En otro día de piquetes, los funcionarios de Nación y Ciudad se repartieron culpas

En otro día de piquetes, los funcionarios de Nación y Ciudad se repartieron culpas

Hubo varios bloqueos y caos de tránsito. Sigue sin aplicarse el Protocolo Antipiquetes.

Piquetes, movilización de organizaciones sociales, una negociación forzosa y otra marcha atrás del Gobierno. Esa fue la dinámica que marcó el ritmo político de la jornada. La Ciudad amaneció bloqueada por una manifestación de Barrios de Pie y otras agrupaciones que marcharon hacia el Obelisco para denunciar la interrupción de 20 mil planes, que otorga el ministerio de Trabajo. Otra vez, como cuando Cristina Kirchner gobernaba la Nación y Mauricio Macri la Capital, funcionarios de ambas administraciones repartieron culpas por el caos vehicular. A diferencia del pasado, ambas jurisdicciones pertenecen al mismo espacio político. Y a la vez desde los dos distritos se mostraron satisfechos con los resultados. El acampe se levantó al caer la noche.

A fines de diciembre, el Presidente hizo explícita la responsabilidad de su sucesor. “Confío en que Horacio va a tener una propuesta distinta frente al piquete desde enero", señaló. Rodríguez Larreta quedó conforme ayer con su actuación: se mostró satisfecho de que el Metrobus circulara con normalidad y las arterias laterales a la 9 de Julio estuvieran siempre despejadas.

Desde el ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich eligieron marcar presencia con 300 efectivos de Prefectura y del cuerpo de Guardia de Infantería en el Puente Pueyrredón, para impedir el corte y la instalación en ese sitio de una olla popular. Hubo un ofrecimiento a los manifestantes para que pasaran de a 10 -luego de a 50- sin interrumpir el tránsito, que no fue aceptada, por lo que el Puente se mantuvo durante horas cortado por las fuerzas de seguridad, con la protesta del lado de Avellaneda. Aun así desde el ministerio ponderaron como positivo no haber permitido a unos 3000 integrantes de Barrios de Pie tomar el puente y luego seguir por la 9 de Julio. “El Obelisco le tocaba a la Ciudad, que tomó la decisión de no hacer nada. Nosotros paramos 3000 y allá había 200, pero los dejaron estar”, se diferenciaron desde Nación. En la Ciudad no aceptaron esa factura. Argumentaron que no es lo mismo un puente que el Obelisco y volvieron a desconocer el llamado Protocolo antipiquetes. Fue presentado hace un año y no tuvo efecto: 2016 fue récord en piquetes y protestas. Pesaron más los recaudos para evitar potenciar la agitación social.

El Gobierno había reconocido la interrupción de planes del programa “Construir empleo” que otorga $4 mil a cada beneficiario durante 6 o 9 meses por labores de pinturas, obras y construcción. El ministerio de Trabajo expuso que se incorporaron al programa 9.521 beneficiarios, pero que el 31 de enero al no precisar en qué proyectos trabajarían se dieron de baja 6.781 planes. E hicieron notar que Barrios de Pie, la agrupación que convocó a la movilización, no había sido perjudicado.

La discusión se saldó con una nueva marcha atrás del Ejecutivo. La medida de fuerza, que incluía un acampe en el Obelisco, quedó sin efecto tras una reunión en el ministerio de Trabajo entre el subsecretario de Promoción Social Gustavo Vélez, el secretario de empleo Miguel Ponte y Daniel Menéndez, de Barrios de Pie. Desde Trabajo le bajaron el tono a la disputa. Menéndez fue al grano: “Se comprometieron en ir para atrás. Es sorprendente que crean posible ajustar sobre las familias más humildes”, sentenció.

La negociaciones continuarán la semana que viene, cuando en Desarrollo Social empiece a discutirse la implementación de la ley de emergencia social.

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