La UCR de la Provincia respaldó la continuidad de Cambiemos en apoyo de Macri y Vidal

La UCR de la Provincia respaldó la continuidad de Cambiemos en apoyo de Macri y Vidal

Los delegados, entre ellos intendentes y legisladores, sacaron un comunicado en apoyo a la coalición de gobierno. Antes de la eventual Convención partidaria. 

 

“Los radicales de Buenos Aires tenemos la convicción de que Cambiemos es la fuerza política que nos garantiza consagrar valores republicanos esenciales”. Firma al pie de 50 de los 70 convencionales nacionales de la Provincia.

La definición de este documento público establece una aproximación, temporal, a la tendencia mayoritaria para la eventual realización de la Convención. El cónclave, donde Buenos Aires lleva la mayor comitiva distrital, debe desarrollarse antes de la conformación definitiva de frentes electorales del 12 de junio.

Hasta entonces, el radicalismo seguirá en estado deliberativo. El arco de resolución es variado: un sector propone –como el bonaerense- permanecer en la coalición de gobierno, sin mayores aditamentos. El más extendido, impulsado por gobernadores como Gerardo Morales (Jujuy) y Eduardo Cornejo (Mendoza), presidente del Comité Nacional, ensaya críticas de gestión e instala fórmulas de negociación con el propio Mauricio Macri. Lo más novedoso, aún sin consistencia, es la integración radical a la fórmula. Todavía, todo está en estado gaseoso.

 

La tercera directamente es disruptora. Plantea emigrar de Cambiemos y ampliar la alianza fuera de cierto “conservadurismo” que le atribuyen a Macri. Además de la “cerrazón” en las determinaciones de gobierno. Son los dirigentes, representativos, pero “sin tierra”. Es decir, sin poder territorial. Ni institucional (no tienen cargos legislativos). Lo integran Federico Storani, Ricardo Alfonsín y Juan Manuel Casella. Esta triada también es de Buenos Aires. Y la porfía es con Daniel Salvador, vicegobernador y presidente del Comité Provincia.

Precisamente, fue Salvador quién convocó a los convencionales. El vice tenía el apremio de las manifestaciones rebeldes a sus espaldas y cierta necesidad del oficialismo de confirmar lealtades. El vice aguarda ser ratificado como “dos” de María Eugenia Vidal. A los radicales críticos les dispensó un trato de minoría. Y al gobierno nacional alineamiento dentro del espacio.

Tras el encuentro de Convencionales, Salvador tuiteó el documento y dijo: "El radicalismo de la provincia de Buenos Aires quiere más Cambiemos en Argentina".

El documento no habla de candidaturas. Tampoco de cuestionamientos. El abordaje resultó estrecho: “Los Convencionales Nacionales titulares de la UCR de la Provincia expresamos nuestro compromiso de ratificar en la próxima Convención Nacional la continuidad de Cambiemos como la herramienta política adecuada para los actuales desafíos”, explican en el texto.

Tiene el soporte de casi una treintena de intendentes del Interior. Incluido Gustavo Posse (San Isidro), permanente aspirante a una representación más elevada que la comuna del norte del Conurbano. También Agustín Campero (Vicepresidente 1° HCN), Lorena Tetaz (Secretaria HCN), otros intendentes como Jorge Nedella (Berisso) y concejales de municipios gravitantes; tal el caso de Vila Baragiola, postulante a la intendencia de Mar del Plata.

“Cambiemos es la garantía de no volver al pasado”, dice el manifiesto firmado por los delegados.

“Esa decisión fue ratificada por amplia mayoría en la Convención Nacional de La Plata de abril de 2017. La historia nos convoca nuevamente a reafirmar el compromiso y nuestro país se encamine a transitar un futuro de estabilidad y desarrollo”, insiste la nota membretada de la UCR.

Por aquello de la buena vecindad con Vidal le reservan un párrafo: “En Buenos Aires, pocas veces se hizo tanto en tan poco tiempo. La Provincia necesita ratificar el rumbo”, completa el documento.

Aún con ponderación de la figura de Vidal, ningún convencional, intendente o el propio Salvador insinúan la especulación de un Plan V con la gobernadora, en caso de un desplome de imagen de Macri. Los jefes comunales prefieren que no emigre. “No tendría reemplazante de ese calibre”, admiten.

Este jueves, Macri clausuró esa posibilidad. Dijo que Vidal debe continuar en la Provincia.

Como sea, la expresión institucional de la UCR bonaerense aparece moderada, en relación con otros movimientos del partido. Hace algunas semanas ya habían agitado el tablero el propio Morales, Cornejo y Gustavo Valdéz (Corrientes), cuando requirieron a Macri revisar los aumentos de las tarifas de los servicios públicos. Además de fomentar el crédito para el consumo, subsidiar tasas a las pymes y micro pymes, como medidas “que permitan generar un circuito virtuoso de la economía”.

“Las enormes expectativas de la sociedad argentina, expresadas en el deseo de Cambio, que en el 2015 se plasmó en el triunfo electoral, no han sido plenamente satisfechas”, resumieron el ánimo del momento.

Apenas se aplanaba el desafío de Martín Lousteau (Evolución) a Macri para las primarias dentro de Cambiemos. Detrás estaba Enrique “Coti” Nosiglia. Tan detrás como en la elaboración del pronunciamiento crítico del Comité radical de la Ciudad Autónoma. Allí se impulsó mejoramiento de gestión, participación en la sociedad de gobierno y hasta la competencia interna.

En medio, Lousteau se reunía con Roberto Lavagna. Y también Alfonsín, Casella y el presidente de la Convención nacional, el cordobés Jorge Sappia, para quien Cambiemos es prácticamente una falla geológica.

En ese aparente cangrejal político, el PRO no atiende la sociedad con la intensidad que intenta contener el dólar. Pero exhibe algún intento. Al inicio de la semana estaba la disposición para una reunión de Macri con la representación orgánica de la UCR. El encuentro en la Casa Rosada sería el lunes. En el trayecto se armó una especulación. El presidente concedería hablar de una posible integración radical a la fórmula de octubre. No será, por el momento. El diputado nacional José Cano (Tucumán) anticipó la postergación porque Morales tiene agenda ocupada.

Desde el gobierno respiran. Prefieren que el compañero de boleta presidencial se defina después de la Convención radical. ¿Qué pasa si hay emigración, aunque sea parcial, a otro frente electoral?, preguntan en las cercanías de Macri y su jefe de Gabinete, Marcos Peña.

Representan sólo atisbos. El “afuera” influye. Lavagna acaba de mover una pieza importante. Confinó a Sergio Massa, hasta ahora ambos confluentes políticos en Alternativa Federal, a un rol “partidista” de su candidatura. El ex ministro lo sitúa en la interna del PJ. Interesado, transmite que “la idea es ver cómo juntamos voluntades de parte del justicialismo, el radicalismo, el socialismo, el GEN, formaciones provinciales, sindicatos, empresarios y gente de la sociedad civil que comprende que estamos llegando a un límite”.

La audacia podría determinar nuevos aliados, entre ellos radicales. Pero también riesgos emergentes: Massa quiere PASO. Lavagna queda en el otro andarivel. ¿Y Cristina Kirchner¿. La partición es una posibilidad. El gobierno celebraría esa dispersión opositora.

Ante esta dinámica, impensada apenas seis meses atrás, la UCR en conjunto todavía no se movería a campo abierto.

Como se vé, los convencionales bonaerenses sugieren moverse en “terreno conocido”. Saben que entre este techo y el próximo parador, puede quedar la intemperie. Puede ser de inclemencia o de cielo diáfano. Asumen: "el clima es imprevisible". Como la economía, la verdadera nube.

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