Quién es quién en la oposición del “nuevo” Concejo Deliberante

Quién es quién en la oposición del “nuevo” Concejo Deliberante

ADN se partió y cedió el rol de primera minoría a UPC. Pascual y Terre tienen bancada propia y funcionarán como interbloque con el PJ. El acuerdo podría sumar una tercera pata si el riutorismo regresa al PJ Capital.

Habitualmente, la foto inicial de la composición de los cuerpos legislativos se corresponde (en la representación de las bancadas) con lo que la gente votó, aunque luego, con el correr del tiempo, los reacomodamientos políticos –y sobre todo electorales– hagan mutar esas ecuaciones, hasta en algunos casos tornar irreconocible la nueva relación de fuerzas.

En el Concejo Deliberante de Córdoba, esto último ocurrió temprano y de golpe. La tercera sesión ordinaria (en realidad, la primera que tuvo un temario “pesado”) generó días atrás un tembladeral en buena parte del arco opositor, cuyos alcances todavía no se pueden dimensionar del todo.

El intendente Ramón Mestre arrancó su segunda gestión en diciembre pasado con 16 votos propios en la bancada de Juntos por Córdoba, que le dan de por sí una mayoría legislativa simple y casi automática.

Como ingredientes adicionales, hay que contabilizar que es la primera vez que la UCR suma aliados externos en sus filas (los macristas Aníbal de Seta y Abelardo Losano, más la socialista Laura Sesma) y también que el viceintendente Felipe Lábaque es novato en esto de la política, lo que demanda más tiempo para “amalgamar” la tropa propia.

Hechas estas aclaraciones, por ahora es un dato de la realidad que el oficialismo se muestra compacto. Pero, enfrente, la oposición es un rompecabezas.

Libro de pases

Previo a la tercera sesión, donde se aprobó en primera lectura una autorización para que Mestre tome deuda por hasta 150 millones de dólares, el Movimiento ADN, liderado por 
Tomás Méndez, cedió su condición de primera minoría, que había ganado en las urnas, cuando obtuvo seis bancas.

Marcelo Pascual y María Terre oficializaron su ruptura con esa bancada y pidieron presurosos ser reconocidos como integrantes del bloque Frente Federal Acción Solidaria (FFAS), una solicitud que –se descuenta– será rápidamente tramitada por el oficialismo.

Para despegarse de Méndez, Pascual adujo diferencias de criterio con este respecto al pedido de endeudamiento de Mestre, pero las disputas entre ambos son mucho más profundas y venían incluso desde la propia campaña electoral.

La novedad es que Pascual tampoco quiere vegetar en el Concejo, con un bloque de apenas dos integrantes, por lo que rápidamente activó su inserción en el peronismo, aprovechando que el gobernador Juan Schiaretti quiere reorganizar la Capital, con su esposa Alejandra Vigo, para intentar dar pelea en ese territorio refractario al PJ en los últimos 15 años.

Pascual formará un interbloque con la bancada oficialista de Unión por Córdoba, que conduce Esteban Dómina, otro actor que también protagonizó un sacudón frente al proyecto mestrista de endeudamiento.

Pese a ser el jefe de su bloque, Dómina rechazó el proyecto del oficialismo, mientras que sus pares peronistas sí lo aprobaron, siguiendo directivas expresas de El Panal.

Este hecho debe leerse como devolución de favores de Schiaretti a Mestre, luego de que la UCR también acompañó en la Unicameral un pedido de endeudamiento de la Provincia.

Esa sintonía fina Municipalidad-Provincia y su duración en el tiempo es lo que más dudas genera respecto de cómo será el “nuevo” Concejo que se viene.

El interbloque de Unión por Córdoba (cinco miembros) y FFAS (dos ediles), ¿seguirá siendo aliado de Mestre cuando este necesite para algún proyecto mayoría agravada de 21 votos? ¿O, por el contrario, es un embrión de contrapoder al oficialismo, con un bloque fortalecido de siete concejales?

Esos mismos interrogantes se potencian con la posibilidad, todavía no definida, de que el interbloque pueda terminar sumando un tercer actor: la bancada de cuatro ediles de La Fuerza de la Gente.

Tal situación se daría si es que el riutorismo acuerda su incorporación a la lista de unidad que se está definiendo por estas horas para la nueva conducción del PJ de la Capital.

Si el triple acuerdo se consumara, el interbloque opositor pasaría a tener 11 miembros. Por ahora, los gestores de ese armado lo hacen mirando más hacia la reorganización del peronismo con vistas a 2019 que para ejercer ahora una oposición dura al mestrismo.

Por eso cada bloque mantiene su identidad individual: para moverse en conjunto en líneas generales, pero también para asegurarse algo de juego propio y disponer de margen para expresar disidencias ante el oficialismo.

Por su parte, ADN quedó perfilado como oposición neta a Mestre, pero ahora con un bloque de sólo cuatro ediles.

Ahora hay cinco bloques

Juntos por Córdoba. Mantiene su composición inicial, con 16 miembros, lo que le asegura mayoría simple (los ediles son 31). 

Movimiento ADN. Era primera minoría, con seis integrantes, pero se fueron dos: Marcelo Pascual y María Terre. Mantiene su perfil de oposición neta, aunque perdió fuerza numérica.

Frente Federal Acción Solidaria. Es un bloque nuevo, producto de los dos ediles que se fueron de ADN. Ambos acompañaron al oficialismo en el proyecto para tomar deuda y avisan que se acoplarán a Unión por Córdoba como interbloque.

Unión por Córdoba. Tiene cinco integrantes, aunque carga con una dualidad difícil de explicar: cuatro de sus miembros se mueven en sintonía con el acuerdo que hay a nivel provincial entre Juan Schiaretti y Ramón Mestre, con la sola excepción de Esteban Dómina, quien, pese a ser el jefe de la bancada, tiene juego individual y cultiva un perfil más opositor. Tendrá a los mencionados Pascual y Terre como aliados desde un interbloque.

La Fuerza de la Gente. Dispone de cuatro integrantes, pero, debido a la licencia que pidieron Luis Juez y Graciela Villata (ambos del Frente Cívico), todos ellos son riutoristas. Si Olga Riutort acuerda ahora el reingreso formal de su espacio al PJ Capital, habrá que ver cómo se plantan a futuro dentro del Concejo.

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