Pérez retiró polémico pliego en Irrigación

Pérez retiró polémico pliego en Irrigación
Es el de Carlos Dávila, un azul que estuvo en la gestión cuestionada de Frigerio y Villalón. El gobernador retiró su pliego. Pero sigue adelante con el de Fernando Escobar, que igual será impugnado.
Como en las películas épicas, o ccomo el manotazo salvador del arquero en el último minuto; una jugada acordada y muy trabajosa en el peronismo evitó una fractura irremontable, y el lastimoso paseo de una semana “a la parrilla” discutiendo por los diarios –otra vez- sobre la sospechada gestión de Eduardo Frigerio y Jorge Villalón en Irrigación, a sólo cinco semanas de las elecciones. El gobernador Francisco Pérez retiró ayer de la Legislatura el pliego del candidato a consejero del Río Tunuyán Superior Carlos Dávila, y evitó así profundizar la tragedia electoral en un momento de por sí muy difícil luego de que el PJ perdiese en las PASO por una diferencia considerable, ante la UCR encabezada por Cobos. Dávila es un hombre “azul” del peronismo muy ligado a Frigerio-Villalón. En la interna del PJ le reporta a Patricia Fadel, es decir, a Juan Carlos “Chueco” Mazzón, “padre” también de la gestión que será recordada por los pozos irregulares que pudieron haber generado millonarios negocios inmobiliarios y vitícolas, pero violando regulaciones estrictas sobre el uso del agua en esta provincia. Pérez ordenó cegar esos 21 pozos en un recordado discurso de la Vendimia este año, pero entre los vericuetos de Irrigación y la habilidad de los abogados litigantes, poco o nada se ha avanzado. El gobernador sólo retiró el pliego de Dávila, por lo tanto seguirá adelante el proceso de designación de otro consejero pero por el Tunuyán Inferior, Fernando Escobar; por lo tanto el espectáculo de hoy con la audiencia pública quedará reducido a la mitad. La cita es desde las 9:30 de la mañana en la sala Ricardo Rojas del edificio de comisiones del Senado, 9 de Julio 1349 de la Ciudad de Mendoza.

La nueva película del Departamento General de Irrigación empezó varias semanas atrás, el 5 de setiembre, cuando se supo que el gobernador había enviado los pliegos de Dávila y Escobar a la Legislatura para su análisis, audiencia pública y posterior designación por votación secreta. Lo hizo de manera tan reservada que ni siquiera el superintendente José Luis Álvarez, o el peronista Oscar Demuru (Río Diamante) estaban enterados. Dávila “es” Mazzón y Escobar le reporta al poderoso intendente de San Martín, Jorge Giménez, también del sector azul del peronismo pero más cercano a Adolfo y Alejandro Bermejoque a Mazzón. El intento de designar a ambos candidatos del sector azul levantó una tormenta en el propio peronismo. La Corriente hizo saber que podría no acompañar estas designaciones y trascendió que al menos dos senadores azules habían anticipado en charlas muy íntimas sus bolillas negras. De repente, los azules, el sector Integración de los hermanos Emir y Omar Félix y el gobierno empezaron a flaquear en la cantidad de legisladores necesarios para aprobar las polémicas designaciones. Lo de “polémicas” no es caprichoso: se explica por su rol en la gestión anterior y porque al menos la UCR, regantes y asociaciones de productores presentarían dura resistencia y argumentos contundentes para rechazar a ambos.

Para que se entienda: Dávila y Escobar eran candidatos a consejeros por los ríos Tunuyán Superior (Valle de Uco) y Tunuyán Inferior (Este). Los consejeros integran el Honorable Tribunal Administrativo y del Honorable Consejo de Apelaciones. En ambos están los mismos cinco consejeros (dos por el Río Tunuyán, uno por el Atuel, uno por el Mendoza y uno más por el Diamante). La diferencia es que en el tribunal administrativo se suma el Superintendente y en el otro, no. Estos cargos tienen rango constitucional y duran cinco años como el superintendente. “Mantener estos pliegos era consagrar la mayoría azul otra vez en Irrigación y por cinco años” reflexionó una fuente del PJ anoche, enterado de la noticia.

Finalmente, el debate terminó en que Pérez decidió levantar el pliego más polémico de los dos, el de Dávila, y sostener el de Escobar. Cuentan que fue decisivo un pedido de Alejandro Abraham, principal candidato del Frente Para la Victoria y presidente del PJ. Abraham hizo todo lo posible para convencer a Pérez de la inconveniencia de tratar estos pliegos ahora, sobre todo por la repercusión mediática y electoral que podrían acarrear. El fin de semana, además, se había filtrado un pedido de Carlos Ciurca para que los pliegos fuesen retirados. Dicen tambiénque Patricia Fadel hizo “glup” y aceptó la decisión comprendiendo el panorama, aunque la sangre estuvo a punto de llegar al río. Los ánimos estaban anoche muy caldeados, algunos teléfonos estaban apagados y otros hervían de furia. La decisión de Pérez fue inteligente: evitó una votación dividida con riesgos de derrota. Las esquirlas hubiesen alcanzado a su gobierno, y en el peronismo nadie anda como para suicidios. Aparecer “pegados” a la gestión de Villalón-Frigerio era un incendio. Ahora, y aunque tanto la Corriente como el Gobierno deberán afrontar el enojo seguro de Mazzón por la pirueta, al menos el PJ podrá llegar a las elecciones de octubre pensando sólo en eso.

Tan complejo era el panorama peronista en las últimas horas, que un testigo difundió una charla desopilante entre el titular de la Cámara de Diputados Jorge Tanús (azul) y el presidente del bloque de senadores “Nacho” Ortigala (Corriente). Dicen que Tanús casi festejaba a cuenta las designaciones de Dávila y Escobar, anunciando que en el peronismo “siempre” se arreglan las cosas y que “no habría problemas”. Ortigala le invitó a Tanús a ir el martes 24 a presenciar la votación secreta, a ver si habría problemas o no. Como sea, todo esto no fue necesario. La jugada de Pérez, salomónica aunque con algunos enojados, terminó evitando un escándalo que hubiese causado heridas mortales al peronismo mendocino.

Forzar la designación de Dávila hubiese sido un tormento. El contador, que estuvo brevemente al frente del DGI cuando transcurrían el jury y la renuncia de Frigerio, pasó el período de adhesiones e impugnaciones con holgura (100 a 3), pero las críticas y acusaciones hubiesen sido durísimas en la audiencia pública de hoy.Habríamos presenciado una carnicería. La UCR tenía preparado un arsenal. Pero la bala de plata fue fundida y terminada de pulir anoche en el estudio del ex gobernador Arturo Lafalla, en el Barrio Bombal. Allí, el ex mandatario, su hijo Sebastián que es regante y uno de los impugnantes, el abogado Marcelo Romano -entre otros- habían preparado con lujo de detalles y profusa documentación un dossier con el escandaloso riego directo de la finca La Errachida, propiedad del ex asesor Jorge Villalón. Inspectores de Cauces habían certificado una toma directa del río que permitía regar las 24 horas los 365 días del año, cuando un regante habitual sólo recibe un turno de dos o tres horas por una finca de diez hectáreas, cada siete días. El consejero por el Tunuyán Superior en ese momento era el propio Dávila, a quien acusan de no haber hecho alguna cosa ùtil para evitar tamaña irregularidad.Injusticia divina, aquellos inspectores de cauces están por ir a juicio oral, imputados y acusados por el propio Villalón de violar su propiedad y haberse excedido en sus atribuciones.

Tampoco la tendrá fácil el consejero apoyado por Jorge Giménez para el Tunuyán Inferior. Fernando Escobar era subdelegado de aguas del Río Mendoza cuando ocurrió lo de los pozos cuestionados de Agrelo, aquellos cuya cesión la justicia investigó buscando pistas de sobornos o rutas de dinero, sin resultados, y que el gobernador Pérez ordenó cegar aunque sea por las dudas y en aras de la transparencia. El subdelegado anterior a Escobar era el ingeniero Martín Garbullo, hombre cercano a Eduardo Sancho. Cuentan que Garbullo renunció porque no quiso certificar lo de los pozos.

La historia de los últimos años con el manejo del agua en Mendoza parece ser circular. Las impugnaciones se terminaron de armar en el estudio del ex gobernador Lafalla, justamente uno de los hombres convocados por Francisco Pérez junto a otras personalidades como Miguel Mathus Escorihuela, para transformar la Ley de Aguas de la Provincia.

¿Fin de la historia? No. Escobar será igualmente impugnado hoy y deberá defenderse con muchísima precisión. Pero pasará sin problemas la votación en el Senado el martes que viene, porque así ha sido acordado. Levantar los dos pliegos hubiese sido un costo interno excesivo incluso para Pérez. Ahora, una vez aprobado el pliego en la votación secreta, la discusión será postergada hasta después de las elecciones de octubre. Es decir, no hay postulante ahora para reemplazar a Dávila, ni hay interés en que lo haya. Lo importante para el PJ ahora es tratar de llegar a las elecciones sin tormentas a la vista.

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