Un relevamiento realizado por el Ministerio de Seguridad de la provincia arrojó como resultado un evidente incremento en el tráfico y demanda de marihuana y cocaína. El registro se hizo desde el 2000 a lo que va del 2016 e indica que por año se secuestran cerca e 3 toneladas de marihuana por año y 100 kilos de cocaína. El dato que alerta es la posición que ocupa Mendoza en el mapa del tráfico de drogas: la cercanía con Chile motiva a las organizaciones criminales debido a las ganancias que obtienen del otro lado de la Cordillera. 

Además, crece otra tendencia. Se trata del cultivo de marihuana en inmuebles abandonados, que tiene detrás una compleja red de producción y comercialización de la droga. 

En lo social, más allá de que se afirma desde la política que hay una fuerte lucha contra el narcotráfico, se desconoce cuál es el daño social y se trabaja desde las distintas áreas del Estado sin conexión.

Quizás un indicador que permita relacionar los dos factores -aumento de secuestros y consecuencias sociales del abuso de sustancias- sea la dificultad que tienen los nueve centros asistenciales de la provincia para cubrir toda la demanda. Tampoco hay cifras de los tratamientos que se realizan en el ámbito privado.