Sin rumbo, ni propósito

Sin rumbo, ni propósito

por José Luis Jacobo

Una cuestión básica en la política, es tener un rumbo. Y, cuando menos, un propósito. Para Ángel Roig, por ejemplo, fue dotar a la ciudad de una mejor infraestructura en cuanto a gas y alcantarillado. Se construyeron cientos de miles de metros, por medio del IMDUR.

Para Mario Roberto Russak, equiparar la ciudad con los parámetros propios de una urbe moderna era un objetivo central. El escándalo en el que se metió por desconocer la idiosincrasia de los vecinos, sumado a otro por negocios a espaldas del interés público en la propuesta de estacionamiento medido, fue letal para sus aspiraciones.

Blas Aurelio Primo Aprile podría haber sido meramente el curador social del desquicio anterior. No le alcanzó, y lanzó el «Plan Mar del Plata 2000». Envanecido, destrozó la matriz administrativa del municipio para irse, en su segundo mandato, por la puerta de atrás.

Su sucesor, el concejal en segundo orden de la lista que le dio la reelección, se avocó a la tarea de ordenar su desquicio, para luego dejar la comuna en manos de Gustavo Arnaldo Pulti. Curioso personaje, al que se le atribuyen tantos éxitos como desastres.

Carlos Fernando Arroyo fue el intendente impensado. Con la gobernación actuando en su contra desde el primer día de su intendencia, el destino lo llevó a tener un gabinete que dio batalla y marcó cambios de fondo, que lamentablemente el universo votante de “cabecitas de Sarlo” (dixit, Osvaldo Bazán) no supo valorar.

Y aquí estamos, en manos de un grupo de aventureros.

El mini grupo que acompaña a Guillermo Tristán de Montenegro lo ignora todo de Mar del Plata. El intendente le pidió a la gobernación ayuda para combatir la nocturnidad ilegal. Tremendo.

Le contestó un ex funcionario: Emiliano Jair Mensor. Le explicó, a través de las redes y en la 99.9, que el esquema ya existe, y que en la gestión anterior se utilizó para disolver 329 fiestas clandestinas. Es de locos que ni siquiera el muy marplatense secretario de Gobierno tenga idea de nada. Santiago Bonifatti debería conocer esta ordenanza. Pero, lo cierto, es que para ello hay que tener dialogo en el gabinete y, antes de abrir la boca, preguntar.

El fracaso en materia de seguridad lo deja claro el requerimiento por parte de once sociedades de fomento que claman respuestas. Cansados, hartos de estar hartos, los vecinos han colocado pasacalles, montan esquemas de alarma comunitaria y, esta semana, organizarán movidas públicas con cortes parciales de calles.

Guillermo Tristán Montenegro hizo de groupie de la presentación del anuncio del dragado en el puerto de Mar del Plata. Asistió cuasi embelesado a la presentación que protagonizó Fernanda Montoto Raverta. Inaudito.

Como frutilla amarga, el grupo kirchnerista “Aluvión”, liderado por Brenda Benavente, pintó una imagen gigante de Néstor Kirchner en la rambla, denominándolo un “homenaje de pintura efímera”. Tuvo que empezar a ser quitado en forma personal por Costanza Addiechi. El caradurismo del grupo “veraneantes” que lidera el intendente se evidenció cuando salieron a sumarse a la acción solitaria de la directora de Restauración de Monumentos con la publicación de tweet en la cuenta de Alejandro Rabinovich. Ni participaron, se enteraron por las redes. Mar del Plata, les queda lejos.

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