El plan de Axel Kicillof que busca apuntalar a los dirigentes “sin tierra” y a los intendentes “acorralados” para vencer a la oposición en la Provincia de Buenos Aires

El gobernador quiere aumentar su poder en la Legislatura y encaminarse a un segundo tramo más cómodo de cara a las elecciones presidenciales en el mediano plazo.

Por: Brenda Struminger.

“Necesitamos mejorar el equilibrio de bancas para que la segunda gestión no sea una paritaria permanente”. Desde una ruta bonaerense, ya en modo campaña, un hombre cercano a Axel Kicillof describió así el objetivo principal del Frente de Todos para las elecciones bonaerenses. El gobernador prepara un plan para ganar bancas a través de los comicios en las secciones que eligen senadores provinciales, con base en las intendencias del oficialismo que están “acorraladas” en el mapa geográfico político, y con el eje puesto en el apuntalamiento de los dirigentes “sin tierra”. Es decir, aquellos referentes que perdieron las elecciones en 2019, pero siguen en marcha con sus armados locales y se preparan para la batalla de septiembre.

Una buena performance este año no solo le daría al gobernador, que responde a Cristina Kirchner, el aval de los bonaerenses. También significaría mejorar a su favor el equilibrio de poder en el Poder Legislativo local -donde el Frente de Todos es minoría-; y agilizar proyectos clave, después de dos años de riñas y frenos impuestos por Juntos por el Cambio. Un triunfo sería una plataforma clave para Kicillof hacia la disputa interna por la candidatura del oficialismo en las presidenciales de 2023, donde hay varios anotados, entre ellos, Alberto Fernández, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa y, quizá, el titular del interbloque del oficialismo, Máximo Kirchner, entre otros.

Los esfuerzos del oficialismo se dirigen especialmente a la Primera, la Cuarta, la Quinta y la Séptima sección, que este año eligen senadores. En los últimos días, enviados del gobierno bonaerense “bajaron” al territorio en esas áreas para apuntalar en especial a los dirigentes peronistas y camporistas “sin tierra”, que se preparan para la campaña en los distritos amarillos.

La estrategia consistirá en hacer cada vez más incursiones al territorio desde la provincia con figuras de importancia nacional. Desde la gobernación aportarán presencias relevantes, fondos, inteligencia electoral, actos, anuncios e inauguraciones en los municipios que se le escaparon en 2019, con el centro en la campaña de vacunación, cuya ejecución depende de la Provincia, y las obras públicas, cuyo financiamiento es muchas veces compartido con la Nación.

La semana pasada, Kicillof estuvo junto a Cristina Kirchner en La Plata, donde Julio Garro obtuvo la reelección para Juntos por el Cambio en 2019 frente a una oposición que había competido en las PASO dividida en cinco listas, entre las cuales se impuso finalmente la ultrakirchnerista Florencia Saintout frente a la moderada Victoria Tolosa Paz. Hoy, como presidenta del Consejo Nacional de Políticas Sociales, Tolosa Paz hace bajadas permanentes a La Plata mientras se perfila como candidata a diputada nacional en Buenos Aires, aunque su mira, en el mediano plazo, está puesta pelear por la intendencia platense en 2023. En este caso, la “ayuda” a la dirigencia peronista y camporista local, es nacional.

Buenos vecinos

Pero desde el comando electoral central, que tiene sede en La Plata, también exigirán la colaboración de los distritos vecinos a los “sin tierra”. “Estamos coordinando la ayuda de parte de los compañeros que son gobierno en los distritos de al lado a los opositores, para que los ayuden a dar la batalla en las ciudades donde gobierna Juntos por el Cambio. También les vamos a brindar ayuda nosotros desde la provincia”, dijo un vocero de Kicillof, aunque para evitar suspicacias, aseguró que las obras son otorgadas “a los 135 municipios, sin distinción” por color político.

En el poblado y deseado conurbano, pidieron a los distritos vecinas a los adversos municipios de la Primera Sección Tres de Febrero, Vicente López, San Isidro, y San Miguel, terruños de Juntos por el Cambio -donde gobiernan con comodidad, respectivamente, Jorge Macri, Gustavo Posse, y Joaquín de la Torre- que apoyen a los comandos del Frente de Todos locales.

Con esta lógica, en los próximos meses se verá también a los concejales o referentes del Frente de Todos en localidades de la Quinta Sección que están en manos opositoras, como General Pueyrredón -donde gobierna Guillermo Montenegro-, o Pinamar -que conduce Martín Yeza-, con inauguraciones y anuncios en esos bastiones. También brindarán asistencia a los comandos del Frente de Todos en Madariaga, Tandil, Balcarce, General Lavalle, Lezama y San Cayetano. En la Séptima pondrán la mira en Olavarría y Azul.

El Ejecutivo bonaerense instruyó a los intendentes que responden al Frente de Todos para que asistan a sus vecinos menos poderosos, también, con actos desde sus distritos, que funcionarán como “centros seccionales”. Es el caso de Mar Chiquita, una de las únicas localidades de la Quinta Sección que quedaron en manos del Frente de Todos, y una de las que, en el comando electoral, llaman “los acorralados”. Esto significa que a nivel geográfico, la mayor parte de los distritos a su alrededor son adversos al Frente de Todos. Planean usar esos terruños como base en las regiones bonaerenses áridas para el oficialismo.

Uno de los casos que más preocupa es Junín, donde gobierna el opositor Pablo Petrecca. Días atrás, desde La Plata se enojaron con el oficialismo local por la inauguración de una planta de residuos cloacales en cuyo desarrollo había tenido intervención el gobierno de la provincia. “El intendente se adelantó al estreno y se lo apropió. Ni siquiera mencionó a la provincia, ni al diseño de la obra. Lo único que dijo es que la había iniciado Vidal en 2018. Pero omitió que la había dejado abandonada”, dijo un vocero bonaerense, indignado, en referencia a la ex gobernadora, principal blanco de dardos de Kicillof en sus discursos sobre la herencia del Pro desde 2019.

De hecho, durante la puesta en marcha en conjunto de esa obra, Kicillof tuvo un cruce público con Petrecca. Las indirectas en el acto se centraron en el avance del plan de vacunación, y dejaron al desnudo la bronca del gobernador. “No pedimos que el intendente no anuncie o no haga usufructo político, el tema es cuando ni siquiera mencionan la labor de la provincia”, deslizó una fuente bonaerense.

En el caso de Junín, la oposición quedó sin un liderazgo claro tras la muerte, hace dos meses, de Mario Meoni, el principal contendiente peronista en 2019, quien luego de su derrota había sido nombrado por Alberto Fernández como ministro de Transporte. Según pudo reconstruir Infobae, hoy, la fuerza a nivel local aún no tiene un dirigente unívoco firme.

En esa localidad se responsabilizó al “frentetodismo” local, pero es el único caso. Para evitar ese tipo de reveses en municipios adversos, donde Juntos por el Cambio se “apropia” de logros que quiere capitalizar el oficialismo bonaerense, se busca intervenir los armados del Frente de Todos locales. Irán a localidades opositoras, pero también a las “propias”. No solo para confirmar las adhesiones obtenidas hace dos años, sino también para atraer la atención de los votantes de localidades “ajenas” colindantes, o de la zona.

El recambio legislativo bonaerense se presenta como central en la estrategia del gobernador, que si logra ampliar la cantidad de bancas, podrá lograr un escenario favorable que le permita avanzar con mayor agilidad en la Legislatura bonaerense en el segundo tramo de su mandato de cara a los planes presidenciales de 2023. Todas las energías, desde las últimas semanas, están puestas en ese plan.

Comentá la nota