonaria en demandas, en expectativas, entonces un gobierno debe estar a la altura de cumplirlas o por lo menos dar las explicaciones e ir guiando a la gente en ese camino.

De todo esto, ¿qué concretaste este 2020?

Cuestiones que para mi son muy importantes. Modificamos dinámicas y procesos de trabajo, empezamos a trabajar con tablero de control (NdR: señala seis televisores combinados frente a él con distintos indicadores de gestión), que me permite guiarme a través de las distintas secretarías. También empezamos a trabajar con objetivos concretos y presupuestos concretos. Y a cuidar el dinero. Hubo una gran modificación porque los cuatro años anteriores tuvimos muchísimo apoyo de la Provincia y de la Nación y este año el apoyo no fue el mismo, sobre todo de la Provincia, de donde vinieron casi nulos recursos. Eso hace que vos tengás que agudizar tu ingenio y la forma de administrar los recursos. Al mismo tiempo, empezamos a hacer reuniones de seguimiento de Gabinete en plena pandemia, algunas presenciales y otras vía Zoom. Hemos utilizado mucho las nuevas herramientas digitales disponibles para tener una comunicación cercana y evitar los compartimientos estancos.

Hemos armado una Secretaría de Ingresos Públicos que nos ha ayudado muchísimo este año para que el funcionario designado haga foco exclusivamente en los ingresos sin tener que estar preocupándose en el gasto ni en la administración. Esto nos ayudó, hemos mejorado muchísimo la recaudación a pesar de que fue un año complejo, y no por aumentos sino por eficiencia. Hemos cambiado circuitos en Mesa de Entrada, atención al público y trámites. Todo lo que tiene que ver con la modernización del Estado es un tema fundamental. Queremos de alguna manera hacer que Campana sea un faro de eficiencia administrativa y de servicios a los vecinos en todo lo que es el corredor de la Primera y Segunda Sección Electoral. Queremos mostrar realmente una diferencia y en eso vamos caminando. Creo que ese es mi rol: Sebastián tiene una visión de hacia dónde llevar el Municipio y yo tengo que hacer que esa visión se transforme en hechos concretos.

¿Cómo sale parado el Municipio después de este año de pandemia?

Nosotros proyectamos que la pandemia durará por lo menos hasta octubre del año que viene. Nuestros presupuesto y planes están previendo que vamos a tener un año más de pandemia. Su llegada nos sorprendió, como a todo el mundo, tuvimos que reacomodarnos rápidamente. Creo que Sebastián mostró durante sus primeros cuatro años un gran crecimiento como intendente, pero este último demostró su madurez como jefe comunal, porque una cosa es gobernar una ciudad donde llegan los recursos y podés hacer obras y cumplirles las expectativas a los vecinos, y otra es cuando a vos como gobernante te toca tomar las decisiones difíciles, que la gente en un principio no las comprende. Entonces, tenés que ser el líder y guiar hacia dónde vamos. Creo que eso es lo que hizo Sebastián este año, tomando decisiones contra-intuitivas si se quiere, pero muy basadas en los protocolos internacionales.

Cuando ciudades vecinas tomaban la decisión de cerrarse, de fumigar, de abrir clubes y poner camas, nosotros resistimos esas ideas hasta tanto hubiera comprobación científica de que podían funcionar. Mientras, poníamos los recursos donde eran necesarios. Incluso hicimos videoconferencias con médicos en Italia, que nos contaron la experiencia que tuvieron con el COVID, y eso nos ayudó mucho a ir modificando nuestros protocolos de salud. La gente de este sector ha trabajado realmente muy bien, con muchísimo esmero y dedicación. Tuvimos que virar todo un presupuesto hacia Salud, con el resto de las áreas teniendo que entender que perdían protagonismo. Creo que ahí tanto el área de Salud como el área de Desarrollo Social y sus secretarias, Cecilia Acciardi y Elisa Abella, han trabajado de manera excelente.

Nosotros planteamos un escenario con tres crisis paralelas: la crisis sanitaria, que era la más urgente, y las crisis económica y social que venían emparejadas. Entonces hubo que trabajar en ese sentido. Pudimos hacer contención social, pudiendo atender la necesidad urgente de la gente, y hacerlo prolijamente, sin convertirla en una herramienta de política partidaria o de compra de votos, una cuestión populista que muchas veces tergiversa el objetivo de atender a la gente que realmente lo necesita. Hemos hecho censos, hemos acompañado a las familias que se tuvieron que aislar. Y luego, en lo económico, giramos el timón para no cerrar la actividad abruptamente. Hubo una decisión de Sebastián muy acertada que fue pedirle al gobernador que nos saque del AMBA. Fue un momento que nosotros lo vivimos con una convicción muy fuerte, porque sabíamos que nos permitiría estar luego en Fase 4. Eso hizo que comercios y las pymes de Campana pudieran funcionar y la economía no se afecte tanto.

Uno no puede hablar de éxito cuando hubo centenares de muerto, algo que nos apena, preocupa y nos hace seguir asistiendo, pero si creo que hemos tenido un manejo de la pandemia acertado, a pesar de situaciones que se tornaron complejas al principio. La oposición quería aprovechar esto para armar una suerte de gobierno de coalición, un comité de crisis donde todos decidieran qué hacer.

Tuvimos problemas con algunas instituciones permeadas por la oposición, que querían armar en distintos clubes centros de internación multitudinarios cuando nosotros decíamos que eso no iba a funcionar. Y con la ayuda de Tenaris, con al ayuda del Seminario del Obispado, con la ayuda de los Testigos de Jehová, hemos tenido centros de aislamiento chicos que funcionaron. Hemos cuidado mucho el recurso en ese sentido, porque una cama en el Hospital nos cuesta por día 60 mil pesos. Es muchísimo dinero para las arcas de la ciudad, que no estaban preparadas para ello. Se hizo un gran trabajo. Los médicos han acompañado muchísimo, así como los enfermeros y todo el personal de salud, con los que estamos muy agradecidos. En definitiva, a lo largo del año hemos tomado muchas decisiones que hacen a la eficiencia. Y que creo que cuando se vean a la distancia, vamos a poder decir que estuvimos a la altura de las circunstancias.

En ese sentido, ¿cómo evaluás las políticas que han implementado los gobiernos Nacional y Provincial?

Mirá, la política del gobierno provincial fue dejar desamparados a muchos sistemas de salud de los municipios. Si nosotros entramos a una cuarentena y el aporte de la Provincia son dos camas con dos respiradores, sin saber dónde las íbamos a enchufar, con el déficit de salud que tenía Campana, la verdad que no resulta siquiera necesario. Creo que la Provincia no estuvo a la altura de poder asistir a los municipios y que los municipios se hicieron cargo de su salud, aun aquellos que no tenían hospital propio y tuvieron que reforzar los provinciales.

Con respecto a la política de salud nacional, también veo un déficit muy grande. En vez de haber pensado esto en el mediano y largo plazo, ver cuáles son las experiencias internacionales… Yo evalué mucho la experiencia de México por los contactos que me quedaron. Uno tiene que ver qué es lo que el resto está haciendo y tomar medidas con evidencia empírica, científica, y actuar en consecuencia. Creo que acá se están haciendo parches. He participado de muchas reuniones donde se habla de la épica de ir a buscar barbijos a China, de sacar un avión, ahora tenemos el ir a buscar las vacunas a Rusia. Este no es el momento del show, de hacer acciones cosméticas, sino de tomar decisiones que aún sin que la gente las entienda o sean populares, sean decisiones efectivas para cuidar su salud. Y creo que es lo que falta.

Ayer (martes) tuve una videoconferencia con gente del equipo económico español, mexicano, chileno y de otros países, viendo un poco qué es lo que se espera para Iberoamérica, cómo impacto la pandemia en todos los países de habla hispana. España está muy preocupado, tiene una caída muy fuerte, pero el domingo empieza a vacunar. Nosotros no sabemos cuándo vamos a empezar a vacunar ni con qué vacuna. Nosotros a nivel local ya estamos trabajando en cómo organizarnos cuando lleguen los planes de vacunación, dónde vamos a guardar las vacunas, pero para eso el Hospital no tenía un vacunatorio a la altura, entonces ya estamos preparando estas obras.

Creo que Provincia y Nación deberían justamente anticiparse a las situaciones, más allá de asustar y cortar la libre circulación, medidas que al principio podrían haber sido correctas y necesarias, pero que son incompatibles con la vida humana y la economía de un país. México, que no ha cerrado su economía sino limitado sus horarios y algunas cuestiones de esparcimiento, proporcionalmente tiene la misma cantidad de muertos que nosotros. Lo mismo Brasil o Estados Unidos. La vida social es importante y de alguna manera hay que regularla. Y eso creo que no se ha podido hacer, entiendo que no por mala fe, pero por impericia.

Por otro lado, me queda claro que hubo una decisión política para que la pandemia generase en muchísimos municipios, obras sociales sindicales y sistemas de salud privados una crisis tan grande donde luego el Estado provincial y nacional "pasaran la ambulancia", salvando todo eso y quedándose con los sistemas de salud o con el control de determinados municipios. A mi me queda claro que hubo una gestión de la oposición del Municipio de Campana esperando que esto colapse sanitariamente y hubiera grandes salvadores que vinieran a rescatarnos. Pero la Argentina hace muchos años por suerte y con muchísimo esfuerzo, desde 1983 para adelante, ha decidido que los gobiernos se eligen democráticamente, más allá de si hay o no una pandemia. Hay que ser respetuoso de esto y disputar dentro de las reglas de juego que son las elecciones. Pero no hay que esperar catástrofes para ocupar lugares de poder que el pueblo no los dio directamente.

Se anunció un aumento a los municipales del 6 por ciento para diciembre más un bono único de 6 mil pesos, después de muchos meses de negociación. ¿Esperaban que el conflicto se alargará tanto?

No. Nosotros estuvimos listos para cerrar el acuerdo en marzo. En enero ya empezamos a tener distintas conversaciones con el gremio y en marzo estuvimos a punto de cerrar. Incluso hubo gestiones de gente de la política de la oposición, que yo atendí personalmente, para que pudiéramos cerrar esa paritaria. Yo vengo del mundo del trabajo, fui secretario de Trabajo de la Nación, con lo cual conozco perfectamente este asunto, si bien no soy uno de los representantes paritarios del Municipio. Siempre fue nuestra intención acordar. Hicimos distintas ofertas. Ahora, claramente no podemos pagar lo que no tenemos.

En una negociación paritaria el sindicato va a tratar de sacar lo más que pueda y el gobierno tratará de cumplir con esas expectativas lo más que pueda. Nosotros tuvimos un año donde por momentos el 70 por ciento del personal municipal estaba en la casa. Sin perjuicio de eso, el gobierno no paró un solo día y se siguieron haciendo las cosas, porque uno ve la ciudad hoy y va a ver que los servicios se prestaron y muy bien. La ciudad está linda, limpia, arreglada, iluminada, con la seguridad prestándose. No tuvimos tantas obras como los años anteriores claramente porque no tuvimos los mismos recursos y los que teníamos, los pusimos en Salud y en Desarrollo Social.

Este esfuerzo, que también fue por parte de los trabajadores municipales, implica ponerle una lógica al aumento. En época de crisis, aquellos que trabajan en la Administración Pública o en compañías del Estado, tienen una ventaja sobre el resto de los trabajadores -y esto es algo histórico en las negociaciones sindicales de la Argentina- que es la estabilidad del empleo público. Puedo recibir un poco menos de aumento salarial, pero tengo la tranquilidad de tener trabajo. Eso lo compensa de alguna manera. Es una situación cíclica: en otros momentos puede haber aumentos salariales más grandes. Por otra parte, nosotros pudimos cumplir en tiempo y forma con el pago de los salarios todos los meses, no nos hemos atrasado ni un solo día, y esto llevó mucho esfuerzo, porque desde marzo a julio dudamos mucho si íbamos a poder cumplir o si teníamos que salir a cuotificar los sueldos. Por eso fuimos muy estrictos en el gasto, lo cual hizo que algunos secretarios no me quieran tanto, porque era la persona que tenía que velar por el presupuesto de forma integral.

Estamos muy conformes con haberles cumplido a todos los empleados municipales. Quisiéramos haber cerrado la paritaria consensuada con el gremio. Me parece que el gremio tiene que evolucionar, aggiornarse, tiene que jugar menos a la política y dedicarse un poquito más a ser un gremio que acompañe a la gestión, como lo ha hecho con otros intendentes. Me parece que trabajadores y empleadores, sean del sector público o privado, tienen que ser más socios estratégicos en el desarrollo de una actividad, entenderse, acompañarse, ver que el bienestar de uno es el bienestar del otro, y claramente este es un gremio identificado con la oposición y que ha intentado no llegar a una acuerdo también para tener un punto de conflicto. Lo lamento, porque en mi espíritu siempre está el diálogo. Ojalá tengamos un 2021 donde podamos seguir acercándonos. No estamos cerrados a ninguna conversación, las puertas y teléfonos siguen abiertos.

Repetís mucho la palabra desarrollo y en la agenda social se habla cada vez más del desarrollo sustentable. En Campana hubo protestas relacionadas a la rezonificación del Tajiber y en los últimos días se agregó la preocupación por los eventos en Axion energy. ¿Qué visión tiene la gestión sobre estas demandas en particular y en general sobre la cuestión medioambiental?

Nosotros creemos firmemente en el cuidado del medioambiente. No puede haber un desarrollo que atente contra la preservación de la especie humana. Hay que cuidar los recursos naturales y el medioambiente, estamos muy comprometidos. Sin perjuicio de ello, no creemos que implique que Campana vuelva a ser un bañado como fue a fines del 1800. Campana claramente es una ciudad industrial y que requiere controles de los distintos Estados para que se cumplan con las normativas. Estamos muy atentos sobre eso. Este año hicimos una inspección a la planta de Axion. La última se había hecho hace 20 años. Y estamos trabajando con ellos diariamente, yo estoy informado de todo lo que va ocurriendo. Ahora, cuando uno tiene una ciudad industrial, que creció a la vera de grandes empresas -y que gracias a Dios están y queremos que vengan muchas más porque darán trabajo y crecimiento económico y humano- no se puede acompañar algunas posturas radicales que exigen que todo se mantenga como está, porque eso sería retrotraernos 200 años para atrás. A mi me ha tocado vivir en ciudades con mucha contaminación, como la ciudad de México, y aprender cómo es que la gente misma se va educando para no contaminar.

De lo contrario, vamos a llegar a un extremo de pedir cerrar la refinería, la fábrica Siderca, todas las pymes, que no tengamos más autos y ni siquiera ganado, porque generan gases. Sería un retroceso. Creo que tenemos que seguir hacia adelante, con controles, y zonificando los espacios. Hay cuestiones ambientales que debemos proteger, pero no debemos negar otras. La gente saca todos los días la basura a la puerta de su casa, viene alguien que se las recoge, pero a esa basura hay que darle un tratamiento, porque no desaparece por arte de magia. Ese tratamiento debe ser el que marcan las normas nacionales e internacionales. Esa es nuestra visión.

Creemos que se debe acompañar el desarrollo, por ejemplo el que hemos impulsado en el Tajiber. Hacia allí hay un espacio muy grande donde la ciudad puede crecer industrialmente, con un gran potencial. Esperamos que los próximos años allí se instalen puertos que le pueden dar un gran desarrollo a Campana. Podrá haber más camiones, pero es una cuestión de organizarlos, determinar por dónde deben pasar, estar atentos a qué pasa con las aguas grises cuando se lavan. Son proyectos que implican un desarrollo integral y en eso estamos trabajando.

Otra de las cuestiones que hemos impulsado y creo es un hito de la gestión, es la ordenanza de modificación del Código de Ordenamiento Urbano. Se han presentado 17 proyectos de construcción nuevos en la ciudad a partir de estos cambios, donde se les dan mejores indicadores a inversores para que puedan desarrollar empren-dimientos inmobiliarios. Eso es crecimiento. No nos olvidemos que acá vienen muchos ejecutivos a trabajar a empresas que después se terminan instalando fuera de la ciudad. Nosotros queremos que se queden y gasten en Campana.

No hay que negarse al desarrollo, porque Campana es ya una ciudad importante desde el punto de vista industrial, pero puede ser una de las principales ciudades a nivel general de toda la Argentina. El gobernador Kicillof hablaba que la provincia podía tener un carácter petrolero y de esa manera lograr que la participen de las ganancias del sector. Claramente, Campana ya lo tiene. Entonces también debemos posicionarnos en ese sentido, con la calidad de vida que puede ofrecernos. Para eso hay que crecer, tener más y mejores espacios, planificar y atraer inversiones, dando mejores condiciones que los distritos vecinos. Vemos que esto está dando sus frutos con los emprendimientos que están sucediendo, estamos además en negociación con algunas empresas grandes para que se instalen en la zona. Pero hay que abrir la mente mucho más. No es la pyme tradicional de Campana, hay que traer empresas grandes, pymes que hagan un desarrollo, gente nueva que invierta capitales en Campana, que de trabajo. Es una de nuestras grandes preocupaciones y ocupaciones.

 

Por ahora, este es el último período de gobierno del intendente Abella, al menos consecutivo. ¿Cómo condiciona esta situación las acciones de gobierno y también la dinámica interna de Juntos por el Cambio?

Mirá, nosotros lo vivimos como un proceso más de equipo. Sebastián creo que también lo vive así. Yo no lo veo a Sebastián atornillado al sillón de intendente, sino ejerciendo la función con una gran responsabilidad. Si se da la posibilidad de que los intendentes una vez reelectos tengan otro período, se evaluará, y sino alguien del equipo seguirá el camino que Sebastián ha liderado desde el 2013. No lo veo con preocupación. Creo que debemos transmitirle a la sociedad una forma de hacer política, de gestionar, de cuidar los recursos, de solucionarles los problemas a la gente, y luego quién tiene que liderar todo eso se decidirá en su momento. Hay mucha gente capacitada y a la que le brindaremos las herramientas de gestión para estar a la altura del proceso, en el caso que Sebastián no pueda ser reelegido.

Pero como te decía antes, creo que Sebastián ha demostrado una madurez que lo puede llevar a superar las límites de Campana, algo que creo también sería bueno para la ciudad, que en general no tiene tantas posibilidades de tener diputados y senadores provinciales. Eso juega en contra porque no se consiguen cosas para la ciudad. Es un paso que Campana tiene que dar, se tiene que mostrar e ir por esos lugares, salir hacia afuera. En los primeros años hemos hecho una excelente gestión hacia adentro, ahora también debemos hacer una excelente gestión hacia afuera porque es necesario para seguir creciendo.

Esta es una gestión que no está ligada a temas de corrupción, que no está ligada a conflictos personales, que trata de administrar con buena fe los recursos del Municipio y hacer las cosas que considera correcta. Por supuesto, a veces puede equivocarse, pero el que hace se equivoca y corrige. Año a año hemos demostrado precisamente superación. En las buenas gestionamos bien, pero cuando vinieron las malas también lo hicimos. Yo lo he escuchado a Sebastián muchas decir que cuando no esté más en la intendencia, ocupará otros roles sea en el ámbito municipal, en la actividad privada o en niveles políticos por afuera de la ciudad. Pero no lo desvive seguir al frente del Municipio y creo que es sano, porque cuando uno se atornilla para quedarse es capaz de hacer cualquier cosa.

Y nosotros no estamos dispuestos a cambiar nuestras convicciones. Además, Juntos por el Cambio a nivel provincial y nacional tiene la chance de volver a demostrar que puede gestionar el país, que las cosas que hicimos -con muchos errores en algunos campos y muchos aciertos en otros- demostraron que hay una forma diferente de hacer política, que no es solamente el asistencialismo y el personalismo. Así que bueno, creo que hay oportunidades.

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