Prorrusos toman sedes de gobierno en Ucrania y crece la tensión

Prorrusos toman sedes de gobierno en Ucrania y crece la tensión
Manifestantes prorrusos tomaron hoy por asalto varias sedes del gobierno provincial en Donetsk, en el este de Ucrania, cerca de la frontera con Rusia, al grito de "República de Donetsk", apenas semanas después que Moscú desafiara a las potencias occidentales y anexara la península de Crimea.
El asalto comenzó con una nueva manifestación de unas mil personas en la plaza central de la ciudad industrial de Donetsk en contra del nuevo gobierno nacional interino que reemplazó en Kiev al destituido presidente prorruso, Viktor Yanukovich, a finales de febrero pasado.

Los manifestantes exigían la convocatoria de una sesión extraordinaria del Parlamento local que ordene realizar un referendo, que decida la ruptura de la provincia con Ucrania y el ingreso a la Federación Rusa, como hizo la península de Crimea hace más de dos semanas, informó la agencia de noticias EFE.

De lo contrario, los prorrusos amenazaron con disolver el actual gobierno provicial y elegir a nuevos diputados que representen a "todos los sectores políticos" de la región, que vio nacer y crecer al destituido presidente Yanukovich.

En medio de los gritos que reinvindicaban la "República de Donetsk" y a Rusia, un grupo de los separatistas se dirigió a la zona donde se encuentran los edificios gubernamentales.

Pese a estar protegidos por policías antimotines, los manifestantes prorrusos ingresaron a algunas de las sedes de gobierno e izaron la bandera rusa.

Las autoridades provinciales no intentaron recuperar el control de los edificios por la fuerza y se limitaron a abrir una causa penal contra los manifestantes.

La moderación demostrada por las autoridades designadas por el nuevo gobierno interino en Kiev se puede explicar por el temor que aún existe de que Moscú utilice la represión o muerte de algún rusoparlante como excusa para intervenir en el este

de Ucrania, una región que posee importantes comunidades de origen ruso.

El presidente Vladimir Putin repitió más de una vez que está dispuesto a utilizar "todos los medios necesarios" para defender a las comunidades de origen ruso en el este de Ucrania.

Antes de anexarse Crimea, el Kremlin envió decenas de miles de tropas (disfrazadas con uniformes sin insignias), ocupó la estratégica península sobre el Mar Negro y forzó la capitulación de todas las tropas y fuerzas de seguridad ucranianas.

Mientras el clima volvía a recalentarse en Donetsk, en la ciudad de Lugansk, aún más cerca de la frontera con Rusia, otro grupo de manifestantes prorrusos tomaron la sede local del Servicio de Seguridad de Ucrania.

Los manifestantes, muchos de ellos enmascarados, exigían la convocatoria de un referendo secesionista similar al de Crimea y la liberación de seis compañeros detenidos ayer por participar en las protestas contra las nuevas autoridades nacionales y provinciales.

La toma del edificio desembocó en tensas negociaciones con el gobernador de la región, Mijail Bolotskij, y el jefe de la policía local, Vladimir Guslavski, quienes finalmente aceptaron liberar a los presos y entregarlos a sus compañeros.

Pese a la resolución negociada, los enfrentamientos y la toma dejaron dos heridos, una mujer que fue golpeada en la cabeza y un policía.

En la ciudad de Kharkiv, en tanto, también se registraron choques entre simpatizantes del nuevo gobierno proeuropeísta en Kiev y manifestantes prorrusos.

Según los testimonios recogidos por la agencia de noticias local Unian, centenares de separatistas enfurecidos atacaron a un grupo de partidarios del Maidán, como fue bautizado el movimiento que lideró las protestas contra Yanukovich y ahora apoya el nuevo gobierno nacional interino.

Tras casi una hora y media de tensión en esa ciudad, la segunda más importante del país, la policía consiguió evacuar a las personas que apoyan un acercamiento a la Unión Europea y Estados Unidos.

Hoy no fue la primera vez que manifestantes prorrusos asaltan sedes gubernamentales en Donetsk y otras ciudades en el este de Ucrania, donde las comunidades de origen ruso representan una mayoría o, al menos, una minoría muy importante de la población.

Kiev teme que Rusia vuelva a crear un clima de supuesto miedo como hizo en Crimea para justificar una ofensiva en el este del país, lindante con la ex potencia soviética.

La intervención inicial de Rusia en la península de Crimea fue bajo el argumento de que su población, mayoritariamente rusa, estaba amenazada por los extremistas ultranacionalistas, que actuaron como el brazo armado del movimiento prooccidental que logró derrocar a Yanukovich y hacerse con el poder del país.

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