PISA: no revisarán qué pasó con el test

Hubo cruces de acusaciones; en 2018 el país volverá a participar

 

La única perjudicada es la educación. Ni el ministro nacional actual,Esteban Bullrich , ni su antecesor Alberto Sileoni , ni la OCDE explicaron ni investigarán por qué la muestra de la prueba PISAno cumplió con los requisitos para integrar el ranking trienal que mide los estándares de calidad educativa en alumnos de 15 años. Sólo hubo un cruce de acusaciones y la confirmación de que, en 2018, el país volverá a presentarse al test, actualmente liderado por Singapur. Bullrich habló de "fallas técnicas graves", sin "animosidad". Sileoni negó una "manipulación".

Bullrich brindó una conferencia de prensa, apenas 15 minutos, en la Casa Rosada. Hubo una decena de periodistas, cuatro preguntas específicas sobre el escándalo PISA 2015, que adelantó anteayer LA NACION, con respuestas escurridizas y sabor a campaña proselitista y una sobre cómo podría impactar la paritaria bonaerense para el año próximo en el ámbito docente.

Aunque el informe oficial divulgado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) daba cuenta de los resultados alcanzados por nuestro país, Bullrich no los divulgó. Éstos son: el país obtuvo 432 puntos en ciencias, 425 en comprensión lectora y 409 en matemática. Si no hubiera sido excluida, la Argentina habría mejorado casi nueve puestos en la tabla de posición global en relación con 2012, cuando quedó 59».

Bullrich, además, dijo que no se investigará ni administrativa ni judicialmente las eventuales responsabilidades de que la muestra "sea demasiado pequeña para garantizar la comparación", como argumentó la OCDE para excluirla del ranking. "Los funcionarios que estaban a cargo (cuando la prueba se realizó, entre el 31 de agosto y el 4 de septiembre del año pasado) ya no están en sus puestos", respondió a la pregunta de LA NACION.

Anunció, en cambio, que el país cumplirá la próxima evaluación, en 2018, de la que participarán "13.280" escuelas. "Vamos a trabajar para que en la próxima prueba PISA la Argentina obtenga un resultado sobresaliente", anunció, al aclarar que de las 13.280 que debieron haberse evaluado en 2015 "faltaron 3096".

Bullrich no hizo referencia alguna a que en agosto del año pasado, antes de que se iniciara la ahora escandalosa prueba, Sileoni informó que el universo abarcaba a 7500 estudiantes de 238 escuelas públicas y privadas de todo el territorio y que en 2012 participaron 226 escuelas y 5900 alumnos.

"La mala educación es visible. Queremos ser un país que construya en la verdad, que valore la transparencia. Hubo poco apego y compromiso con las estadísticas. Proponemos que esto no se vuelva a repetir", planteó el ministro de Educación.

Casi al mismo tiempo, Sileoni defendía su gestión y acusaba al macrismo. "No hubo manipulación en la información ni se sacaron las escuelas que daban peores resultados", dijo en declaraciones radiales.

"La prueba -siguió- se ha tomado a menos alumnos, pero los resultados son absolutamente confiables. PISA dice que la muestra no es comparable. Esto les ha ocurrido dos veces a Austria, al Reino Unido y a los Países Bajos. No dice que la muestra esté malversada, porque no hemos dejado de enviar algunas escuelas y hemos olvidado otras. Es muy grosero construir una noticia diciendo barbarie y manipulación por un lado en el país y una ciudad extraordinaria por el otro. Los resultados de la Argentina están publicados y nos ha ido mejor."

La pelea entre Bullrich y Sileoni debería tener varios rounds, pero es probable que se cierre en este primero. La OCDE había anticipado de forma exclusiva a LA NACION anteayer que había descubierto que "un número significativo de escuelas no fue incluido en el listado".

Las palabras habían sido pronunciadas por el responsable de Educación y Habilidades de la OCDE, Andreas Schleicher, al advertir: "Por esta razón no podemos descartar la posibilidad de que los resultados para la Argentina hayan sido afectados. Es imposible saber, sin embargo, en qué dirección fueron afectados".

Aunque la ciudad de Buenos Aires obtuvo un puesto razonable entre los 70 estados evaluados, Bullrich tampoco hizo hincapié en el desempeño de los estudiantes porteños que se ubican en un puesto mejor que los demás países de América latina ni anunció qué medidas se tomarán en el futuro inmediato para resolver la crisis educativa.

Entre los especialistas en educación, el académico Alberto Taquini consideró que "la Argentina necesita diseñar un dispositivo que evalúe a los estudiantes al término de la escuela secundaria. El ejemplo está en los exámenes preuniversitarios de Brasil, Chile y Ecuador. Si lográramos alinearnos con esta tendencia, podríamos evitar que estudiantes de diferentes países, que no han superado las evaluaciones, se incorporen a nuestras universidades nacionales y viceversa".

En la otra vereda, el Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop) consideró que las pruebas PISA "son negativas porque están dominadas por una visión economicista y unilateral de la educación" y porque la difusión de los resultados tiene por fin "deslegitimar el desempeño docente y, en consecuencia, su justo reclamo salarial", según el documento firmado por el secretario general Mario Almirón.

Dos estilos enfrentados

Ministro de Educación de la Nación

"Hubo fallas técnicas graves, que nos llevan a esta situación de exclusión. Hubo poco apego y compromiso con las estadísticas. El cuestionamiento no es a la educación pública, sino al funcionamiento de un gobierno"

Ex Ministro de Educación de la Nación

"No hubo manipulación en la información ni se sacaron las escuelas que daban peores resultados. La prueba se ha tomado a menos alumnos, pero los resultados son absolutamente confiables, están publicados y nos ha ido mejor"

 

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