Un pedido de Máximo K y la doble transversalidad en riña de Racing

Un pedido de Máximo K y la doble transversalidad en riña de Racing

  Máximo Kirchner heredó de su padre, Néstor, el visceral fanatismo por Racing y se acostumbró a mirar los partidos sentado en una butaca de las tribunas de la cancha que le enviaron desde el club cuando, años atrás, se remodeló el estadio. 

Víctor Blanco, presidente del club y el candidato que ranquea -despegó tras el repunte del equipo en las últimas fechas- en la elección del 14 de diciembre, peregrinó silenciosamente a Río Gallegos a verse conMáximo, un ritual o una gentileza.

Previamente, Blanco anudó -se atribuye a Bárbara, una de sus hijas, parte de esos enlaces- un acuerdo que, en materia de identidad política, se recorta como una transversalidad a lo Racing: detrás de su postulación con la marca Racing Gana, se amontonan, con distinto nivel de vínculo, kirchneristas, macristas, peronistas clásicos, sindicalistas y hasta La Cámpora.

Blanco, empresario hotelero y gastronómico, nacido en Galicia, montó un panel donde aparecen el ministro de Justicia, Julio Alak; el titular de ANSES, Diego Bossio; el economista del PRO Carlos Melconian y el defensor del Pueblo porteño, el sindicalista Alejandro Amor. La amalgama blanquista incluye, también, al periodista del monopolio Clarín Marcelo Bonelli, el sindicalista Daniel Amoroso, exsocio de Francisco de Narváez y mecenas de Graciela Ocaña; al embajador en Chile, Ginés González García; al exministro bonaerense Rafael Magnanini y a Dante Sironi, dirigente de La Cámpora y dos de la Defensoría.

La boleta de Blanco tropezó en su trámite de aprobación cuando pasó por Personas Jurídicas, área que depende del ministro de Justicia bonaerense Ricardo Casal. Se destrabó por el llamado que sembró otro llamado: Santiago Carrera, senador provincial neocamporista, enlace de ese sector con la Justicia provincial, fanático de Boca Juniors, pidió por la boleta de Blanco invocando una preocupación sureña de Máximo K.

El episodio terminó por reflejar el vínculo de Blanco con Daniel Scioli, relación que atizó otro empresario gallego, el marplatense Aldrey Iglesias, a quien el gobernador trata con devoción de sobrino a partir de la amistad que "el Gallego" de la Feliz tuvo con José Scioli, el padre del candidato. Blanco compartió, incluso, la mesa de truco de Scioli.

Así y todo, el sciolista más famoso de Racing, el secretario general de la gobernación Martín Ferré, figura en otro ensamble, detrás de la candidatura de Pablo Podestá, donde aparecen, también, macristas y sindicalistas;Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gabinete de Mauricio Macri; y Mariano Cejas, del sindicato de Viajantes, gremio que reporta a la CGT Azul y Blanca de Luis Barrionuevo. Es otra transversal que en los peores momentos del club confluyó en un mismo esquema, prohijada por Néstor Kirchner.

Pero esta vez hay otros actores, otros juegos y otras deserciones. Un telefonazo, cuentan en Avellaneda, terminó con la postulación de Matías Gainza Eurnekian. "¿Te parece que te enfrentes con el candidato del Gobierno?",dicen que lo invitaron al sobrino de Eduardo Eurnekian, empresario de Aeropuertos 2000. Atando nudos detrás de esa fallida postulación, que ocupó gigantografías, estuvo un riverplatense con acceso vip al cuervo más famoso de la galaxia: Eduardo Valdez, embajador en el Vaticano, y soldado del papa Francisco.

Mariano Cúneo Libarona, abogado, encabeza otro clan sin pool político pero, en apariencia, con respaldo del empresario Daniel Vila. Daniel Lalín anotó la cuarta boleta, pero son varios los que anticipan que quizá esa tira ni siquiera llegue al día de la elección, el 14 de diciembre, cuando el torneo se haya apagado. Para bien o para mal.

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