Rusia acusa a Ucrania de violar el acuerdo y se acerca cada vez más a la intervención

Rusia acusa a Ucrania de violar el acuerdo y se acerca cada vez más a la intervención
Lavrov culpó al gobierno interino de romper el pacto de Ginebra; los prorrusos se mantienen firmes en el Este; Biden viajó a Kiev para respaldar a los prooccidentales
Pese al acuerdo alcanzado la semana pasada en Ginebra para poner fin al conflicto en Ucrania, la tensión en el este del país no cede. Ayer, Rusia acusó al gobierno interino de Kiev de haber violado el pacto , una dura declaración que según las potencias occidentales podría ser el preludio de una intervención militar de las tropas rusas.

"El acuerdo de Ginebra no solamente no es respetado, sino que es groseramente violado por las medidas adoptadas por los que se hicieron con el poder en Kiev", dijo el canciller ruso, Sergei Lavrov, en una conferencia de prensa celebrada en Moscú.

Lavrov lanzó sus duras acusaciones contra Kiev horas antes de que llegara a la capital ucraniana el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, para mostrar el respaldo de Washington al gobierno interino.

"Las autoridades de Kiev declaran abiertamente que el acuerdo de Ginebra no se aplica en [la plaza] Maidan porque decidieron que ese lugar podía ser preservado; es totalmente inaceptable", dijo Lavrov en referencia a la céntrica plaza de Kiev, epicentro del movimiento de protesta que derrocó en febrero al régimen prorruso del presidente Viktor Yanukovich, y donde los manifestantes continúan acampando entre barricadas.

El acuerdo firmado en Ginebra entre Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y Ucrania establecía, entre otras cuestiones, la desmovilización y el desarme de todos los grupos paramilitares en el país.

Sin embargo, la frágil tregua de Pascua estalló anteayer cuando grupos de civiles armados, presumiblemente paramilitares ucranianos, atacaron varios puestos de control de las milicias prorrusas en las inmediaciones de Slaviansk (en la provincia oriental de Donetsk) y dejaron por lo menos tres muertos.

En coincidencia con la llegada de Biden, Lavrov habló telefónicamente con su par norteamericano, John Kerry, a quien le pidió que presione al gobierno ucraniano para que "respete los acuerdos de Ginebra".

"Estados Unidos debe evitar que algunos grupos demasiado impetuosos provoquen un conflicto sangriento", le transmitió Lavrov a Kerry, según un comunicado de la cancillería rusa.

La Casa Blanca emitió también un comunicado con relación a la conversación telefónica y resaltó la solicitud de Kerry a Lavrov para que Rusia tome medidas concretas que agilicen la puesta en práctica del acuerdo de Ginebra. Entre esas medidas, Washington reclamó que el Kremlin llame públicamente a los separatistas a desocupar los edificios públicos que tienen bajo control en una decena de ciudades en el este de Ucrania.

La ofensiva diplomática de Washington se completó ayer con la visita de Biden a Kiev para mostrar su apoyo decidido al gobierno prooccidental cuando falta poco más de un mes para las elecciones. Un vocero del vicepresidente señaló que Biden instó a las autoridades ucranianas a implementar el acuerdo de Ginebra, y advirtió que habrá grandes costos para Rusia "si elige la desestabilización en vez de una vía constructiva".

Tanto Washington como la Unión Europea insistieron recientemente en que impondrán nuevas sanciones económicas contra Moscú si los separatistas de la región de Donetsk no abandonan los edificios públicos que mantienen bajo su control.

"Las tentativas de aislar a Rusia son inútiles, porque aislar a Rusia del resto del mundo es imposible; primero, porque somos una gran potencia independiente y, en segundo lugar, porque una aplastante mayoría de países no quiere aislar a Rusia", replicó ayer Lavrov.

El acuerdo de Ginebra establece que los edificios ocupados sean liberados bajo auspicio de los enviados de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Además, todas las partes deben abstenerse de usar la fuerza. Sin embargo, apenas el acuerdo fue firmado, ambas partes se acusaron mutuamente de romperlo y los rebeldes prorrusos dijeron que la promesa de retirarse de los edificios ocupados no era vinculante para ellos.

Mark Etherington, mediador de la OSCE, se entrevistó ayer con el autoproclamado alcalde de Slaviansk, el prorruso Viacheslav Ponomaryov, y no apreció signos de que las milicias afines al Kremlin fueran a deponer su actitud en la ciudad. Los separatistas argumentan que hay milicias de nacionalistas ucranianos armados en la zona.

Para las potencias occidentales y Kiev, sin embargo, la amenaza nacionalista ucraniana es un invento de los medios rusos para justificar una hipotética intervención militar de Moscú en el este de Ucrania.

En cualquier caso, la tensión en la zona crece día a día. Tras los ataques a puestos de control prorrusos, el Ministerio de Defensa de Ucrania informó que hombres armados en motos abrieron fuego contra un puesto del ejército ubicado entre Donetsk y Slaviansk. Las tropas del ejército ucraniano repelieron la agresión, hirieron a uno de los atacantes y capturaron a otros dos, señaló el ministerio.

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