Panorama político bonaerense: Kicillof, dos victorias y una venganza a mano ajena

Panorama político bonaerense: Kicillof, dos victorias y una venganza a mano ajena

La vacunación arranca según lo previsto. El planteo para evitar un "bache" en marzo. Dos claves del presupuesto. Y las tres "roscas" que Kicillof mira de afuera.

Por: Andrés Lavaselli.

El foco en la gestión y la “tercerización” de la “rosca” política. Esa escisión, marca de identidad de Axel Kicillof como gobernador, sirve de guía para transitar su intensa agenda de fin de año: Mientras intenta asegurar un lote suplementario de 5 millones de vacunas rusas, asiste a una incipiente batalla entre Máximo Kirchner y algunos intendentes del Conurbano en la que no quiere (y tal vez no puede) tallar, pese a que se libra en el territorio que gobierna.

Kicillof tuvo un rol clave, seminal, en las negociaciones con Rusia que derivaron en la llegada de la Sputnik V el miércoles pasado. Esa vez, mantuvo un silencio preventivo. Sabe que en una cuestión tan sensible como esta, cualquier promesa que no se cumpla puede volverse un boomerang para quien la formule. Pero lo cierto es que, como aquella vez, ahora el Gobernador no esperó a Nación y pidió 5 millones de dosis adicionales a las 20 millones ya pactadas con Vladimir Putin.

La obsesión detrás de ese reclamo es evitar un “bache” en la continuidad de la vacunación. Es un riesgo –potencial, porque todo indica que habrá nuevos acuerdos, con Rusia y con laboratorios con Pfizer, además de Astra Zéneca- que según los cálculos que maneja Kicillof podría materializarse en marzo. Antes, a mediados de enero, se habrán terminado de aplicar las 120 mil dosis del primer componente de la vacuna rusa, para miembros del equipo de Salud.

El gobernador lee allí un éxito, sobre todo porque las zozobras –mezcla de cierta mala intención informativa, idas y vueltas rusas y una comunicación presidencial compleja- no torcieron el plan original, cerrado hace tres semanas, como se informó aquí. La segunda etapa prevé unas 2 millones de dosis, entre cuyos destinatarios habrá también policías, docentes y mayores de 60 años.

El gobierno provincial mantiene el objetivo de inmunizar a seis millones de bonaerenses antes del invierno. Mientras, define en lo inmediato apenas detalles: si en la segunda fase serán 2 millones de dosis del primer componente de 1a de la vacuna rusa –por sí solo produce un “alto” nivel de inmunidad- o se incluirán 400 mil dosis del componente dos. El óptimo, explican, es que no pasen menos de 21 ni más de 30 entre una dosis y otra.

Donde manda Máximo

El foco en la pandemia, mientras, hizo pasar debajo del radar de la atención pública otro éxito de Kicillof,  el presupuesto. Logró el OK opositor agregando solo $12 mil millones para obras en municipios al proyecto original. Los fondos, además, son para las 135 comunas, es decir, alcaldes oficialistas incluidos. El acuerdo con María Eugenia Vidal, su antecesora, para designar en marzo de 24 cargos en organismo y directores de empresas públicas completa el combo, en su favor.

En cambio, el Gobernador aparece desplazado en las tres principales “roscas” políticas de fin de año: la presidencia del PJ bonaerense, la posibilidad de levantar el límite vigente a la reelección de los intendentes y la idea de suspender las primarias, por única vez, en 2021. “Alguna de las tres nos van a tener que dar”, dicen en el entorno de Máximo Kirchner, lo cual confirma, en principio, una cosa: es él, y no Kicillof, el que lleva adelante esas negociaciones.

Pero los tres expedientes no tienen la misma intensidad: mientras que la suspensión de las PASO parece haber perdido fuerza, la intención de Kirchner de hacer cesar a toda la conducción del PJ en forma anticipada –incluyendo al presidente rotativo 2021, Fernando Gray- ya produce una incipiente partición de aguas. Con Kirchner aparecen dos “pesados”: Insaurralde y Espinoza; Zabaleta, Cascallares, Gray y Menéndez lideran la resistencia.

El plan ya desató filtraciones, operaciones y planteos de todo tipo. Además de inmantar otras peleas, como la de Espinoza y Zabaleta, que se alinearon en bandos diferentes tal vez para intentar zanjar su propia discusión por la conducción de la Federación Argentina de Municipios. Mientas, en La Cámpora juran que Kirchner no hará nada explícito pero admiten que, por interpósita voluntad, espera ver resuelto –en su favor- el episodio en marzo.

Como todo ocurre en sincronía con la movida de los intendentes para derogar la ley que les prohíbe reelegir –o forzar una interpretación que les permite un mandato más a los que en 2023 llegan a tope de dos- no faltan quienes imaginan un trueque. Las reelecciones por el PJ. No está claro, sin embargo, si eso es “negocio” político para Kirchner, salvo que imagine en 2023 internas solo en comunas gobernadas hoy por Juntos por el Cambio, lo que no parece el caso.

Más reveladora de tensiones inmediatas es la posición de Kicillof. Excluido del juego –él dice que por voluntad propia, pero no está claro que, de querer, pudiese- disfruta de una especie de revancha. Es un placer se sostiene en un razonamiento que podría sintetizarse así: “no quisieron acordar conmigo y me criticaron, y ahora les pagan así, sacándoles el partido”. Lo interesante, en todo caso, es que el sujeto implícito de esa oración es Máximo Kirchner.

Comentá la nota