Una iniciativa, un deseo cumplido, por y para quienes viven allí desde hace más de 50 años como lo son los jubilados que, a través de este medio, supieron contar su padecimiento tras la mínima caída de agua en el lugar, donde el agua servida colmaba los pasillos de este viejo barrio haciendo estragos.

Tal es así que, tras la súplica, el pasado lunes 8 de marzo se dio paso a la mejora de este espacio. Sin embargo, recalcaron que “todo lo que se está ejecutando es gracias a los frentistas, consecuencia de decenas de pedidos que al fin se hicieron eco”.

Debido a ello, “ahora se va a refaccionar y entubar; pero lo cierto es que los vecinos no le deben nada a ningún político, porque lo que se consiguió es parte de su lucha, y porque es un derecho”.

De todas formas, agradecieron la buena voluntad de la actual gestión, y esperan que “todo sea para bien y que continúen en otras calles porque todo está muy deteriorado”.