Este retirado del servicio carcelario Federal, con 31 años en ese servicio, se va de ese cargo cuando no había cumplido cinco meses.

El gobierno de Alberto Weretilneck lo había incorporado a principios de noviembre con gran expectativa (ver nota) y promocción que incluyo una conferencia de prensa, encabezada por el ministro de Gobierno, Luis Di Giacomo. Ya entonces se sabía que el Servicio dependería de la nueva cartera, a cargo de Oscar Albreiu.

El arribo de Torres se presentó como el aporte de un experimentado penitenciario, lo cual, serviría para afrontar la complejidad de las unidades carcelarias rionegrinas con reiteradas fugas o disturbios. Después, el gobierno introdujo un cambio determinante en el lineamiento original: la policía asumió la conducción de los penales, hasta entonces conducidos por efectivos del Servicio Peninteciario.

Torres habría planteado su disidencia pero, aún así, intentó conducir este proceso pero, finalmente optó por su renuncia indeclinable frente a las dificultades existentes por la presencia de los uniformados.

Simultáneamente, el segundo del Servicio Penitenciario no estaría confirmado después de la reformulación de funcionarios, por lo cual, la conducción finalmente quedaría a cargo de un oficial policial.