Rebelión de intendentes: el Gobierno busca contener el malestar en el conurbano

Rebelión de intendentes: el Gobierno busca contener el malestar en el conurbano

El Presidente y sus ministros mantienen reuniones con los jefes comunales de la provincia que expresaron fuertes quejas con el accionar del gobierno y con La Cámpora tras la derrota; los temas que más preocupan

 

Una rebelión en masa de los intendentes del conurbano del PJ bonaerense se desató en las últimas horas con la dura derrota electoral del Frente de Todos en las PASO y el gobierno nacional con Alberto Fernández a la cabeza están buscando las formas, el mensaje y el tono adecuado para evitar que el malestar se potencie con resultados peligrosos para las elecciones de noviembre.

El Presidente lanzó este mediodía desde Almirante Brown una fuerte arenga a su tropa: "En noviembre no interrumpamos la marcha que empezamos, sabemos que tenemos cosas que corregir, lo que no hicimos lo haremos y los errores que cometimos no los volveremos a cometer", dijo a los gritos y rodeado de varios ministros, el intendente anfitrión, Mariano Cascallares y varios jefes comunales de la tercera sección electoral.

Sin embargo la euforia discursiva de Alberto Fernández no logró calmar los caldeados ánimos que desde el domingo de la derrota en las PASO persiste entre la gran mayoría de los intendentes del PJ del conurbano por múltiples razones.

 La primera de ellas está sustentada por la gran mayoría de los barones del conurbano -que son sustento electoral del gobierno- es una queja general por el avance de La Cámpora en detrimento e los valores tradicionales del peronismo ortodoxo. La agrupación de Máximo Kirchner desplazó a referentes históricos del PJ en el armado de listas pero no logró arrastrar votos.

El malestar de los jefes comunales del conurbano es entendible: Juntos sumó el 38% de los votos, cinco puntos de ventaja sobre el oficialismo. En las internas de 2019 el kirchnerismo había reunido el 52,5% de los votos. No sólo esto: ahora el PJ perdió en 18 municipios del GBA que había retenido en el 2019.

 

El tema es grave: el peronismo bonaerense perdió en bastiones clave como Quilmes, Morón, San Miguel, La Plata, San Martín, Tres de Febrero, Tigre, San Fernando, Ituzangó y Campana. 

El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, culpó a la pandemia por el resultado catastrófico del PJ. Pero los intendentes no creen en esa teoría y sobre estas cifras los jefes comunales dicen que el gobierno debe hacer un giro total en el mensaje y el accionar que se resume en "volver a las fuentes del peronismo tradicional". 

También entienden que con el mensaje de dar más planes sociales y vacunas no es suficiente para ganar. Los niveles de pobreza que en algunos distritos llega al 70%, la escalada de desempleo, inseguridad en las calles y falta de alimentos caló profundo en muchos municipios del GBA y desde el gobierno nacional no lograron contener semejante malestar social.

La Casa Rosada intentará en estos días escuchar el reclamo de los intendentes. Hoy habrá una reunión de los jefes comunales de la primera sección electoral con los ministros Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Juan Zabaleta (Desarrollo Social), casualmente dos ex jefes comunales de San Martín y Avellaneda, respectivamente. Mañana habrá otro encuentro similar con los intendentes de la poderosa tercera sección electoral.

En todos los casos, como lo hizo hoy Alberto Fernández en Almirante Brown, la idea del gobierno es tratar de contener tanto malestar acumulado en el peronismo de conurbano por una simple razón: sin este sustento electoral la derrota de noviembre en manos de Juntos por el Cambio puede ser aún peor.

"Hay funcionarios que están mirando otro canal, no se entendió el reclamo de trabajo, alimentos y más seguridad que nos exige la gente", se sinceró ante El Cronista el intendente peronista de Ituzangó, Alberto Descalzo.

No es el único que plantea reclamos. Hay muchos que prefieren la reserva. Pero la rebelión con La Cámpora de Máximo Kirchner y con un gobierno que no los entiende crece con el correr de las horas. 

Muchos creen que el discurso de cierre de campaña en Tecnópolis se impregnó de un cristinismo duro que la gente no quería escuchar. Más bien, la gran mayoría de los intendentes del PJ del conurbano creen que hace falta volver a las fuentes del PJ tradicional. La ironía es que meses atrás se acordó que Máximo Kirchner asuma la presidencia del justicialismo bonaerense a fin de año. 

 

A la vez, entre los intendentes del PJ bonaerense concentrados en el GBA saben que la obra pública que se empecina en mostrar el gobierno sólo sirve para el largo plazo pero no para lo inmediato. Mucho menos ante el reclamo ciudadano de alimentos y trabajo genuino o las quejas por el golpe permanente de la inflación en los bolsillos. 

Hay intendentes como Fernando Gray en Esteban Echeverría que se enfrentaron de antemano a La Cámpora y ni siquiera creen que la contención del gobierno nacional tras la derrota electoral sea suficiente para frenar tanto malestar social. 

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