El Papa Francisco aprovechó ayer la fugaz visita de los directivos del Club San Lorenzo al Vaticano para deslizarles que planea visitar la Argentina en 2016, durante las conmemoraciones del bicentenario de la declaración de la Independencia. El mensaje fue disparado por el Sumo Pontífice desde Roma, durante un encuentro casi informal. Pero ocurre mientras impulsa tres cambios inesperados en su país, como la profunda investigación que ordenó en la diócesis de Rosario, a cargo del obispo José Luis Mollaghan, que ya fue confirmada por la nunciatura apostólica en Buenos Aires. La modificación será acompañada, según confiaron fuentes eclesiásticas a este diario, por otras dos decisiones. La próxima intervención administrativa del Obispado de Zárate-Campana, a cargo de Oscar Domingo Sarlinga, en el tercer cordón del conurbano norte, y el inminente reemplazo del obispo de Santiago del Estero Francisco Polti Santillán, que cumplió los 75 años hace un mes y su renuncia fue velozmente aceptada por su ex colega Bergoglio.

Por ahora, el sucesor de Polti es un secreto bien guardado entre Roma y Buenos Aires, pero fuentes de la diócesis santiagueña confirmaron que su obispo, miembro de la orden del Opus Dei, ya presentó la renuncia durante su cumpleaños 75, celebrado el 17 de noviembre y ya ha sido recibida favorablemente en el Vaticano. Polti es un añejo opositor al actual Papa y su cargo como conductor de la diócesis santiagueña es compartido, desde 2008, por Ariel Edgardo Torrado Mosconi, ex vicario de Educación del arzobispado porteño, promovido hace cinco años como obispo auxiliar por decisión de Bergoglio, por entonces titular de la Conferencia Episcopal. En el caso de Zárate-Campana, voceros eclesiásticos explicaron a este diario que la Santa Sede enviará una misión “fraternal” como la que está en Rosario hace un mes y medio al mando del arzobispo emérito de Mendoza, José María Arancibia. Si la intervención de la diócesis de Sarlinga se concreta antes de fin de año, es posible que el Papa designe al flamante arzobispo porteño Mario Poli como el jefe de esa misión de sotanas que llegará a la zona norte del conurbano a profundizar detalles sobre la situación financiera de la diócesis y los antecedentes de algunos de los sacerdotes que reportan a Sarlinga.

Mientras esas decisiones son tejidas con discreción entre Roma y Buenos Aires, la información sobre la visita en 2016 estalló ayer, al calor de la pasión futbolera del cura nacido en el barrio de Flores y fanático de San Lorenzo. El dato ya había sido mencionado por el ex cardenal Bergoglio hace algunos meses, cuando señaló que pensaba volver a su terruño para la realización del Congreso Eucarístico Nacional que realizará la Conferencia Episcopal Argentina en la ciudad de Tucumán cerca del 9 de julio de 2016. Ayer fue amplificado desde la Plaza San Pedro por el flamante presidente del club, Matías Lammens, que viajó junto al empresario Marcelo Tinelli para saludar al hincha más famoso de los cuervos y llevarle la copa que obtuvo la escuadra el domingo pasado, luego de coronarse campeón del Torneo Inicial. «